Desafuero inminente de Layda Sansores
La gobernadora de Campeche está totalmente entregada a buscar el modo de someter y calumniar a la clase política del país de forma estridente.
Lo aseguré hace poco: quién mejor que ella para echarse al hombro este tipo de mecanismos de hostilidad que son descarados porque señalan la forma peyorativa de atacar dándose vuelo con mordacidad. Con Alejandro Moreno le sirvió para conseguir los votos suficientes en San Lázaro cuando se propuso la Reforma Militar que- desde un principio- se antojaba difícil por el Bloque que construyó la oposición.
Y Alito no aguantó la presión: tuvo que ceder y torcer el brazo para sacar adelante un tema de carácter urgente para el presidente Obrador. Durante ese tiempo, Layda suspendió el espectáculo televisivo que se ha convertido en un órgano de espionaje fuera de la Ley para no entorpecer el cabildeo de Alejandro Moreno quien, finalmente, terminó por conseguir los votos en la Cámara de Diputados para avalar el proyecto en mayoría calificada.
Curiosamente, Layda vuelve a contraatacar cuando el escenario legislativo se calienta en vísperas de la discusión del proyecto de Reforma Electoral. Qué casualidad ¿no? Es obvio que la gobernadora de Campeche aprieta de nueva cuenta a fin de arrodillar al presidente nacional del PRI. Eso significa que juega nuevamente sus piezas a ver si le funciona. Se trata del mismo método punitivo que, igualmente, busca tribuna con el coordinador de los Senadores de Morena, Ricardo Monreal, al querer propinarle un escándalo que, eso sí, fracasó porque nadie se comió el cuento de su show televisivo.
La diferencia es que Ricardo, dijimos, no es Alejandro Moreno. De hecho, lo que ha llevado a la gobernadora de Campeche a realizar una acción similar con el zacatecano no es otra cosa que la clásica declaración de guerra que busca meterle zancadilla en el juego presidencial lo que puede entenderse de una forma lógica pues el papel que ha tomado en sus manos no sólo pisoteó y vulnera la Ley, sino está sobrepasando el límite del respeto al difamar a todo el apellido Monreal.
Y, las propias circunstancias, han orillado a Ricardo Monreal a actuar. De hecho, el coordinador de los Senadores logró que la demanda de amparo se admitiera y el juez de distrito concedió este 7 de noviembre la suspensión provisional que, de acuerdo con tesis de jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, procede, para que los responsables, la gobernadora y demás autoridades, se abstengan de continuar realizando publicaciones, así como que eliminen de internet y de las redes sociales estas publicaciones que a todas luces son falsas, carentes de veracidad, objetividad e imparcialidad, además de que con su utilización las autoridades actúan con ilegalidad, rebasando sus facultades.
Pero a Layda no le importó y no respetó la decisión de una norma judicial. En cambio, sigue optando por evidenciar las burdas e ilegales maniobras de ataques sistemáticos, con motivaciones políticas, emprendidas contra el senador Ricardo Monreal Ávila quien- por cierto- exigirá la declaratoria de procedencia para suprimir el fuero a la gobernadora. Una determinación congruente y coherente, pero además justificada en una serie de fabricaciones que no sólo amenazan la democracia interna, sino ponen el riesgo la estabilidad de un proyecto de nación.
Estos son los daños colaterales que está provocando el juego sucesorio anticipado. La guerra fratricida ha comenzado y una alternativa para golpear a los rivales es evidentemente la gobernadora de Campeche que cumple con esa personalidad ensalzada de autonombrarse “valiente”, pero que ha dado señales claras de que, en la cancha, juega a favor de Claudia Sheinbaum que no tengo ninguna duda está muy contenta con el show mediático y burdo de Sansores.
Al cruzar la línea de lo que puede y no realizar por orden judicial le traerá consecuencias sí la Ley actúa conforme a derecho dado que los testimonios son claros y contundentes. Una opción, sería, proponer la separación de poderes ante la ausencia gubernamental en Campeche pues quien encabeza esa función sigue pisoteando las normas jurídicas y el estado de derecho al demostrase que hubo delito y violación a la Ley en el Martes del Jaguar.
Es lamentable y a la vez preocupante porque la ingobernabilidad en Campeche es similar a los gobiernos cuya ausencia es notable cuando están en otras tareas menos en las que el pueblo les concedió. Ella podrá decir que no, pero las encuestas hablan de la grave situación de vacío de poder.
Y por lo que cometió, “voy a estar en espera, prudentemente, porque no hay forma de que se escape, no hay forma. Por un lado la intervención, pero aun cuando dijera y señalara que le llegaron vía anónima las grabaciones y las intervenciones, ella lo difundió a través de un medio público y ahí se configuran dos delitos: difusión y peculado”, aseguró Ricardo Monreal, que no se deja, ni se raja.