Teléfono rojo
· El Ejército interviene el Insabi y maneja sus finanzas
· Organizará compras, pero no tiene prevista ninguna
· El gobierno no tiene previsto dialogar con opositores
El cambio llegó antes del año.
Exactamente el 15 de diciembre de 2021.
Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra dejó la dirección de Administración del Instituto de Salud para el bienestar (Insabi) y todo cambió.
El director de ese engendro, pésimo sucedáneo del Seguro Popular, Juan Antonio Ferrer Aguilar no tuvo objeción en dejar libre a su subordinado.
Lamoyi Bocanegra se fue al Banco del Bienestar a una función muy diferente bajo el mando de la ex subsecretaria Diana Alvarez Maury.
Pero para el país fue un cambio radical.
Entre las funciones del Insabi, se supone, está garantizar la proyección, compra y abasto de medicamentos para atender las principales enfermedades del país
Esas a las cuales el gobierno de Enrique Peña Nieto -claro, bajo un profesional de la medicina en la Secretaría de Salud (SSA) como el doctor José Narro Robles, dejó un inventario mayúsculo.
No para el inicio de la nueva administración o siquiera para 2019, sino para varios años y tal vez para cubrir el primer trienio del nuevo gobierno, el que abolió el Seguro Popular.
Verbigracia: vacunas para enfermedades de protección infantil como sarampión, viruela y tuberculosis, claves para la salud de futuras generaciones.
Hasta para el papiloma humano, una pandemia a la cual se expone a la población femenina y para cuyo combate no hay siquiera un programa gubernamental de concienciación.
CERO PLAN PARA MEDICAMENTOS
Hoy no sabemos cómo viene el futuro.
El doctor José Narro Robles no pudo prever la compra de vacunas para el coronavirus porque todavía no aparecía en el mundo el Covid 19: eso sucedió en 2020.
Pero vaya un dato para valorar la herencia del ex secretario y ex rector de la UNAM: no está prevista la compra de más biológicos.
Ni siquiera para el resto del año.
Hay carencias para todas las enfermedades descritas, y nadie sabe si será necesaria la cuarta dosis -para quienes llevan la de refuerzo, porque a muchos les falta éste- o se viene una variante más agresiva.
¿Pero cuál es el tema central de esta columna?
Simple: el administrativo Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra no aceptó tener vigilantes con uniforme verde oliva y prefirió recibir una nueva encomienda.
Lo relevó el Ejército Mexicano y no hay más datos.
Es decir, ahora los recursos, las provisiones, las compras y la distribución depende exclusivamente del Ejército Mexicano y no de expertos médicos como antaño lo hacía la SSA, el IMSS y el ISSSTE.
Ellos verán cómo se cubren.
Así estamos, así vamos a ciegas.
CERO DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN
Lo anunciamos aquí el 1 de marzo:
El gobierno se abre a gobernadores panistas, no al PAN.
Todo está confirmado ahora.
Varios gobernadores azules fueron invitados a la inauguración de las ampliaciones de la Base Aérea de Santa Lucía para cubrir la imagen institucional.
Pero con el PAN es diferente, porque no se desea ningún diálogo con la oposición, sea priísta, panista, perredista o emecista.
Ayer los legisladores, comandados por Santiago Creel, declararon imposible el intercambio de opiniones con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Lástima, eso aleja los acuerdos.