Tras bambalinas
CURP, instrumento de intervención electoral
Las reformas a la CURP, que se analizan en el Senado, de llevarse a cabo, se convertirán en la acción más miserable y ruin con la que podría cerrar su sexenio el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es, sin más requiebros, un golpe demoledor a la de por sí endeble democracia mexicana, que se mueve entre el odio y el fanatismo, por un clasismo infundido desde la mismísima presidencia de la República.
Es un cambio disfrazado de modernidad que, ni es prioritario, ni garantiza seguridad en el resguardo de los datos personales de más de 100 millones de personas. Es más, se convierte en un nuevo intento de control del Estado.
Es evidente que a Morena le alarmaron los resultados electorales del 2021, cuando el abstencionismo los venció 2 a 1 y el 47% de los votos no fueron para ese partido y, por ende, tampoco para AMLO.
Por eso, a dos años de la debacle, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional pretende pulverizar al INE a su mínima expresión y quitarle preeminencia a la credencial de elector como documento fundamental de identificación.
La INE, como la conocen los mexicanos, es el instrumento “sine qua non” para desenvolverse en la cotidianeidad; para hacer movimientos bancarios, tener acceso a lugares restringidos o privados.
De la noche a la mañana, Morena sale con la idea de una “nueva CURP”, con fotografía, firma y huella digitales. La tirada es, convertirla precisamente en ese documento obligado para transitar por el país.
Pareciera “peccata minuta”, pero el presidente López Obrador quiere pulverizar poco a poco al Instituto Nacional Electoral (INE), hasta convertirlo en un simple instrumento de observación.
Los avances por la democracia en México se irán a la basura. Regresaremos a los niveles de abstencionismo del 80%, como en la era del PRI. Ese es el tamaño del golpe que se avizora. Si tienes la CURP ¿para qué quieres la INE?
Es la venganza final de un mandatario que nunca perdonará a las clases medias haberle dado la espalda. Él pretende dejar a su partido como el gran manipulador de la vida electoral.
Todos sabemos que, cuando él se haya ido, Morena empezará a convertirse en un cascarón. Es simple hacer el ejercicio adivinatorio: ¿Ve usted a alguien sobresaliente que ocupe su lugar?
Claudia Sheinbaum difícilmente podrá mejorar su imagen poco agraciada, que no acaba de generar simpatías, por más que Morena quiera adelantar un año las encuestas.
¿Ve usted a Mario Delgado como el gran sustituto de AMLO? Su figura no alcanzó ni para llenar la candidatura de la CDMX. Se queda en Morena, como líder, porque no tiene de otra, es su mejor opción. Todavía falta resolver las disputas internas.
A nivel mediático, López Obrador ha tenido que echar mano de comentaristas de bajo o nulo reconocimiento en los círculos periodísticos, como son Jesús Ramírez, Elizabeth Vilchis, Hernán Gómez o un tal Poncho Gutiérrez.
En el mundo de la intelectualidad está peor, porque el más destacado es Lorenzo Meyer, padre del actual secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), que ha validado parte de las expropiaciones para el Tren Maya.
El Lópezobradorismo se ha tenido que apuntalar con personajes impresentables y de nula credibilidad, como el vergonzante “Lord Molécula” y otros propietarios de portales, redes o granjas de bots, o caricaturistas, hoy millonarios.
Aquellos que le respetaban e incluso admiraban, se han ido o han muerto. De hecho, uno de los principales impulsores del cambio democrático en 1988, Cuauhtémoc Cárdenas, hoy se encuentra lejos, muy lejos de la 4T.
Así se le vio en su más reciente aparición este fin de semana, en Puebla, en una reunión de disque líderes latinoamericanos, donde estuvo la candidata de AMLO, Claudia Sheinbaum.
La imagen es contundente: ocho cuerpos de distancia entre una y otro, luego de que en enero fue estigmatizado por Andrés Manuel, que lo llamó “adversario”, por cometer el pecado de aportar ideas para el “Colectivo por México”.
El ingeniero fue defenestrado, junto con su hijo Lázaro, que renunció a su cargo de coordinador de asesores de la Presidencia de la República, luego de la andanada que en enero se levantó contra su padre.
El Colectivo por México, hoy aparentemente desaparecido desde entonces, advirtió que era necesario “frenar la instauración de un régimen unipersonal; la ingobernabilidad y la polarización”.
Los hechos, día a día confirman esos temores. López Obrador busca la instauración de un régimen absolutista, donde el poder político no se sujete ni sea limitado por fuerzas institucionales.
Es un poder único, que nadie pueda desobedecer. Es por eso que AMLO y ahora Claudia Sheinbaum, preconizan la idea de alcanzar una “mayoría calificada” en las Cámaras de Diputados y Senadores, para que el Poder Judicial no se interponga.
En un pleito infame, López Obrador y sus seguidores insisten en poner bajo presión a los ministros de la Corte, con descalificaciones que no soportarían ninguno de los diputados y senadores si se pusieran ante un espejo.
Ahí está el ejemplo patente y fresco de la diputade transgénero, María Clemente, de Morena, que en un debate reciente llamó "perras", "sirvientas" y "mugrosas" a las legisladoras de oposición.
De un manotazo, en una bocanada rabiosa, esta persona hizo basura la lucha feminista contra el machismo. La diversidad y la inclusión quedaron hechos añicos porque, a manera de justificación dijo ser “una perra de López Obrador”
Si esto nos representa como país, México está perdido. Aún así, se busca una mayoría “absoluta”, para cuadrar con la mentalidad monárquica de un hombre que, en teoría ya se retira del poder, pero esa es otra de sus grandes mentiras.
Por eso, debajo de la mesa, AMLO busca el control oficial de los datos personales de toda la gente, hasta por cuestiones fiscales, con una CURP que suprimirá “la INE” y se convertirá en el nuevo fichero de investigación político-judicial.
Por eso vemos a un presidente que, en absoluta negación, minimiza el incendio social que ya se vive en las fronteras norte y sur. Dice que es “PROPAGANDA”. Prepara una olla de presión para el gran fraude electoral.
Migrantes y narcotráfico son parte de una misma bolsa de negocios: tráfico de personas, trata de blancas, pedofilia, prostitución, extorsión, secuestro, lavado de dinero, remesas. Corrupción es la divisa de cambio en el norte y en el sur.
Los migrantes se volvieron un gran negocio ilegal mientras él grita desde Palacio: “¡Que vivan los migrantes!”. ¿Que vivan? ¿Cómo? ¿Dónde? López Obrador pretende “administrar la desgracia”.
Anuncia una próxima reunión con 10 cancilleres de países de centro y Sudamérica. Quiere formalizar un “plan”, para exigir Estados Unidos ¡que asuma su responsabilidad!
Del Tapón y selva del Darién han cruzado rumbo a USA, aproximadamente 390 mil migrantes. Los que han logrado la hazaña, dicen que el verdadero infierno está en México. Aquí los agentes de inmigración son quienes extorsionan.
Y es que el nicho de negocio es descomunal. Para que usted tenga una proporción de la cantidad de migrantes que vienen, 390 mil personas es como trasladar casi 4 veces el Estadio Azteca a su plena capacidad.
El tamaño de la desgracia que ocurre y ha ocurrido en México, desde hace 35 años, es ya inconmensurable, e involucra a todos, incluido el inefable régimen de AMLO, que ha impuesto gobiernos infames, relacionados con el crimen organizado.
Guerrero y Michoacán son ejemplo contundente a la luz de sus enormes fosas clandestinas. Tan sólo este fin de semana se reportó el hallazgo de 498 cuerpos en Guerrero y 45 en Michoacán, en una barranca de Tacámbaro.
Los 498 fueron detectados gracias a la búsqueda de los 43 de Ayotzinapa. Los cadáveres permanecían sin reconocer en los depósitos de la Fiscalía General de la República o en fosas clandestinas.
Ningún mandatario, en pleno uso de razón, podría darse por satisfecho casi al fin de su gobierno con estas cifras, ni mucho menos presumir índices de popularidad que sólo miden el tamaño de su propia egolatría y del fanatismo que quiere heredar.
Son ríos humanos que cruzan el continente, pasan por territorio mexicano ¡a la vista de todos los gobiernos de la región! ¿Dónde están los presidentes de Venezuela, Nicaragua, Haití, Cuba y Colombia para responder por este éxodo inhumano?
Pero eso sí, van a salir con un “plan” de 10 países para pedirle a 1 que les dé dinero, y cínicamente van a reclamarle su “falta de humanidad”. SEMBRANDO DICTADORES debería llamarse ese bendito plan.
La gravedad es tal en la frontera sur, que el Ejército de Guatemala ha tenido que movilizar 2 mil soldados para blindar su frontera con México debido a la violencia provocada por los cárteles mexicanos.
A diferencia del gobierno de la 4T, las Fuerzas Armadas de Guatemala se desplegaron para realizar operativos en 14 puntos fronterizos de la zona, principalmente, en el departamento de San Marcos.
La violencia se ha desatado en Motozintla. Algunos pobladores mexicanos cruzan hacia Guatemala. Nuestras fronteras norte y sur, literalmente arden, y tenemos un régimen que por extrañas razones quiere gastar para modificar la CURP. ¡Por favor!
Pero acá, en México, el presidente responde igual para todos los casos: “estamos trabajando”: en el secuestro de la alcaldesa de Cotija; el asesinato de 6 jóvenes en Zacatecas, la aparición de 12 cuerpos desmembrados en Monterrey.