Permanencia y constancia laboral
Entre lo sólido y lo liquido, hay elementos que nos pueden servir para rescatar la importancia de lo que dejo atrás la sociedad, ya hace algunas décadas; para Zygmunt Bauman, “la modernidad líquida es como si la posibilidad de una modernidad fructífera y verdadera se nos escapara de entre las manos como agua entre los dedos. Este estado físico es aplicado a esta teoría de modernidad en el sentido de que, posterior a la segunda guerra mundial, nos encontramos con por lo menos tres décadas de continuo y próspero desarrollo, en el que el ser humano encuentra tierra firme para ser y relacionarse con los demás”.
La teoría de la modernidad líquida nos señala que, ese desarrollo obtenido a permeado a la ciencia, la tecnología, así como también lo político, económico, lo cultural, incluso la apertura de los mercados a través de la globalización, es decir llevó al ser humano, dígase las personas a alejarse de aquello con lo que se mantenía unido, la sociedad. Así transitamos de una sociedad sólida a una sociedad líquida, maleable, escurridiza, que fluye a través de la inmediatez, de lo efímero, así, nos despedimos de los valores sólidos, hace tiempo.
De esta manera, podemos observar en esta sociedad líquida, que los jóvenes después de los 18 años, en su hoja de vida cambiaron ya de varias actividades labores, o bien académicas, incluso de parejas sentimentales, porque finalmente todo es efímero e inmediato, todo es rápido ahora.
Por ello, la importancia de destacar aquellos casos significativos que laboralmente han logrado trascender en el tiempo, con décadas de trabajo colaborativo en unidades administrativas y servicio al público, que se desempeñan en la administración pública del estado de Michoacán.
Este es el caso de Guadalupe Contreras, quien durante tres décadas de trabajo en el servicio público del Gobierno del Estado ha generado un importe desarrollo profesional al servicio de la población. Lupita, como sus compañeros de trabajo y sus amigos y amigas le llaman, ha dedicado este tiempo en el ejercicio de la función pública a fortalecer procesos administrativos y dar sentido humanista centrado en los valores del Código de ética, destacando su tolerancia, el trabajo colaborativo, la responsabilidad, la igualdad y no discriminación, en un ejercicio permanente de austeridad.Por otro lado, para Lupita, el tiempo y no solo este, sino el cumulo de actividades desarrolladas en estos treinta años de trabajo, le han sido reconocidos por su disciplina, honorabilidad, institucionalidad, además de profesionalismo, esto lo hizo ya su estructura sindical, entregándole una presea conmemorativa a sus tres décadas de trabajo, pero algo que le llena de emoción ha sido el reconocimiento de sus compañeros de trabajo. Así, felicidades Lupita, muchos años más de vida productiva, de vida sólida, donde nos muestras que es posible permanecer en dichos procesos comprometida.