Tigres de arena
Retroceso Cultural 2024
“Estamos formados por pequeños fragmentos de sabiduría.”
Umberto Eco
En los albores de la discusión del ejercicio presupuestal que tendrá la federación para el año 2024 se ha de analizar lo que le depara al sector cultural, más allá de haberse ya comentado en este espacio las cifras y disminuciones que tendrá en materia financiera este sector.
En el año de 2015, cuando se creó formalmente la Secretaría de Cultura de México, se señaló que su principal cambio obedecía a una autonomía de gestión y a nuevas atribuciones que le permitirían reducir la burocracia, así como optimizar su funcionamiento desde lo administrativo.
Si bien se lograron algunos objetivos en el corto plazo, la realidad es que la Secretaría de Cultura federal desde su fundación ha visto recortados sus presupuestos anualmente. Han transcurrido ocho años de recortes, ajustes y cambios de programas sin mayor justificación, mismos que han venido a trastocar la operación de áreas torales.
Estas unidades administrativas tienen como obligación el ejercicio de funciones que dependen de tener asignados recursos materiales, humanos y financieros que desafortunadamente hoy no están llegando.
Se habla en los medios de comunicación tradicionales del ecocidio en la península de Yucatán por causa del Tren Maya, se habla de la obsolescencia de la refinería de Dos Bocas, empero, no se ha valorado en su justa dimensión el retroceso que ha tenido el sector cultural público de México en esta administración, bajo el desarrollo de la muy cuestionable obra “Chapultepec, Naturaleza y Cultura” o proyecto del Bosque de Chapultepec.
Durante la pandemia los foros culturales fueron los primeros en cerrar y han sido los últimos en abrir y recuperarse, sumando a ello la alteración del funcionamiento del sistema cultural público que hoy prácticamente está paralizado. Si se excluye su programa asistencialista de “monitores territoriales”, son casi nulos los resultados de la política cultural del “accidente histórico”.
Lo que definitivamente no es un “accidente” es la indolencia e indiferencia de las autoridades culturales quienes administran un sector a partir de un publirrelacionismo tan banal como superficial y totalmente desapegado de la realidad que viven día a día gestores y creadores en todo el país. La prioridad es adoctrinar y sacar el mayor provecho de la necesidad de quienes subsisten de trabajar en el ámbito de la cultura y las artes.
Falta menos de un año para que los mexicanos decidan su futuro colectivo inmediato. La realidad se impone a los falsarios y a las doctrinas. El retroceso cultural público está a la vista de todos y se vislumbra sumamente complicada una recuperación a mediano plazo. Los responsables allí están y el gremio cultural de México deberá tomar postura sobre lo que venga.
El PRI es el partido de la cultura y ratifica su compromiso por la causa de quienes se desarrollan profesionalmente en las artes. Nuestra solidaridad con todos aquellos que han sufrido las pésimas decisiones del movimiento del “accidente histórico” y nuestra solidaridad con quienes siguen padeciendo los errores de la presente administración.
Bismarck Izquierdo Rodríguez
Secretario de Cultura del CEN del PRI
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