Ana Cristina fue asfixiada y no murió por asma; vinculan a sospechoso
MORELIA, Mich., 21 de marzo de 2022.- Ana Cristina o Erika Carolina salió de su casa el pasado 24 de febrero a su trabajo, en el bar Nachas, pero jamás volvió.
Presuntamente su cliente la privó de la vida en un motel de la salida a Salamanca; este lunes el sospechoso fue vinculado a proceso y destinado a prisión preventiva oficiosa.
Rubén Ariel E. era ya un cliente frecuente del bar. Era conocido en los bajos mundos, como se dice coloquialmente, por el nombre de Luis, un hombre que acostumbraba asistir al establecimiento junto a un taxista que lo llevaba de un lado a otro.
Durante sus visitas recurrentes conoció a Ana Cristina, nombre artístico de Erika Carolina. Se sintió atraído y buscó un encuentro.
El pasado 24 de febrero, el imputado negoció un encuentro sexual con la bailarina y fue intermediaria una conocida de ella, de acuerdo a lo desvelado en la audiencia pública de la causa penal 224/2022.
Después de convivir algunas horas, ambos dejaron el centro nocturno y, cada uno por su lado, llegaron al motel L. A. y pasaron a la habitación 27, lugar del que jamás volvió a ser vista con vida Ana Cristina o Erika Carolina.
El sospechoso y la víctima estuvieron consumiendo bebidas embriagantes durante el 25 de febrero; todo parecía tener una evolución cotidiana, de un convivio entre dos personas. Sin embargo, algo salió mal…
Descartada la muerte por el asma...
Rubén Ariel E. comenzó a enviar mensajes a la persona que concretó el encuentro; le reclamaba que Ana Cristina estuviera enferma, con ataques de asma, situación que ante sus ojos hacía imposible el encuentro.
Pero a decir de la teoría del caso de la representación social, con base supuestamente en datos de prueba provenientes de la evidencia, la mujer fue víctima de feminicidio: el agresor la sofocó, siendo el cuerpo de Ana Cristina la evidencia más objetiva del crimen.
Los pulmones de la víctima estaban llenos de sangre, condiciones generadas a causa de la presión ejercida durante el homicidios por asfixia, específicamente al ser sofocada.
El juez Noe Millán Reyes recordó que entre los datos de las pruebas relevantes está que la víctima fue vista por última vez en el acceso a la habitación 27, donde la esperaba Rubén Ariel E., quien después salió con su vehículo, con dirección a la calle Tejocote esquina con Aguacate, y a unos metros de donde fue visto el carro se localizó el cuerpo de la víctima.
Es decir, hay elementos suficientes para suponer que probablemente él fue quien la mató e intentó deshacerse del cuerpo al abandonarlo en un lugar público, una de las características de feminicidio, por ello, fue vinculado a proceso, explicó el juzgador y remitió a prisión preventiva oficiosa al sospechoso.