La venta del cuerpo humano
Trabajar en modelos de prevención para contener y en su momento disminuir y eliminar el delito de trata de personas es uno de mis propósitos como ciudadano, como servidor público, académico, luchador social. De esta manera en diferentes momentos, he abordado el tema de trata de personas con los servidores públicos y población en general, principalmente los centros escolares en los municipios de Lagunillas, Huiramba, Acuitzio, Villa Madero, Quiroga, Jacona, Zacapu, Tzintzuntzan, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Cd. Hidalgo, en la costa y sierra de Michoacán y también de Guerrero y otros más ccomo el Estado de México e Hidalgo, a ellos, ellas, elles, les hemos brindado los elementos de difusión para la prevención del delito de trata, acción que se realiza a favor. Hoy mismo, lo seguimos realizando a través de medios de comunicación a través del programa “Esclavitud Moderna”, que se trasmite semanalmente a través de redes sociales y el canal de YouTube, el programa tiene como propósito atender entrevistas de diferentes actores políticos, sociales e institucionales que coadyuvan con el Cotrapem.
El Cotrapem, es decir el Consejo para la Atención del delito de Trata de Personas en Michoacán, en el cual participan instituciones de los diversos niveles gubernamentales y de la sociedad civil; dicha estructura interinstitucional trabaja a favor de promover acciones para la prevención del delito, que genera cientos de millones de dólares para las bandas criminales, en el mundo. Estas acciones se insertan en un modelo económico en donde el cuerpo es considerado como una cosa, o sea, una mercancía que puede ser un producto o brindar un servicio para quien lo demande, es decir, ese cuerpo se sujeta a las leyes de la oferta y la demanda, y existen más de una decena de actividades para hacer funcionar ese cuerpo por mercancía, que va desde los sexual, hasta el trabajo forzado, entre otros.
De esta manera el modelo económico que tenemos, es decir, el Neoliberalismo genera un mercado que ofrece bienes y servicios y todas ellas tienen un precio y están sometidas a las reglas de la oferta y la demanda. Pese a ello, cuando se habla de personas y no de bienes o servicios, o bien cuando le ponemos rostro a las cosas, nombre y apellido, hombre o mujer, o bien, personas que viven en diversidad sexual con características para colocar en el mercado, es obvio que estamos hablando de un fenómeno que pone a los más vulnerables en condiciones de violentar la dignidad humana y sus derechos y libertades; sobre todo si hablamos de niños, niñas, adolescentes o jóvenes, adultos mayores, pero también poblaciones indígenas.
Hablemos claro, cuando las personas entran en el comercio, cuando se vuelven un objeto, cuando se cosifican y son compradas para la explotación de diferentes formas (Las víctimas de trata de personas terminan en distintas situación de explotación forzada, entre ellas la construcción, actividades de minería, servidumbre, servicios domésticos, venta de productos en zonas turísticas, mendicidad forzada, prostitución forzada, pornografía, matrimonio forzado o servil, actividades ilícitas para el crimen organizado, extracción de órganos y otras más), estamos frente a un fenómeno llamado la nueva esclavitud o esclavitud moderna, que ha seguido vigente desde los albores del primer genocidio en las Américas, con el proceso de Conquista los esclavos negros.
La información y formación dirigida a los grupos en condición de vulnerabilidad, ya señaladas anteriormente, es necesaria para evitar la invisibilidad de este fenómeno social y evitar que se dé la trata de personas. Es preocupante que la trata de personas se vea desde solo un ángulo, que es el penal, se le considera un delito y por ello se le persigue por distintas estructuras públicas que obedecen mandatos de ley para inhibirlo, de igual manera desde la perspectiva internacional se le da un tratamiento desde el enfoque de la delincuencia organizada, y se puede comprender derivado a que hay una vinculación entre el crimen organizado en todo el mundo, para atender las necesidades de mercado, pero por otro lado recordemos que es el delito con mayor presencia internacional y de mayor impacto económico.
Se considera, desde el pensamiento de la complejidad, que el delito de trata de personas debe de tener otro enfoque aparte del penal, para recibir del Estado mexicano cuando ya se cometió el delito el apoyo a las víctimas, para evitar la impunidad y su invisibilidad, para ello ya existen diversas instancias gubernamentales y desde la sociedad civil, pero se requiere de seguir fortaleciéndolas para que profesionalicen su función pública, pero al igual actúen con vocación de servicio. Por ello, será importante seguir trabajando para que adicionalmente al análisis penal y criminal y de delincuencia organizada, se le vea con otro enfoque desde el análisis de los derechos humanos y las libertades, que permita una manera de ayudar a la víctima y de prevenir que no se generen más víctimas; y es que brindar un enfoque desde la perspectiva de los derechos humanos nos obliga a ver que una víctima de trata están en juego sus derechos, entre ellos: la vida, la libertad, su libre desarrollo de la personalidad, su integridad y desde luego la dignidad humana.