Participan casi 20 niños y adolescentes en comercio informal de Morelia
MORELIA, Mich., 3 de mayo de 2023. - Por apoyar a la economía familiar o motivos -quizás- ajenos a ellos, alrededor de 20 niños, niñas y adolescentes participan activamente en el comercio informal de la capital michoacana, al ofrecer sus productos en los semáforos, glorietas y plazas.
Para muchas infancias que residen en la ciudad las vacaciones de Semana Santa no llegaron, algunos incluso lo más cercano que estuvieron de una alberca fue la fuente del Pípila, como logró captar la lente de Quadratín en la primera semana del descanso.
Porque la pobreza los ha empujado a la vida adulta, a hacerle frente a las carencias con trabajo continúo en los cruceros, para garantizar el ingreso familiar y un plato de sopa en la mesa.
Los niños, niñas y adolescentes, incluso algunos pequeños de brazos, son vistos acompañando a sus madres, padres y familiares vendiendo pimientos en el crucero de la avenida Ventura Puente y Acueducto, porque el acceso a los medios de producción en este estado, como en todos los países en desarrollo de América Latina, no son democráticos.
Los niños han sido separados de sus hogares. La pobreza y la inflación se esmeran en evitar que tengan infancias alegres, con recuerdos felices en viajes, vacaciones o simples convivencias en sus hogares.
Los niños de familias que limpian parabrisas o venden en los cruceros, en las calles o plazas de la ciudad, deben pedir dinero, como sucede en el crucero de la colonia San Rafael, a la altura de la llantera Los Pelones; y mientras las infancias de entre seis y 11 años piden el peso, sus padres se apuran a ofrecer los plumeros o toallas de microfibra, y los más pequeños juegan entre los árboles del camellón.
Hay niños, niñas y adolescentes de diversos orígenes étnicos y morelianos en el semáforo de la San Rafael; en la avenida Madero Poniente, entre la Comisión Coordinadora del Transporte y el semáforo del Oxxo; también en el semáforo previo al Walmart de salida a Mil Cumbres, pasando la cenaduría Lupita; y, en el Pípila.
Hay madres cargando a sus crías mientras hacen malabares o vendiendo dulces, cerca del monumento a Las Tarascas; y, en el Centro de la ciudad, cantando entre los portales.
Pero, ¿qué dice la autoridad?
Marco Antonio Garibay, director de Mercados, dio a conocer en entrevista con Quadratín que de los 50 comerciantes que se tienen detectados desde esa dependencia, solo tres familias son morelianas, el resto son de fuera de la entidad, además que durante las temporadas vacacionales, incrementa su presencia.
No obstante las estimaciones, reconoció que podrían ser más y el registro es de hace dos años a la fecha.
Sin embargo, no solo se trata que sean más y más cada año, sino que también los padres y madres o tutores de los menores los usan, ya que no está permitido el decomiso de los productos por parte de las autoridades a menores de edad.
"Tratamos de que no haya crecimiento de comercio en los cruceros, que no se ponga más gente, pero, de vez en cuando nos llegan personas del estado de Guerrero, Estado de México y Oaxaca; a la par, también están los limpiaparabrisas y malabaristas, que es una actividad que no es comercial y no podemos restringir", declaró el funcionario municipal.
Y ya no solo se tratan de los comerciantes locales, que buscan fortalecer su economía familiar, sino de migraciones de personas de otras entidades que vienen a hacer negocios y que utilizan a las infancias y adolescentes para generar ingresos.
"Se había observado a niños vendiendo pulseras y artesanías, ¡eran niños!, por ejemplo, había una persona que vendía pashminas que al ver a los inspectores, aventaba a los niños al puesto, eso como estrategia, porque a nosotros nos impide la ley decomisar la mercancía a los menores", declaró el director de Mercados.
La intención es clara, provocar emociones en el espectador y posible comprador y con ello: obtener dinero o la compra del producto.
La instancia municipal ha implementado operativos conjuntos con el Sistema DIF Morelia y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, a fin de garantizar que las infancias vuelvan a sus hogares y a las aulas, así como prevenir la trata.
Empero, saber cuáles son víctimas de trata y cuales son por apoyar a la economía familiar, no esta en la cancha de la dependencia municipal, sino de las autoriades federales, ya que lo que el suspuesto es el delito de trata de personas, en su modalidad de trabajos forzados.