Observador ciudadano
Aprovechar la comunicación virtual para educar
Enrique Bautista Villegas
Uno de los factores fundamentales para impulsar el desarrollo nacional es la educación de calidad. Nuestro país ha experimentado durante las últimas décadas una crisis educativa en todos sus niveles y desde diferentes perspectivas. La inversión pública en educación ha sido sistemáticamente insuficiente derivado de falta de recursos presupuestales, falta de espacios en las universidades públicas para atender la demanda de jóvenes aspirantes, ambos, resultado de una política deliberada de los gobiernos neoliberales, así como inadecuada preparación de los maestros, entre muchas otras causas que no pretendo discutir en este espacio.
Lo que si pareciera claro es que para mejorar la calidad del contenido educativo, así como su cobertura, además de voluntad política, hoy por hoy hay acceso a recursos tecnológicos y de comunicaciones con los que hace solo unos años, seguramente menos de una década, no contábamos. Este hecho quedó manifiesto durante el periodo de la pandemia global que azotó al mundo y que pareciera que apenas estamos superando.
Decenas de miles de escuelas de todos los niveles en el país, y seguramente millones en el mundo, se vieron obligadas a suspender durante uno, dos o más ciclos, la educación presencial, para intentar suplirla, en el mejor de los casos, por educación a distancia con el uso del internet. En este contexto los más afectados fueron los estudiantes que habitan en regiones pobres y no tiene acceso a una computadora, al internet, a la televisión educativa. Lo mismo sucedió en otros ámbitos de la vida de la sociedad; y prácticamente en todas las actividades.
El trabajo en casa y las reuniones mediante teleconferencias se volvieron habituales; hoy podemos decir con certeza que llegaron para quedarse.
El daño que nos causó la pandemia en ese contexto es irreversible, pero el aprendizaje que nos dejó, respecto al uso de las telecomunicaciones y el internet, como medios para mejorar la interacción social a distancia y las potencialidades que nos ofrece, debe ser visto como un activo con grandes perspectivas para beneficio de todos en el futuro.
En ese contexto, me parece oportuno traer atención de los lectores e interesados en el tema, en un proyecto imaginado y puesto en marcha por una destacada académica michoacana, la Dra. Ireri Suazo Ortuño, investigadora del Instituto de Investigaciones de Recursos Naturales de la Universidad Michoacana, y actual Presidente de la Sociedad Mexicana de Ecología, A.C. (SMEAC)
La Dra. Suazo lanzó una iniciativa para que los miércoles de cada semana investigadores destacados en el ámbito de la ecología y el medio ambiente dicten una conferencia a través del internet, al que tengan acceso los estudiantes de secundaria y preparatoria de todo el país desde las aulas escolares, y dialoguen con los investigadores en tiempo real. El proyecto es apoyado por la SEP y el Conacyt, aunque absurdamente, desde mi punto de vista, no es obligatorio para las escuelas de esos niveles, aunque pueden conectar al mismo las que así lo deseen. Actualmente su cobertura alcanza a 50 escuelas a nivel nacional, pero su potencial de crecimiento es grande. También las escuelas tienen la oportunidad de bajar estas conferencias para transmitirlas a otros estudiantes. En total, hasta ahora, se han dictado 38 conferencias, mismas que están listas para que las vean más estudiantes (https://scme.mx/videos-de-conferencias-para-secundarias-y-preparatorias/), o pueden entrar cada miércoles de 10:00 a 11:00 horas para escuchar la conferencia en vivo desde el facebook de la SMEAC.
Una experiencia de esta naturaleza para los alumnos debe resultar estimulante, además de aleccionadora. Seguramente más de uno verá definido su futuro, o cuando menos su vocación, a partir de la de dialogar con expertos de renombre nacional o internacional en temas de su interés; en este caso los medioambientales.
Sería de esperar que un esfuerzo de esta naturaleza se replicara en otros ámbitos del conocimiento, y que la educación a distancia sirva para hacer eco de este tipo de iniciativas y experiencias, con el propósito de elevar el acceso al conocimiento de nuestros niños y jóvenes.