Autocrática, elección en la CEAV: Selene Vázquez
MORELIA, Mich., 17 de marzo 2022.- Mordaz, Selene Vázquez Alatorre sostuvo que ante el desaseo y la simulación en la elección de Josué Mejía al frente de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas (CEAV), tanto el Ejecutivo como el Legislativo deben recomponer esa área con mayores recursos económicos y humanos, porque el tema de las víctimas es un problema de fondo en Michoacán.
Desde el otro lado de la línea, a Selene se le escucha resignada, pues se esperaba que el Legislativo fuera por un perfil preparado, que no solo quedará en una cuota política para el Partido Verde (PVEM).
"Hubo una terna preparada, una convocatoria, pero ya había un consigna".
Selene Vázquez, quien ya presidió el organismo, no solo criticó el método, sino que refirió que el Congreso pasó por alto las comparecencias para una evaluación del perfil.
Fue una decisión autocrática, donde los legisladores solo obedecieron órdenes, lanzó la exdiputada local.
Vázquez Alatorre no resta mérito al designado, pero deja en claro que no ha litigado, mucho menos domina el nuevo sistema de Justicia Penal, que es donde hay que entrar a la defensa de las víctimas.
En un la entrevista con Quadratín, la experredista recordó que a su paso por la CEAV se observó una institución con demasiada demanda, donde unos 16 litigantes sobrellevan hasta 300 expedientes de víctimas de todo tipo.
Aquí, la Consejera Estatal de Morena pone el dedo en la llaga y expone la realidad:
"Michoacán es el tercer estado más violento, con una guerra entre cárteles que lleva más de tres años y ha dejado un lamentable número de víctimas.
EEs cierto: no es la responsabilidad de Alfredo, pero él es quien representa ahora al estado".
Y pone una flor: "lo que pasó en San Juan Nuevo es similar a lo que ocurrió en Tancítaro. Vemos que ahora hay más muertes, más secuestros, más levantones que cuando estaban los autodefensas".
Y eso, apunta, genera víctimas, muchas víctimas.
Selene Vázquez dijo que nunca se ha fortalecido el fondo para víctimas y siempre se ha dejado de lado como una política pública de prioridad para el Estado, y solo es vista y utilizada políticamente desde la perspectiva del dolor humano.