Cultura belicona
Crecí con la figura materna como bastión más importante de la familia, en un matriarcado tan sólido e impenetrable de ese de antes, en el que, si me veían entrar a casa llorando por alguna pelea callejera, tenía que salir a confrontar al “enemigo” o aguantar “vara” por dejado, era la vieja escuela de mi abuela en la colonia Ventura Puente. Por las tardes fuera de casa convivía con los hijos de comerciantes, -yo siendo uno de ellos- mis amigos eran hijos de herreros, carpinteros, fruteros, por las mañanas en el colegio mis compañeros eran los Ramírez, vástagos de gobernadores, hijas de secretarios y procuradores, al ser un colegio de monjas era pecado cantar la cabra o gimme tha power, imposible corear algún verso de estas letras. Recuerdo perfectamente que en una tardeada de sexto me acerqué al DJ de Sistema Paco y le dije: ¿puedes poner la nueva de Molotov?, ya nos dieron permiso las madres, después de eso fui suspendido.
Ahora los tiempos cambiaron, así como las modas, los géneros, los artistas y las letras de las canciones. Si a esto le agregamos las profesiones extintas, pues resulta aún más preocupante en lo que nos estamos convirtiendo como sociedad. No existe mejor ejemplo de la decadencia social y putrefacción en el tejido mismo de la sociedad, que los corridos tumbados, bélicos o alterados, esta adoración y aprecio por los artistas emergentes cada día llega a más niños, por consecuencia los jóvenes se sienten identificados porque en sus hogares todos los días adoptan la cultura belicona, en la que memorizan alguna letra que hable de la lista negra para los que se pasen de v…
El contenido videográfico que nos ofrecen estos grupos o solistas, ya es tan explícito que no se limita a nada; marcas de diseñador, excesos, dinero, levantones, enfrentamientos, joyas, drogas, armas, sexo, violencia, todo el discurso es el mismo con una narrativa de respeto y poder. La pinta está reflejando el dominio de la persona y las generaciones actuales se sienten identificadas, generando una audiencia con anhelo de convertirse en lo que ven (alucín).
Puedo entender que el hip hop evolucionó al reggaetón, el reggaetón al trap y el trap a este género musical, entonces con esto me doy cuenta que ya no importa si estás afinado o si ejecutas con destreza algún instrumento, mientras salgas en el video con pasamontañas y fumando un gallito (marihuana), serás exitoso como artista.
En uno de los éxitos de Jesús Roberto Laija García, compositor de la rola AMG, nos traslada a un escenario donde los radios suenan y suenan pero el protagonista siempre anda alerta, bien atizado pues. Gabito Ballesteros, Natanael Cano, Peso Pluma, Hans el Oso, Grupo Arriesgado, Fuerza Régida, Dan Sánchez, Javier Rosas, Adriel Favela, Óscar Maydón, Dany Félix, Juanpa Salazar, El Chachito, por mencionar algunos, nos dicen que escriben corridos por encargo, es decir, corridos que son solicitados y pagados por los narcotraficantes para que se conozca de ellos. Entonces, si les encargamos un libro ¿creen que se lo avienten?, de esta manera todos sus seguidores lo comprarían y estarían fomentando la lectura. La narrativa está presente en todas las manifestaciones artísticas, se les conoce más a los artistas por su discurso que por otra cosa, el escucharlos nos acostumbra a ver un estado gubernamental fallido, ese que nos tiene que dar las garantías de seguridad nacional y oportunidades económicas, también nos acostumbramos a la demanda insaciable de los Estados Unidos por la droga, nos hacen verlo como algo cotidiano y normal, pero el resultado es esta indefensión en la que nos encontramos, somos un país tan vulnerable y a merced del crimen, por eso al escuchar esta nueva corriente se da el fenómeno de la señorita que quiere ser novia del narco o el niño de once años que ya está en las filas del sicariato.
En resumidas cuentas, cuando te sientes olvidado y te sientes un ser vivo nada más, sin un sentido o plan de vida concreto, te conviertes en una presa atractiva de este género, seguramente vas a experimentar un sentimiento de respeto que viene de tus miedos más profundos, en cuanto sientas eso, acércate a un instrumento musical o a un centro cultural, aunque no lo creas lo agradecerás toda tu vida.
Manos a la obra, no en las armas.