El voto de las clases medias
De acuerdo con los datos de evaluaciones encargadas en materia electoral, hay un porcentaje muy alto que se conceptúa como clase media. En nuestro territorio, 3 de cada 4 familias son consideradas en ese rubro. O sea, estamos hablando de una proporción muy alta de ciudadanos que viven en esa condición, tomando en cuenta el nivel de ingresos y de estudios. En los últimos procesos electorales, en especial hace un par de años, el voto de esos sectores se hizo sentir con mucha fuerza, sobre todo en puntos claves como la Ciudad de México.
Sin duda, esos mismos datos fueron, al final de cuentas, lo que influyeron en la votación y, con ello, inclinaron la balanza. De hecho, la mayor parte de los sufragios, de acuerdo con las propias calificadoras, fue muy notable en las clases medias. En particular, la determinación que tomaron fue, ni más ni menos, decidirse por una alternativa distinta a la de Morena. Eso causó un gran estupor, especialmente por la hegemonía que la izquierda había mantenido en el poder en la CDMX. Sin embargo, se optó por el reemplazo institucional en algunas alcaldías y, en medio de ese clima, eso significó un golpe duro para el lopezobradorismo.
Eso ocurrió en al menos 9 alcaldías que, tiempo atrás, constituían un bastión importante de la izquierda. Y, luego de muchos años, la oposición tomó por sorpresa lo que para varios era una hazaña. Debido a ello, se manufacturaron conspiraciones e intrigas para sacudirse de la responsabilidad que les correspondía a los responsables de operar una elección.
Una de las principales razones, claro está, fue el exceso de confianza y la parsimonia de algunos liderazgos, sin embargo, el punto clave, no hay duda de ello, fue el desdén que padecieron las clases medias de la Ciudad de México; pero, como suele ocurrir en política, no han querido aceptar que, en su momento, cuadros al interior del movimiento dieron la espalda a estos sectores.
Como consecuencia de ello, las clases medias salieron a votar y, con un claro mensaje que depositaron en las urnas, levantaron la mano en una señal de reacción y descontento por el desdén. En pocas palabras, algunos cuadros de Morena fueron omisos; no supieron escuchar el clamor social y, de paso, ignoraron sus peticiones. Por ello, la conclusión que podemos tener es simple: no hay un control que influya en la toma de decisiones de estos sectores sociales. Tienen, claro está, una opinión muy objetiva y crítica.
Eso habla de que las clases medias tienen mucha presencia y fuerza. Para unos puede resultar intransigente, sin embargo, es una realidad irrefutable. Al menos eso se percibió en el pasado ejercicio. Por esa razón, no será sencilla la elección del 2024 que se avecina. De entrada, Morena tendrá que sortear esas dificultades y prestar atención en la reconciliación.
Será clave, ya lo dijimos, el perfil que Morena impulse para la transición política. De ninguna manera puede haber improvisación como la hubo en el ejercicio intermedio. Había, por ejemplo, abanderados que no contaban con ese liderazgo que se necesita. Incluso, ni la propia marca del partido fue necesaria con el efecto que jaló en 2018.
Lo que necesita Morena, en la CDMX, es un perfil conciliador, sagaz y mediador con todas las fuerzas, inclusive con las minorías. En todo caso, hay que recordar que, al igual que las clases medias, los científicos, estudiantes y académicos, fueron también desdeñados y, con ello, creció la insatisfacción.
Dada la experiencia de Ricardo Monreal, a lo largo de 43 años de carrera en el servicio público, y con su probada capacidad en distintas posiciones, es el perfil que encaja perfectamente para abanderar a Morena en la CDMX. Él, no hay duda de ello, tiene buena relación con todos; lo mismo ocurre con el trato y la disposición, siempre por dialogar. Y si es así, y el zacatecano es elegido abanderado, téngalo por seguro que habrá una reconciliación, no solo dándoles voz, sino también opinión en la toma de decisiones. Incluso, en sus recorridos por las 16 alcaldías, la respuesta fue muy positiva y, con grandes concentraciones, se pudo percibir que, en el ánimo social de los capitalinos, está el nombre de Monreal.
Una vez terminado el proceso para nombrar coordinador de la defensa del voto, seguramente Ricardo Monreal, con todo el derecho político y las condiciones dadas, levantará la mano en la Ciudad de México.