Sobre el tablero
La Iglesia católica en conflicto (1 de 3)
En una plática con varios amigos y amigas que son católicos practicantes y aparte con algunos sacerdotes, tuve conversaciones que me inquietaron y que motivaron a que escribiera esta breve columna, en donde espero no pisar tantos callos, pero verdades si son.
Primero que nada, se ha visto una significativa baja de feligreses en los templos católicos de hace algunos años a la fecha y la pregunta es ¿Por qué?. Y en ese primer tema la respuesta siempre fue porque el sacerdote era aburrido y estaba desconectado de la realidad de la sociedad, ya sea ciudad, pueblo o ranchería. Algunos comentaron “se quedaron en la época de 1800” y donde no se le podía rebatir y eran la máxima autoridad en cualquier ciudad o pueblo, y sólo era agachar la cabeza y aceptar los regaños, tuvieran o no razón. Pero bueno, en aquellos tiempos los sacerdotes tenían mayor preparación, ética, conciencia social y responsabilidad cívica con la sociedad en la que servían. Y hacia allá vamos en el tema.
En los semilleros de sacerdotes, que son los seminarios, obviamente hay una disminución enorme de quienes buscan ser sacerdotes ¿Por qué?:no creo que una familia actual diga “quiero que mi hijo vaya al seminario”, sino que ahora solo los propios jóvenes acuden por su propia voluntad, en cifras uno cada medio millón (cifras del INEGI). Y cuando llegan ¿Qué les enseñan? ¿Están los maestros y sacerdotes que dan las diferentes asignaturas, capacitados para educar y enseñar sobre nuevas herramientas tecnológicas, recientes tendencias y cómo adaptarse a ellas en estas actuales sociedades sin perder la esencia de la fe?. O únicamente repiten los mismos errores del pasado.
Pienso que mucho tiene que ver el ejemplo, desde arriba y hasta abajo. Me refiero concretamente que muchos de los jerarcas católicos en México y específicamente en Michoacán, no les queda claro la nueva política del Papa Francisco; de servir, ser humildes, serviciales, empáticos y tener en conciencia que son parte de una sociedad que tiene mucha necesidad espiritual si, pero también que necesita de buenos tratos y de por si está escasa la fe, de cómo mantenerla y al contrario de ahora, de cómo contagiarla hacia su familia, amigos, compañeros de trabajo, y en general hacia al prójimo.
¿Sabrán los sacerdotes de la política global del Papa Francisco “El cuidado de la casa común” donde habla del medio ambiente, de cómo motivar a la sociedad a ser más consiente del lugar que todos convivimos y cómo mejorarlo o mantenerlo bien? ¿Han visto algún Obispo o sacerdote encabezando campañas de reforestación o motivando al cuidado y mantenimiento de nuestros bosques? Yo tampoco, ni UNO.
Como católico, hago esta crítica porque empezando desde el Arzobispo Carlos Garfias Merlos, no lo veo activo en las 5 diferentes diócesis de la Provincia de Michoacán, supervisando el trabajo de los obispos y sus diferentes parroquias y sus necesidades, digo no es necesario que todo lo publique ya sea en el periódico “Comunidad Cristiana” o en las redes sociales (que no tienen por cierto y ahí viene un craso error), pero el comentario es que prefiere las comilonas con empresarios, políticos y élite michoacana, en lugar de realizar su ministerio sacerdotal primeramente y la responsabilidad que tiene con todo el Arzobispado de Michoacán. Si así está la cabeza de la Iglesia michoacana ¿Cómo estará lo demás jerárquicamente hacia abajo?. Por último en esta primera entrega de 3 que haré, a modo de reflexión de los sacerdotes, el próximo martes que repicarán las campanas de todo el país en favor de la paz en México, ojalá ellos mismos hagan un acto de conciencia interna y en ese repique, reflexionen si están haciendo las cosas por inercia, por necesidad, tal vez algunos si con conocimiento y procurando por su pueblo o sólo porque