Diez lugares que no puedes dejar de visitar si vienes a Morelia
MORELIA, Mich., 9 de enero de 2023.- A ojos de propios y extraños, las ciudades siempre muestran algo nuevo, aunque uno asegure que ha estado en ese lugar en muchas ocasiones. Aquí invitamos a mirar con ojos nuevos, 10 lugares clásicos de la ciudad de Morelia:
El Acueducto
Seguramente es información muy manejada, el hecho de que el Acueducto de Morelia tiene 253 arcos, una altura casi 10 metros en su parte más alta, y una extensión poco menor a los 2 kilómetros, no está de más recordarlo.
También hay que saber que aunque se construyó a principios del siglo 18, fue fray Antonio de San Miguel quien ordenó se modificara a la forma que actualmente lo conocemos, esto en 1785. Este monumento es un símbolo de la ciudad, aparece en un billete de 50 pesos, y en su recorrido se disfruta del bosque Cuauhtémoc y una parte del oriente de Morelia.
La calzada fray Antonio de San Miguel
Siguiendo el contorno del este monumento, se encuentra la calzada fray Antonio de San Miguel, que lleva justamente el nombre de quien ordenó modificar el Acueducto, pero también restauró esta vía. Este sitio importante también para la feligresía, se construyó en 1732 por orden del obispo Juan José Escalona y Calatayud.
En la actualidad es un sitio peatonal con un pequeño camino para el tránsito de automóviles. Tiene en ambos contornos larguísimas bancas de piedra, y a lo largo de su extensión, de Las Tarascas al Templo de San Diego, se pueden apreciar viejas casonas de los siglos 18 y 19 que en algún momento fueron casas de verano. También es camino obligado para peregrinos que van al templo de San Diego, que es también el Santuario de Guadalupe en Morelia.
La fuente de Las Tarascas
Casi abrazada por el Acueducto, y donde inician o terminan la calzada fray Antonio de San Miguel y la Calle Real, hoy avenida Francisco I. Madero, se encuentra la emblemática fuente de Las Tarascas, sitio que albergó la primera escultura en 1931, realizada por los artistas Antonio Silva y Benigno Lara. Sin embargo, pudo más una supuesta moral, y 1967 se quitó, para regresar más tarde en 1984, de la mano del escultor Luis Padilla Retana. Sigue siendo un mito dónde quedó la primera versión.
El Callejón del Romance
En esa zona, casi desembocando a la fuente de Las Tarascas, se encuentra el Callejón del Romance, de los pocos callejones en su tipo que hay en el Centro Histórico de Morelia. Flanqueado por la calle 20 de noviembre y la avenida Francisco I. Madero, este callejón de casas de cantera, una fuente y coloridas camelinas, fue construido en el siglo 19. Se llamaba en un principio Callejón de la bolsa, después pasó a ser el Callejón del socialismo, para terminar siendo el Callejón del romance debido, dicen, a los versos del poeta de Taretan, Lucas Ortiz.
La Catedral metropolitana
Siguiendo por toda la antigua Calle Real, desde la zona de Las Tarascas en dirección al poniente, se llegará al núcleo del centro histórico, que alberga como protagonista de la ciudad, a la Catedral metropolitana, emblemático edificio que tardó casi un siglo en construirse; de 1660 a 1744, por el arquitecto Vicenzo Barrochio, en un estilo ecléctico debido al largo periodo de su construcción.
Este imponente inmueble de carácter religioso tiene muchos tesoros, aunque destacan dos de ellos. Uno es la escultura del Cristo crucificado, ubicada a la izquierda del altar principal. Lleva por nombre el Señor de la Sacristía, y está hecho de pasta de caña de maíz, una técnica precolombina.
El majestuoso órgano monumental
El otro tesoro, por el cual se realiza de manera ininterrumpida desde hace 56 años el Festival Internacional de Órgano de Morelia, Alfonso Vega Núñez, es el majestuoso órgano monumental estilo churrigueresco, el cual tiene 4 mil 600 flautas que van desde centímetros hasta metros de altura, lo que hace posible excelentes interpretaciones.
Es de destacar que este recinto religioso es el único en todo el país que no está direccionado hacia Jerusalén, algo común en la construcción de catedrales en el tiempo de la Colonia. La Catedral de Morelia tiene su frente hacia el Norte.
La Pila del Ángel
La calle que está justo detrás de la Catedral de Morelia, García Obeso, a tres cuadras de distancia y haciendo esquina con la calle Guerrero, se encuentra la Pila del Ángel, una muy pequeña plazuela con una fuente que tiene en el centro la escultura en cantera rosa de un ángel.
Este espacio fue construido en 1871, y guarda una leyenda; el rescate de una pequeña niña para no morir ahogada en una pila de agua, y es que cuenta la leyenda que la mano salvadora de un ángel luminoso evitó su muerte, y partir de entonces, dicen, se colocó la escultura que hoy en día le da nombre a esta fuente.
El Museo Casa Natal de Morelos
Por esa misma calle de García Obeso, dos cuadras antes y haciendo esquina con la calle de La Corregidora, se encuentra el Museo Casa Natal de Morelos, sitio donde nació el 30 de septiembre de 1765 Don José María Morelos y Pavón, héroe de la Independencia Nacional. Hay que decir que esa casa no es la original, ya que fue demolida en 1888, y su lugar se construyó una finca en el siglo 19 con un hermoso jardín. Ese lugar se remodeló en 1964 y se acondicionó para ser usada como un museo.
El Jardín de la Soterraña
En la esquina de las calles Guerrero y Rayón, se encuentra el Jardín de la Soterraña, un espacio arbolado y fresco, rodeado de bancas, que tiene al centro tiene una pileta. Está a pocos metros del templo de Cristo Rey, donde se veneró a la Virgen de la Soterraña. Se dice que por ello se construyó, a finales del siglo 19, este espacio como un remanso que es poco visitado, quizá por no estar tan cerca del primer cuadro de la ciudad.
El Jardín de las Rosas y el Conservatorio
Más hacia el Norte, por la calle de Rayón, se llega a la calle de Santiago Tapia. En la esquina de esa rúa con Guillermo Prieto, se encuentra el lugar conocido como Jardín de las Rosas, y frente a éste, el Conservatorio de las Rosas.
Este jardín realmente se llama Luis González Gutiérrez, en honor al profesor del Colegio de San Nicolás de Hidalgo, sin embargo, es conocido como Jardín de las Rosas porque se encuentra justo frente al Conservatorio del mismo nombre. Este espacio con una fuente al centro, y con las esculturas en los extremos de Miguel de Cervantes Saavedra y Vasco de Quiroga, se ha convertido en un espacio para el arte y la convivencia debido a que cuenta con una serie de cafés y restaurantes para disfrutar desde la mañana hasta la tarde.
Por otro lado, está el Conservatorio de las Rosas, el más antiguo de América, ya que todavía como Colegio de Santa Rosa de Santa María impulsó la creación del arte musical. Es en la actualidad una de las casas de música más importantes del país.
El edificio donde está ubicado este recinto musical, fue antes el Convento Dominico de las monjas de Santa Catalina de Siena, espacio dedicado a la educación especial de la mujer en tiempos de la Colonia. Este esplendoroso inmueble del siglo 18 tiene una espectacular arquería que da a la calle, y un patio central rodeado de arcos y jardín.