Libre expresión/Carlos Alberto Monge Montaño
Le urge a López Obrador una pausa de sus mañaneras.
“Es mejor ser rey de tu silencio, que esclavo de tus palabras”. William Shakespeare (1564 –1616) Dramaturgo, poeta y actor inglés.
Al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador le urge hacer una pausa de sus mañaneras, debe cuando menos espaciarlas, ganaremos todos, pero en este momento, ganará más él y en una de esas, se pone a gobernar.
La distribución de atole matutina con la que había logrado ganar la agenda, tiene prácticamente un mes de fracasos. El inquilino de Palacio Nacional provoca pena ajena, incluso entre sus seguidores.
Ante los lamentables hechos violentos registrados en San José de Gracia del municipio de Marcos Castellanos en Michoacán, el pasado domingo, López Obrador tuvo la ocurrencia de pedirle al grupo delincuencial que se cambie de nombre, que no utilice Jalisco.
No arremete contra la delincuencia, tampoco advierte que intentarán mejorar la estrategia para contener la ola de violencia que tiene a su administración, como la peor de todos los tiempos con más de 114 mil homicidios dolosos; no, se limita a justificarse, a seguir culpando a los gobiernos del pasado. Y todavía faltan más de 2 años y medio.
Debería darse un descanso. Apenas la semana pasada lo traicionó el subconsciente y declaró: “ya no puedo más” y recordó que dejará la política y lo público en cuanto termine su gobierno. Pero no me queda duda de que efectivamente se siente en la lona.
La Casa Gris que habitó su hijo José Ramón López Beltrán, la vida de lujos que se da y la ausencia de argumentos que expliquen la vida de millonario que disfruta, le dieron en la línea de flotación.
Así que, en el intento de seguir dando atole con el dedo a su feligresía, ahora se le ocurrió que reconocerse un inepto en el manejo del dinero lo hace un hombre honesto. Dijo que sus ingresos los maneja su esposa y que él nunca ha tenido una cuenta de cheques, que no saber llenar un cheque y tampoco manejar una tarjeta de crédito.
Claro, jamás argumenta de qué vivió todo el tiempo que estuvo desempleado, ni de los tres lustros en campaña recorriendo el país, tampoco de los miles de millones de pesos que manejó en el PRD y luego en Morena.
Para colmo, esta semana dijo ufano, “no contesto, ni insulto”, cuando justo es lo que hace todas las mañanas, a lo que se suma el acusar sin pruebas, incapaz de hacer valer la rendición de cuentas.
López Obrador y sus soplanucas deben pensar que necesita de sus mañaneras para insistir en su propaganda, motivar el circo que viene conocido como Consulta Popular de presunta Revocación de Mandato que, a su vez, le ayude a Morena en las 6 elecciones gubernamentales que se disputarán este año.
Pero lo que está claro, es que la verborrea de sus mañaneras es un tiro que le sale por la culata. Son muchos errores los que ha cometido a lo largo de 3 años y medio, pero la constante derrota de las últimas semanas, debería motivarlo a un descanso.
Hacer una pausa en sus mañaneras, indudablemente le ayudará a México que en este momento está peligrosamente polarizado, pero en especial le ayudará a él, que evidentemente ha perdido toda ecuanimidad.
Alguien debe decirle que su comunicación no verbal es terrible. Evidentemente está enojado, decepcionado y frustrado.
Disminuir la exposición mediática hasta podría obligarlo a que se ponga a trabajar, a resolver las crisis que sigue padeciendo el país, como el desabasto de medicamentos.
Una pausa en las mañaneras sería un excelente descanso para los mexicanos y estoy seguro que también ganaría López Obrador. Ojalá que, de menos, la encabece unas semanas el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.