La lucha álgida dentro de Morena/Javier Lozano
Ha trascendido que, en Palacio Nacional, hay luz verde para que los aspirantes presidenciales se muevan y se posicionen con libertad por el país porque será el pueblo quien determine al abanderado de Morena en el juego presidencial, eso sí, si hay condiciones democráticas y equitativas como todos esperamos. Esto debe aplicar para los cuatro aspirantes de Morena reconocidos por las bases del partido, incluso de las propias metodologías que ha recolectado la percepción entre la población civil.
Sin embargo, hasta ahora, tengo muchas dudas de que exista equidad y pluralidad en el proceso anticipado. De hecho, se nota la cargada a favor de una de las corcholatas preferidas de Palacio Nacional en manos de la regenta de la Ciudad de México que minimiza las reglas electorales haciendo campaña con una estrategia de publicidad descarada. De ahí nace el escepticismo de las propias bases del partido que han alzado la voz para pedir piso parejo.
Tienen razón: no ha existido cautela y mesura en la competencia interna de Morena. Ésa es la actitud que han tomado desde el antiguo Palacio del Ayuntamiento en la Ciudad de México porque han pisoteado la propia constitución política. Paralelamente, han hecho sentir su presencia en las redes sociales con distintas estrategias perniciosas y agresiones que no son, para nada, parte de los principios intrínsecos de Morena.
A diferencia de otros procesos, la guerra sucia ha sido insuficiente, sobre todo para frenar la aspiración legítima de Ricardo Monreal. Fue un error estratégico quienes pensaron que- a través de mecanismos dañinos- iban a debilitar al coordinador de los senadores de Morena. Aun así, lo único que lograron fue, en la competencia interna, sumar adeptos a la causa del zacatecano porque cobró mayor fuerza al mantener sólida su aspiración presidencial con Morena.
La etapa más crucial fue, en ese sentido, aguantar la embestida de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, al igual que la presión de los legisladores radicales que han pretendido, sin éxito, hacerse del control político de la Cámara de Senadores en el afán de debilitar la aspiración de Monreal. De hecho, esa división no ha llegado a otras latitudes porque el coordinador de la fracción de Morena ha mantenido, con sapiencia, la unidad sobre cualquier hecho o situación.
Por ello, toda la responsabilidad legislativa para llevar a buen puerto un sinfín de Reformas Constitucionales ha recaído en Ricardo Monreal que es, sin duda, el operador más eficiente del presidente en asuntos de esta índole. Ese liderazgo, sumado a su trayectoria política e histórica son elementos suficientes para contemplarlo en la lista de los cuatro aspirantes que jugarán el proceso interno de Morena. De hecho, Mario Delgado y los propios órganos de dirección están obligados a garantizar mecanismos democráticos y transparentes por igual asegurando que, las propias metodologías que se apliquen, sean absolutamente claras.
Y lo digo con la certeza porque Ricardo Monreal estará allí cuando se lance la convocatoria. Incluso, en entrevista, el coordinador de los senadores de Morena destacó que los días de diciembre afianzaron más su convicción de que México necesita continuar con el proceso de transición política y de profundizar la vida democrática y el cambio de régimen.
Pero sobre todo observar y respetar la Constitución y las leyes que nos damos, el Estado de Derecho, que es el que debemos todos someter a la voluntad popular, añadió.
En entrevista, al legislador se le preguntó sobre la declaración de Mario Delgado en el sentido de que sólo los líderes juntos podrían llenar los zapatos que dejaría López Obrador, a lo que Monreal respondió:
“Es una opinión de él, la respeto. Lo que es cierto es que el Presidente de la República fue y ha sido un dirigente excepcional. No se repiten etapas. Solamente creo que el Presidente ha hecho un gran esfuerzo en el país, aunque faltan temas pendientes que atender”, dijo.
Ricardo Monreal dejó en claro que sigue firme su lucha por competir dentro de Morena. “Quiero ganar a la buena, subrayó, luego de insistir en que “ya nos dimos cuenta de que el adelantar vísperas no ha resultado positivo, porque ya hay divisiones internas que no nos gustan, que la posibilidad del triunfo de Morena en el 2024 atraviesa o pasa por la unidad de Morena”.
Mientras llegue el momento clave hay que seguir considerando seriamente- con todos los méritos- a Ricardo Monreal en el juego sucesorio presidencial con Morena.