Abuso sexual y violación, bomba atómica que fragmenta a la familia
MORELIA, Mich., 10 de noviembre de 2022.- El abuso sexual y la violación es como una bomba atómica, cuyo perímetro de afectaciones va más allá del individuo, conlleva una factura altísima para la sociedad: la fragmentación de la familia.
“Cuando llegan, los integrantes de las familias están molestos, indignados, porque hay quienes están a favor del afectado y otros que no les creen; hay una ruptura familiar”, declaró la fiscal de Violencia Familiar y de Género, Ireri Moreno Cruz.
Porque la gran mayoría de los delitos contra la libertad sexual provienen de personas cercanas, en el caso de los menores de 16 años, son los padrastros, los abuelos y los padres, en Michoacán 9 de cada 10 los comete alguno de estos actores.
Al registrarse el hecho, hay madres y familiares que le dan la espalda a las víctimas; que perdonan al infractor y que optan por no darle el seguimiento legal, exponiendo a las víctimas a volver a vivirlo y a convivir con quienes las atacó en su intimidad.
En caso contrario, los padres y abuelos son separados del núcleo familiar, ya sea por elección de la familia o por la acción penal.
Sin embargo, a pesar de que muchas víctimas reciben el apoyo de las familias, los efectos negativos no paran, porque las personas abusadas o violentadas sexualmente quedan estigmatizadas, en la familia, la calle, la escuela y su círculo social, estigma que también influye en el desarrollo de su personalidad, incluso en algunos casos puede manifestarse en su salud física, porque su salud mental se ve afectada.