¿Cuál es la verdad de los sondeos electorales? ¿El fin de las encuestas?
Ayer una de las casas encuestadores que han tenido un comportamiento más apegado a lo que refleja el sentir popular en las calles, el transporte público o simplemente en restaurantes, cafés o tertulias caseras, publicó, apenas a siete días de las elecciones en el Estado de México, un trabajo en el otorga a la candidata de MORENA, Delfina Gómez, nada menos que ¡14 PUNTOS DE VENTAJA! sobre la aliancista Alejandra del Moral.
Desde que estuve en España en la última elección para jefe de Gobierno que ganó Felipe González, proceso en el que las encuestas fueron el elemento diferencial con respecto de los comicios inmediatos anteriores, sigo con atención las mediciones electorales que se realizan en elecciones de importancia.
Veo con atención los trabajos de mis amigos de México Elige, de Sergio Zaragoza y Aldo Campuzano; de mi también gurú Paco Abundis director de Parametría; igual reviso las mediciones de Roy Campos y su obligada lectura de Consulta.
He revisado en el presente sexenio con mucha atención las encuestas que publican casas editoriales como Reforma, El Universal y, desde luego, El Financiero.
Tantos las electorales como la medición que hacen de la aprobación que tiene el presidente López Obrador.
Y me refiero en las presentes notas a la encuesta que publicó ayer El Financiero sobre las tendencias, que, como resultado de su trabajo de medición, porque hasta el final de la semana pasada comentaristas líderes de radio y televisión como Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga coincidían en que, contrario a lo que sucede en Coahuila, las principales casas encuestadoras no habían dado a conocer resultados de los trabajos que hubieren realizado sobre las tendencias en el Estado de México.
Y El Financiero se destapa con una encuesta que definitivamente condena a la derrota en el Estado de México a la combativa Alejandra del Moral.
En lo personal esos dos dígitos de ventaja que El Financiero otorga a Delfina Gómez se me hace, sin que sea más que una percepción, un verdadero exceso.
Cuando Ian Rider era el representante de Gallup de México en México, Rider que era un personaje de consulta obligada en el mundo de las encuestas y al que siempre he otorgado un amplio reconocimiento sobre el tema, le pregunté en su momento sobre la posibilidad de que Luis Donaldo Colosio pudiera llegar, ese momento fue tres años antes de su destape, a ser el candidato presidencial del PRI.
Sensatamente, Ian me contestó: “la encuesta te otorga la fotografía de apenas unos días. Después de una semana escasa, los resultados, de acuerdo a los imponderables que llegaran a presentarse, pueden cambiar radicalmente”.
Y en esta etapa preelectoral que vive México, mi confianza en las encuestas ha disminuido significativamente.
Casi ya no creo en las encuestas electorales.
Y menos voy a creer en la encuesta que realizará MORENA para elegir su candidato presidencial.
Esa será un disfraz del dedazo de López Obrador.