Política gourmet
El pésimo manejo mexicano de la crisis en Perú
* AMLO aspira a ser un líder hemisférico, pero no posee los rudimentos para ello
* El canciller Ebrard está parado sobre hielo muy delgado de cara al 2024
* Urge que el obradorismo tome un curso intensivo de la Doctrina Estrada
CEVICHE PERUANO.- En Perú no cayó nada bien la actitud del Presidente Andrés López Obrador una vez que estalló la crisis política que provocó el hoy depuesto y encarcelado Pedro Castillo Terrones al intentar asestarse un autogolpe de Estado. Y es que el tabasqueño, siempre fiel a su estilo de manejarse con un doble discurso, de manera convenenciera se volvió a pasar por el arco del triunfo la Doctrina Estada, pero al mismo tiempo dejó muy mal parado a su canciller, Marcelo Ebrard Casaubón, pues mientras éste salió a declarar que si Castillo Terrones pedía asilo, aquí en México sin duda se lo daríamos, pero que todavía no lo había solicitado; su jefe, desde su púlpito mañanero le mintió al país entero, porque primero declaró que él no había tenido contacto con su homólogo inca y ayer reconoció que en una conversación que sostuvo con él le sugirió dirigirse a la embajada mexicana en Lima para resguardarse e iniciar el trámite de solicitud de asilo político. Este vergonzoso episodio internacional, que por cierto enfureció a los peruanos, más allá de la mentira presidencial dejó de relieve (por enésima ocasión) que dentro del obradorismo existe una brutal ignorancia en temas referentes a la diplomacia. El cruce de cables entre López Obrador y Ebrard Casaubón nos deja una lectura muy triste, porque mientras el Presidente se empecina en creer que es un gran líder hemisférico (cosa que, obviamente, no es), su canciller se deja ver como un funcionario de alcances muy limitados en temas que supuestamente debería dominar. A Marcelo le correspondía aconsejar asertiva y atingente a su jefe antes de que éste saliera a regarla. Pero como no tiene el expertise suficiente en el tema diplomático, simplemente no pudo evitar el ridículo.
TAMALITOS CRIOLLOS.- Ante el mundo entero México está quedando muy mal parado porque no tenemos nivel en el manejo de las relaciones exteriores. Ahora fue la crisis peruana provocada por Castillo, pero antes ya nos tocó ver el pésimo manejo de López Obrador en asuntos delicadísimos como lo es la guerra entre Ucrania y Rusia, el asilo político al boliviano Evo Morales y el inaudito mutis sobre la situación en Nicaragua con el dictador Daniel Ortega. Lo cierto es que el etcétera es kilométrico y eso nos está acarreando un desprestigio tremendo. ¿Qué entiende la llamada cuatroté por buena diplomacia?, ¿en verdad el Presidente si cree ciegamente en eso de “90% de lealtad y 10% de capacidad”? De pena ajena resultó ver las posturas del chileno Gabriel Boric, el colombiano Gabriel Petro, el argentino Gabriel Fernández y el flamante presidente electo de Brasil, Inácio Lula da Silva, quienes de inmediato salieron a reconocer y a respaldar a Dina Boluarte (nombrada por el propio Pedro Castillo como vicepresidenta) como presidenta provisional, mientras nuestro presidente fingía demencia y volteaba hacia otro lado. En lugar de adoptar una postura progresista y democrática, reconociendo que Boluarte pertenece al mismo partido que Castillo, “Perú Libre”, prefirió colgarse de su desgastadísima cantaleta de las oscuras fuerzas neoliberales y conservadoras que a través de las élites económicas y políticas debilitaron un proyecto del pueblo.
LOMO SALTADO.- A Marcelo más le vale espabilarse. Este tipo de crisis no le vienen nada bien a sus ambiciones presidencialistas, porque al final del día la “corcholata” elegida por el Presidente López Obrador será aquella que presuma los índices más altos de aceptación y popularidad. Por eso, la suspensión de la Cumbre de la Alianza del Pacífico que se llevaría cabo en Perú, prevista para el miércoles de la próxima semana, es una muy mala señal para él, porque tácitamente se está enviando el mensaje de que en México no estamos reconociendo la presidencia de Dina Boluarte . En estos momentos, con el ofrecimiento de asilo político al depuesto Pedro Castillo, nuestro país está actuando fuera d la legalidad, pues el hoy ex presidente peruano está enfrentando un proceso por quebrantar el orden constitucional y es acusado por tres delitos, por lo que no es sujeto de asilo.
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