Quinceañeras y quinceañeros por la inclusión
Todos los adolescentes sienten los deseos de que en sus vidas se organicen la fiesta de sus quince años, momento en el cual son presentados ante la sociedad, y ello, permite dar las condiciones para en tres años acceder a su mayoría de edad y sentar las bases para tomar decisiones de manera libre, autónoma e independiente, que sería lo deseable.
No obstante, el importante momento, sobre todo en estos tiempos posmodernos, hedonistas y de una sociedad de consumo, nos plantean que, en un ambiente de valores líquidos, efímeros, debemos de trabajar en familia para fortalecer socioemocionalmente a nuestros hijos y que su toma de decisiones sea ética y con el mayor grado de madurez que se pueda.
Pese a ello, nos encontramos frente a un paradigma social y cultural de diversidad, aún más, de discapacidad, por esa simple razón es importante comprender que los medios de comunicación al hacer su trabajo y la misma sociedad al compartir eventos de quinceañeras, motiva a personas con discapacidad, incluso las que viven en precariedad, a desear también vivir ese evento social.
Dadas las condiciones económicas que vivimos, para muchas familias se dificulta hacer actos festivos para agasajar a sus hijas e hijos cuando cumplen los quince años; esta situación, entre otras muy tristes, constituyen el que un conjunto de personas y de organizaciones apoyadas por algunos servidores públicos contribuyan para hacer realidad dichas festividades, haciendo el gasto más llevadero, al colaborar de manera genérica todos ellos y realizar el evento.
La primera y segunda edición de “Quinceañeras por la inclusión”, da muestra del concepto de solidaridad y compromiso social a través de procesos de cohesión social; vale la pena expresar que, en esta segunda edición se sumaron cuatro quinceañeros y 18 quinceañeras, que en su conjunto hablamos de la inclusión a un mundo social que excluye lo que es diferentes.
Esta segunda edición constituye una motivación para muchos y machas personas, así como para las familias, incluidas para las y los quinceañeros, quienes vieron la oportunidad de ver cumplidos sus sueños para ser presentados y presentadas en la sociedad.
En esta edición, al igual que la primera edición, se incluyen los principios de cohesión social que se genera para la consolidación del grupo, esto es, a partir de promover la confianza que tienen los padres de familia para participar y dar sonrisas a sus hijas; pero también genera la identidad, la pertenencia a un grupo de discapacidad y al mismo tiempo de la sociedad; así como el fortalecimiento de los valores sólidos, para la convivencia, lo cual transitara a la fraternidad y finalmente a la participación social.
Pero igualmente esta segunda edición nuevamente convoca a diferentes actores políticos y sociales para asumir el compromiso de transitar por la ruta de la solidaridad, cooperación y trabajo colaborativo y permitir hacer una fiesta de dos tiempos: ofrecer gracias a la deidad con una misa oficiada por autoridades eclesiásticas y la fiesta de quince años con 22 personas con discapacidad, 18 mujeres y 4 varones, algunos viviendo en precariedad.
Por otro lado, se reconoce el esfuerzo que realizan todos los colaboradores, para llevar a cabo la empresa social y cumplir con el objetivo central, dar la oportunidad de adolescentes de cumplir con un sueño, la fiesta de quince años.
Desde aquí, vaya un agradecimiento a todos, todas, todes los que participaron: quinceñeras, quiceañeros y sus familiares; quien apoyo con la comida y el pastel, y los desechables, así como el agua de sabor; quienes proporcionaron los vestidos, ramos y tocados; el arreglo personal y peinados de las quinceañeras; los traslados en motocicletas y vehículos de colección de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen a la plaza Generalísimo Morelos; la manta; el toldo y el mobiliario; la gran disposición de los artistas, así como cantautores, y grupos musicales, el sonido.
Hoy por hoy, un evento de esta naturaleza que representa un esfuerzo social, no se puede hacer por una organización, sino por la suma de esfuerzos y compromisos de muchas organizaciones de la sociedad civil, personas particulares y algunos servidores públicos que comprenden la dimensión de los propósitos que animan seguir reconstruyendo el tejido social y la convivencia y paz de la sociedad.
Continúo pensando que la vida es generosa cuando en horizontalidad podemos dialogar y establecer los acuerdos en equidad para avanzar en propósitos fundamentales, por ello, la inclusión de este ejercicio nos permite comprender que avanzamos en los valores de la igualdad, la libertad, la honestidad, la responsabilidad, la colaboración y el amor a la otredad.