El hogar, donde más violencia hay contra los niños michoacanos poscovid
MORELIA, Mich., 27 de marzo de 2022.- La violencia se incrementó en el último año en los hogares michoacanos, de acuerdo con ocho de cada 10 niños, adolescentes y adultos encuestados por la organización World Vision México, en 33 municipios de la entidad.
De acuerdo con esta organización, este incremento puede deberse, en gran medida, al reconocimiento público gradual de la violencia que ocurre en el interior de los hogares, en muchos casos ejercida por miembros de la familia, dejando atrás la idea de la casa como un santuario de protección, idea que se ha propiciado en el último año debido al impacto que la pandemia por la COVID-19 ha tenido en la humanidad.
El confinamiento realizado en muchas partes del mundo como medida de prevención contra el coronavirus ha llevado a un incremento del tiempo de convivencia entre las y los miembros de las familias en espacios muy reducidos, lo cual, de forma general, puede ser motivo de tensiones, estrés y conflictos, pero que, en el caso de contextos violentogénicos, es la chispa requerida para que la violencia al interior del hogar dejara de ser un rumor y se revelara como una dolorosa realidad.
Los resultados de la encuesta, uno de lo instrumentos para la elaboración del Informe sobre la violencia contra niñas, niños y adolescentes en la entidad, el hogar se erige como el espacio donde se dan más actos de violencia, de acuerdo con 6 de cada 10 de las niñas, niños, adolescentes y personas adultas consultadas.
Esto supera por un amplio margen a la escuela con 17 por ciento y la calle con el 12 por ciento, descartando la idea de que la violencia es ejercida en los espacios “públicos” por personas “ajenas”, lo cual, a su vez, revela que el problema, en gran medida, se origina, manifiesta y se perpetúa en el seno familiar y a través de personas conocidas, lo cual complica aún más los esfuerzos de prevención y atención.
A esto hay que sumarle la probabilidad de que esta percepción no contemple los gritos o las nalgadas, ya que no siempre son considerados formas de violencia, lo cual podría incrementar la proporción dada si las personas tomaran conciencia de que esas también son manifestaciones de violencia contra niñas, niños y adolescentes, por lo que son cada vez más reducidos y escasos los espacios y momentos en los que las niñas, niños y adolescentes pueden estar a salvo.
El 35.2 por ciento de las personas que contestaron la encuesta consideran que las niñas, niños y adolescentes se encuentran seguras y seguros todo o casi todo el tiempo en su vecindario, comunidad y escuela; sin embargo, el 59.5 por ciento afirma que sólo lo están parte del tiempo o que no lo están en absoluto.
La proporción de personas, tomando en cuenta a infantes y adolescentes, que creen que las niñas, niños y adolescentes no están seguras y seguros en absoluto, respecto a quienes consideran que lo están todo el tiempo es prácticamente de 4 a 1, lo cual indica la pérdida de confianza en espacios que, en contextos pasados, eran considerados de protección y cuidado de la niñez y la adolescencia.
Esta pérdida está justificada ante la creciente denuncia de abusos en su interior, aunque esto no significa que se esté solicitando que las niñas, niños y adolescentes ya no estén con sus familias y en las escuelas o que estas instituciones desaparezcan; sin embargo, si estas últimas no se reestructuran y resignifican respecto a las necesidades reales, su papel será cada vez más complicado ya que los infantes y adolescentes se irán alejando cada vez más de estructuras con las que no se identifican, en las que son vulnerables y en las que en pocas ocasiones se les toma en cuenta.
World Visión México explica que debido a los contextos actuales, resultó inevitable que las personas generaran una evaluación sobre las instituciones que les rodean, su actuar, sus capacidades, sus fortalezas y sus puntos débiles, concluyendo que las acciones llevadas a cabo de forma general no son suficientes para evitar la violencia en contra de niñas, niños y adolescentes, ya que 8 de cada 10, tomando en cuenta a las personas adultas también, consideran que no se ha hecho nada o que se ha hecho muy poco en torno al tema.