Cuando el crimen canta
En el México más peligro de la historia, no encuentro sentido a muchas prácticas y costumbres que a todas luces, son nocivas porque ayudan a normalizar la violencia. Hablamos de muchos tipos de expresiones, como puede ser el movimiento “alucín” donde jóvenes buscan parecerse a miembros del crimen organizados que usan cierto tipo de vestimenta, comportamiento y gustos musicales.
Así encontramos expresiones como los “corridos tumbados” que es música que enaltece la forma de vida de los criminales, que los trata como héroes o seres dignos de admirar, que nota a nota describen un mundo de excesos y frivolidad.
Todo este marco lo narro porque recientemente varios artistas suspendieron presentaciones en Tijuana por el riesgo de sufrir un atentado, como ha trascendido es el Cártel Jalisco quienes realizaron las amenazas, que provocó la cancelación de los conciertos. Este hecho hubiera quedado como mero medio de prevención, sin embargo, la alcaldesa de esta ciudad fronteriza, Montserrat Caballero, solicitó investigar a los cantantes Peso Pluma y Fuerza Regida, así como a sus manejadores por lavado de dinero.
Nadie haría una aseveración tan temeraria si no tuviera algunos indicios o evidencias de lo que hay detrás de algunos grupos, y ha dejado de ser secreto que muchos artistas son contratados para amenizar las fiestas de los líderes criminales, así que la línea cada vez de hace más delgada o no dudo que en algunos casos la complicidad es total, o no podrían estar cantando canciones tan explícitas si no existiera un oscuro trasfondo.
La alcaldesa bien señaló en entrevista, que los grupos que cancelaron, le cantan expresamente a un grupo criminal, en específico al Cártel de Sinaloa, así que al tomar en serio las amenazas, quizá haya algo que investigar. Hay quienes defienden que los cantantes de este género sólo exhiben una realidad que ya sucede, pero podríamos también hablar de que están ayudando a que se normalice este fenómeno o peor aún, existe un interés en inducir un mensaje a través de estos grupos.
En el México donde los muchachos son secuestrados, como el más reciente de Zacatecas, donde de 7 secuestrados sólo uno sobrevivió, y muchos son obligados a entrenarse para matar y continuar con la herencia de extorsión y crimen, no se deben regatear esfuerzos para tratar de alejar a los jóvenes de esta situación.
Quizá el debate principal como país no está centrado donde debería. Los jóvenes están siguiendo patrones diseñados para seguir el camino del crimen y no existe quien ponga un alto a esta situación. Son los propios candidatos quienes muchas veces ocupan esta música para acoplarla a sus propios intereses. Recordemos al candidato de Coahuila quien como promesa de campaña, estaba el llevar a Peso Pluma en caso de ganar.
No son los artistas, lo más peligroso es lo que representan. Hemos tenido las jornadas más violentas de la historia, pero también momentos dolorosos como cuando una población entera de Chiapas recibió con aplausos a un grupo criminal. Estamos en un momento donde nuestros esfuerzos deben estar centrados en no dejar solo a los jóvenes, no escudarse en “otros datos”, es necesario asumir los reales y tener la valentía para entrar de frente al problema.