Política gourmet
* La titular de la CONADE es campeona mundial en arrogancia y prepotencia
* Insultó a las medallistas de nado artístico y a millones de mexicanas trabajadoras
* Nunca nuestro deporte amateur estuvo tan en peores manos como con la sonorense
MISOGINIA Y VIOLENCIA DE GÉNERO.- Por enésima ocasión, Ana Gabriela Guevara Espinoza, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), la volvió a hacer. Acostumbrada a contemplar al mundo desde el ladrillo al que se trepó desde hace mucho tiempo, gracias a los triunfos que cosechó en los óvalos de tartán, la sonorense ha hecho del insulto, el desprecio, el menosprecio, la humillación, la burla, la prepotencia, la arrogancia y la majadería sus principales preceptos. Muchos creímos que por su trayectoria como atleta de alto rendimiento, sus logros, sus sacrificios y su historia personal ella sería la indicada para dirigir el máximo despacho del deporte amateur en México. De entrada, más allá de su personalidad triunfadora y aguerrida, supusimos que no había nadie mejor que ella para apoyar y empatizar con nuestros deportistas. Pero nos equivocamos, garrafalmente nos equivocamos. Ana Gabriela acabó convertida en lo que ella juró, en su momento, que combatiría y erradicaría en caso de llegar a dirigir a la CONADE. De ser una excelsa velocista en los 400 metros planos, acabó convertida en la máxima exponente de la deleznable disciplina de vilipendiar y maltratar a sus pares, principalmente a las mujeres atletas, cosa que no sorprende, porque una de las especialidades de las llamadas “mujeres de la 4T” (como la gobernadora campechana Layda Sansores; su paisana la senadora Rocío Abreu; la cónsul de México en Estambul, Isabel Arvide; la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández o la directora general de Notimex, Sanjuana Martínez, entre otras) es atacar y denostar a las damas. Una muy extraña forma de “feminismo”, ¿no creen?
EL LEÓN PIENSA QUE TODOS SON DE SU CONDICIÓN.- Ya todos los mexicanos sabemos de la proeza que logró la Selección Mexicana de natación artística en la Copa del Mundo de Soma Bay, Egipto, celebrada el fin de semana pasado. Nuestras heroicas sirenas (Regina Alferez, Fernanda Arellano, Daniela Estrada, Itzamary González, Glenda Inzunza, Luisa Rodríguez, Jessica Sobrino, Pamela Toscano, Nuria Diosdado y Joana Jiménez) se trajeron de suelo egipcio nada menos que tres medallas de oro y una de bronce a pesar de que desde la CONADE les cortaron el flujo de efectivo desde inicios de este año, razón por la cual nuestras nadadoras tuvieron que hacer circo, maroma y teatro para fondear su participación en dicha justa deportiva. El argumento de doña Ana Gabriela para negarles los apoyos fue simple: Las tachó de deudoras y de rateras, como en su momento lo hizo con las exponentes de tiro con arco, raquetbol, clavados, fútbol americano, etcétera. Así que las chicas de nado sincronizado se organizaron para reunir el dinero que requerían para trasladarse a Egipto y competir… De no haber sido por la Fundación Telmex (Carlos Slim Helúy Arturo Elías Ayub), que les proporcionó un millón de pesos que les sirvieron para cubrir todas las expensas para asistir a este certamen, esas cuatro medallas ahorita sólo serían parte del imaginario colectivo. Eso sí, la arrogante directora de la CONADE se tomó toda esta semana para hacer un tour de medios para colgarse del éxito de las nadadoras mexicanas y también para burlarse de ellas con el argumento de que si quieren asistir a las próximas competencias clasificatorias que habrá de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024 –como son los Juegos Centroamericanos, los Juegos Panamericanos y la Copa del Mundo- más les vale que subasten sus medallas y que se pongan a vender Avon, Tupperware, trajes de baños… ¡y hasta sus calzones! ¡Qué soez!
MUJERES EJEMPLARES.- Desde este humilde espacio, yo quiero mostrar mi total empatía y solidaridad para con Regina, Fernanda, Daniela, Itzamary, Glenda, Luisa, Jessica, Pamela, Nuria y Joana, pues como mujer periodista con 50 años de esfuerzo personal y profesional, sé lo que es entregar una vida entera a un sueño y a una ambición, y que si para alcanzar sus metas tienen que vender Avon, Tupperware, sus trajes de baño, sus calzones, elotes, esquites, tamales o limpiar parabrisas en los cruceros ¡pues háganlo y jamás se avergüencen de ello! No hay nada indigno en ser una mujer trabajadora, comprometida y entregada. Los insultos y las burlas de doña Ana Gabriela no valen nada ante el ejemplo que ustedes le están dando a todas las mujeres mexicanas, sobre todo a esas amas de casa sin proveedor masculino que a diario salen de sus casas para romperse la madre y venden Avon, Tupperware, Betterware y demás chucherías por catálogo para llevar la sopa y las tortillas a la mesa para que sus hijos coman. ¡Vergüenza es robar!... ¿Verdad, Anita?
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