Libros de ayer y hoy
De pequeño, frente a la montaña Altamirano, donde las mariposas monarca arribaban jubilosas, Homero Aridjis intuyó una poesía que abarcaba al mundo natural. A ella agregó desde su adolescencia, el erotismo, “la supremacía del amor. Y la mujer en su horizonte y espejismo”, como lo escribió Octavio Paz. La Fundación Pax Natura le acaba de dar el reconocimiento 2022, del mismo nombre, por la lucha que ha desarrollado el poeta, escritor y ambientalista por la defensa de ese mundo natural tan averiado. El tema de la mariposa monarca tiene no solo la faceta ambiental, engloba varios problemas que repercuten en su presencia anual, en tierras de Michoacán y el Estado de México. Una es la degradación de los bosques, que tiene expresión en varios estados del país, pero que en el caso de los estados mencionados agrede un valor natural, artístico y turístico como es la mariposa monarca. Se avisa que este año se recompuso la situación del año anterior, al recuperar 2.84 hectáreas para esos bellos insectos, pero falta llegar a la meta de seis hectáreas que antes ocupaban..Y muy de lejos de recuperar el número de décadas antes, que llegaron a 4 y medio millones calculadas por expertos.
MI PRIMER AMOR FUE LA MARIPOSA MONARCA, HA DICHO EL POETA DE CONTEPEC
Homero Aridjis ha sido uno de los ambientalistas que más se han preocupado por la protección de la mariposa monarca. Uno de sus 58 libros, La montaña de las mariposas, (Punto de lectura 2010), destaca la forma como se fue enamorando de esa mariposa que migra desde el norte del continente. Parte de los problemas que tiene la disminución del insecto, tiene que ver precisamente por sus orígenes a los que culpan de los químicos que se usan en las poblaciones boscosas donde vive y la falta de otros cuidados. Aridjis las conoció en su infancia, aunque la preocupación por ellas se extiende a nivel oficial a tres o cuatro décadas. Desde la montaña Altamirano que recuerda al gran escritor de Navidad en las montañas, vislumbraba la magia y el dibujo artístico que poblaba sus cuerpos. Cuenta su historia, sus leyendas , mientras las mariposas se convierten en tema ambiental y hasta de interés del narco. El interés del poeta michoacano se extiende no solo a la mariposa, recuerda su presencia en el Grupo de los Cien, la dirección del Pen Club por años, su paso por la diplomacia y la relevancia en la literatura, si bien se concentró en las últimas décadas, en la búsqueda util y la recuperación de la naturaleza. Por eso fue reconocido por Pax Natura 2022.
POESÍA EN MOVIMIENTO Y LA DISCUTIBLE CONCEPCIÓN DE OCTAVIO PAZ
En ese largo prólogo del primer libro de Poesía en Movimiento (volumen 1, Lecturas mexicanas SEP 1985), en el que Octavio Paz va delineando lo que significan para él los poetas que fueron seleccionados, menciona a Homero Aridjis. Y lo considera un poeta de fuego contrario al agua. Extraño, para un hombre que ha defendido la naturaleza. En el Segundo Cielo de su percepción menciona a cuatro poetas en parejas disímbolas, Marco Antonio Montes de Oca, Gabriel Zaid, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis. Los dos últimos con Alí Chumacero, son, con Octavio Paz, autores del libro y la selección. Las relaciones de los cuatro las considera el Premio Nobel contradictorias y a Aridjis lo contrapone con Zaid. La historia de este libro es larga y a veces discutible para otros poetas, pero en él brillan 26 poetas de los más destacados del país. A Homero, lo coloca en la dimensión del fuego, porque el ahora laureado que ha demostrado su amor a la naturaleza, es contrario al agua, dice, “porque siempre lanzado hacia fuera, ávido de tocar la realidad, y siempre llenas de humo las manos rojas”. Su poesía es eso, dice Paz y al ser contrario al agua corre el peligro de destruir con el fuego, lo que ama. Se le discute la razón al Nobel, producto de un enfoque poético, ante la sensibilidad de un Aridjis que ha dedicado buena parte de sus últimos años (Tiene 82, nació el 6 de abril de 1940 en Contepec Michoacán) a la defensa de la naturaleza, sobre todo de la mariposa monarca, como se ha recalcado.