Libros de ayer y hoy
Teresa Gil [email protected]
Como siempre lo ha hecho para desacreditar a México, la organización anticomunista Human Rights Watch, con sede en Nueva York, volvió a hacerlo el 3 de mayo en el que llaman día de la Libertad de Expresión. México, víctima en muchos sentidos de su país sede, es para ese organismo el segundo más peligroso del mundo para el ejercicio periodístico, después de Ucrania en este momento. Y concita en los medios mundiales para considerarlo así. Es un atropello abusivo y ramplona concepción, en un mundo integrado por centenares de países que padecen las mismas o peores violencias y problemas. Desde sus orígenes en 1978, como Helsinki Watch, la organización Human Rights Watch se exhibió como el tipo de organismo que iba a ser. Su primera labor, que suele recalcar en sus semblanzas, señala aquel inicio para enfrentar al gobierno de la URSS, al reunir a ciudadanos que estaban en contra del ente comunista multinacional. Como otros organismos que caminan como Pedro por su casa en muchos países, con el pretexto de los derechos humanos, el mencionado ejerce una permanente función de espionaje, acción en lo que solo ve lo feo de los países que penetra. Se mueve, por lo general, en aquellos lugares en donde existen gobiernos diferentes a los capitalistas y trata de justificar su existencia en una lista larga de problemas, que se desprenden también, en lo general, de las invasiones que han hecho los imperios.
LO SOSTIENEN CAPITALES Y DOS PREMIOS NOBEL EXIGEN DEFINIR SU POSTURA
Aunque se autonombra organismo independiente, Human Rights Watch tiene tratos directos con el gobierno de Estados Unidos. En 2020, los premios Nobel Mairead Maguire, de Irlanda y Adolfo Pérez Esquivel de Argentina, le exigieron al organismo desprenderse de las relaciones con entes oficiales del gobierno de Estados Unidos, principalmente de la CIA. Y se le pidió eliminar asimismo a Javier Solana, ex secretario general de la OTAN, de su directorio. Todo eso se ha dado a conocer. Se sabe que tiene un presupuesto anual de 30 millones de dólares y que recibe aportes de grandes capitales. Se mencionan en su historia los 100 millones de dólares que le dio el rico George Soros y el rechazo que tuvo que hacer muy a su pesar por las críticas, de los millones que le entregó el saudí Mohamed Bin Issa Al Jaber, que le exigió no utilizarlo para defender a personas gay. La suya es una evidente presencia ideológica y política, que sirve a los designios de Estados Unidos y otros países poderosos de occidente.
SE OCULTAN LOS VERDADEROS PROBLEMAS PARA DENOSTAR GOBIERNOS
Human Rights Watch es un organismo fuerte y poderoso que se mueve en más de cien países. Se dedica, a partir de investigaciones, a intervenir y denunciar agresiones a derechos humanos. Pero esas investigaciones las hace desde su perspectiva. Al mencionar a México como el segundo país más peligroso para el ejercicio periodístico, no recalca que el número de periodistas asesinados, menciona 33, tiene mucho que ver con el crimen organizado. Un sector que existe y es exacerbado desde su país sede, por la demanda de droga. Las armas que matan a esos periodistas, vienen de ese país principalmente. Cuando se refiere a las investigaciones de tipo social, en los casos de niños en situación de calle, no profundiza que muchos países donde existen esos casos, han sido intervenidos, depredados y saqueados por los grandes imperios en uno de los cuales tiene su sede. El archivo del organismo está depositado en la librería de la Universidad de Columbia y sería interesante revisarlo para ver los enfoques de sus investigaciones. Ver si ha habido participación suya en la defensa de la población, muchos niños, entre ellos, de Palestina, cuando son agredidos por el también poderoso ejército de Israel. Cuál ha sido su comportamiento ante las agresiones de los opositores en Venezuela, que han llegado a quemar gente viva. Consultar si se dice que en México hay opositores que agreden a un gobierno, con dinero recibido en parte de organismos cercanos al Departamento de Estado. Y las muchas agresiones inferidas a Cuba de parte de ese país norteño que han profundizado graves crisis de bienes prioritarios en ese país. Y los ataques de años a Siria con muertes y desapariciones ocasionadas por sectores en contra del gobierno establecido, que tienen apoyo de Estados Unidos. Y así, por el estilo, solo ejemplos... Condenar como lo ha hecho en esta ocasión a nuestro país en esa presunta defensa de una libertad de expresión que en México corre tan libremente como su nombre, es una aberración de su parte. Human Rights Watch no tiene calidad moral para hacerlo.