Diálogos de vida
Si yo fuera Gober en 2023/24
Mi hijo preguntó: - Papá, me queda claro que no te gustan el modelo socioeconómico ni las formas de gobernar a México, pero, ¿tú qué harías?
P- Lo primero que haría, hijo, sería recuperar la dignidad personal de todos mis gobernados; solo así, con ciudadanos completos podremos reconstruir a México.
H- ¿Siempre has pensado así? <volvió a preguntar>.
P- ¡No!; cuando Lázaro Cárdenas Batel estaba en campaña, me preguntó: ¿si tú fueras gobernador, Santiago, que sería lo primero que harías?… Mi respuesta fue: “Garantizar una alimentación de calidad a nuestros niños”… Y la razón era sencilla, no se puede construir una nación sana con ciudadanos enfermos o mal nutridos.
H- ¿Y en qué momento priorizaste la dignidad sobre la alimentación?
P- En el momento que comprendí que un ser humano digno, en automático adquiere responsabilidad sobre su destino y en consecuencia busca formas de resolver los problemas y enfrentar los retos, en lugar de mendigar. Si construimos ciudadanos con personas dignas, la pobreza será historia y el hambre erradicada.
H- De alguna manera, padre mío, estamos ante el viejo dilema: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Primero ciudadanos dignos para que resuelvan problemas o primero alimentarles para que tengan el potencial para ser ciudadanos completos?
P- Quizás la respuesta correcta, hijo, esté en enfrentar ambos retos al unísono, de manera tal que con políticas públicas adecuadas garanticemos una alimentación sana para todos (pobres incluidos). Para ello enriquecería la estrategia estatal de seguridad alimentaria con centros de desarrollo comunitario que enfaticen y apoyen la producción de alimentos con “huertos escuela” (Centros ContigoSí en Guanajuato) y con una “Universidad de la Tierra” que impulse la innovación cuidando de los recursos naturales y del medio ambiente, además de “huertos escuela” en TODOS los centros educativos, apoyados en pequeñas parcelas (10 Has. máximo), orientados a producir para mercados locales y regionales, impulsando así una política pública que privilegie la producción: ¡Para alimentar a nuestro pueblo!... Nada tengo en contra exportar alimentos, pero primero alimentar a México.
H- Bien, si al mismo tiempo, como sugieres, capacitamos, educamos y formamos ciudadanos que nutran a la sociedad y damos oportunidades a cada habitante para acceder a lo básico con un trabajo de ocho horas, con programas no asistencialistas que faciliten el acceso a bienes de capital e infraestructura para la producción, así formaremos mexicanos en toda la extensión de la palabra y se dará la reconstrucción social basada en el desarrollo económico, es decir, tendremos comunidades productivas y ciudadanos capaces de exigir derechos y asumir responsabilidades dentro de un marco jurídico que garantice equidad y justicia para poder vivir en paz…
¿Por dónde empezarías, Papá?
P- Mira hijo, yo empezaría con la Universidad de la Tierra y una red de Centros de Desarrollo Comunitario y escuelas, tecnológicos y universidades con huertos escuela, enriquecidos, como expresaste, con una educación integral que forme ciudadanos útiles y responsables, para cimentar esperanza. En una palabra, iniciaría con una política pública integral e inteligente de Seguridad Alimentaria y de formación ciudadana.
El México de los 40 y 50 era un México de pobres, hijo mío, cosa de ver la película de Pedro Infante: “Nosotros los pobres”; pero era un México con esperanzas y alegre, seguro de que con el esfuerzo de todos saldríamos adelante; hoy eso no existe, el mayor drama de una persona, no es ser pobre, el mayor drama es no tener la esperanza ni la ilusión de un mejor futuro y no me refiero al rollo demagógico, sino a la realidad de construir, con hechos, no con discurso o propaganda, la expectativa de que tenemos un camino y de que nuestros líderes saben cuál es.
H- ¡Tienes razón, papá. Hoy somos una sociedad disfuncional, estresada, que no cree en sus liderazgos ¡Urge cambiar eso! Para ello tenemos que hacer las cosas diferentes, porque, si hacemos lo mismo, pos va a resultar lo mismo. Pero primero, ¡tienes razón!, asegurar una buena alimentación para todos.
P- Desde mi óptica, lo que la ciudadanía quiere y no es tonta, es mejor calidad de vida. La sociedad urbana orientada al tener y al consumo no la proporciona. Con esto en mente, mis acciones de gobierno iniciarían por zonas rurales, enfocadas a un cambio cultural de paradigmas enriqueciendo el modelo educativo, garantizando la seguridad alimentaria y combatiendo la pobreza y el asistencialismo, cánceres, ambos, que hoy nos matan lentamente; ello con un objetivo central; construir esperanza con actos de gobierno para que todos tengamos la convicción de que estamos en el camino correcto, para que cada ciudadano tenga esperanza e ilusión, motores ambos de vidas plenas; en tanto se resuelven, con políticas humanistas y trabajo organizado e inteligente, los problemas estatales.
Si el estado se desarrolla integralmente cuidando y aprovechando racionalmente sus recursos, si alrededor de los centros urbanos no hay hambre, si las familias se consolidan y reducimos la migración forzada generando oportunidades y empleo, si aumentamos la producción de alimentos, si construimos infraestructura en función de una visión nacionalista y un plan realista de desarrollo estatal actualizado en función de las nuevas realidades, si desarrollamos mercados regionales y locales, si aumentamos el ingreso de la población, si aumentamos el PIB estatal al incorporar a la economía zonas marginadas, si privilegiamos y exigimos el cumplimiento de la ley y si combatimos el modelo socioeconómico con políticas sociales y económicas contracíclicas; estaremos en el camino de un desarrollo sostenido y sustentable; eso es gobernar; y eso haría si yo fuera el gobernador, ¡gobernaría!… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador