Miscelánea, salud y política/Judith Álamo
Duele la guerra...
Judith Álamo López
Hay que evitar el combate en lugar de vencer en él. Hay triunfos que empobrecen al vencido, pero no enriquecen al vencedor. Juan Zorrilla de San Martín
Inmersos en la exigencia internacional de que las naciones asuman posiciones frente a la invasión de Rusia a Ucrania y ante la alianza conformada por la Unión Europea y Estados Unidos para cerrar su espacio aéreo, boicotear fondos bancarios y otras transacciones comerciales del gobierno de Moscú, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que México no cerrará su espacio aéreo a ningún país y ratificó la vocación de refugio de México para quienes buscan alejarse de la guerra.
Clamar por el derecho a la autodeterminación nacional parece un ejercicio valiente o ¿será un exceso de imprudencia negar nuestra dependiente realidad? Dada la necesidad de nuestro país de mantener una alianza con Estados Unidos, nuestro poderoso vecino y principal socio comercial con quien realizamos 80% de nuestras transacciones.
Pensará, quizá, el jefe del Ejecutivo que basta con los esfuerzos desplegados por su canciller, Marcelo Ebrad y el embajador de México en la ONU, Juan Ramón de la Fuente, al condenar la invasión rusa y demandar el cese al fuego.No obstante qué esta resolución haya sido vetada por Rusia, uno de los cinco miembros del Consejo Permanente de esa organización.
Hay que destacar que fue positiva la determinación del gobierno de enviar un avión de la Fuerza Aérea Mexicana a Bucarest, Rumania, para repatriar a alrededor de 50 connacionales de Ucrania, Polonia y Rumania en una acción conjunta y encomiable de los embajadores de México en esos países, enmedio de los peligros de la guerra.
Quizá al gobierno mexicano se le pasó enviar ayuda humanitaria a la zona en conflicto, pero eso si cumplieron con esperar el tiempo necesario para recoger a nuestros paisanos procedentes de diversos puntos, pero también llevaron la instrucción de traer a extranjeros que pidieran refugiarse por ser perseguidos o quisieran salvarse de las condiciones de guerra. En esta acción específica el gobierno mexicano intentó comportarse a la altura de una política exterior reconocida por su derecho de asilo.
Lo cierto es que las pérdidas en Ucrania horrorizan a la población mundial, con más de 500 mil desplazados, 2000 ucranianos muertos, 400 edificios destruidos y más cifras de la destrucción. Recién se dio a conocer la identidad del primer periodista caído en esta guerra, el camarógrafo Evgeniy Sakun de KievLive, víctima del ataque invasor a la capital ucraniana. Allá, el periodista caído será héroe.
La condena mundial es casi unánime. Pocos países se han alineado a la política expansionista rusa, y contrario a lo esperado, China se mantiene neutral y hasta la pacifista nación Suiza condenó la invasión. Todos sabemos que la guerra en la nación de Europa oriental tendrá afectaciones sociopolíticas y económicas para todos los pueblos del orbe.
Los analistas ven en este conflicto la oposición al sistema democrático prevalesciente, como sea, el conflicto regional presionará reacomodos geopolíticos y tendrá que solucionarse con altísimo costo para vencedores y vencidos.
En cambio, en México, el malestar y la inseguridad parecen no tener fin. Cada día escala la violencia, la guerra interna que libramos hace años, más de una década, se ha recrudecido en el gobierno de la llamada 4T, sin freno ni sanción, con total impunidad.
El domingo pasado fue el asesinato en masa de 17 personas en San José de Gracia, Michoacán, que contra todo sentido de la realidad, fue minimizado por el presidente López Obrador en la conferencia mañanera, donde el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía,se enfrascó en "probar" que no se trató de un fusilamiento.
Mostró el funcionario la puerta y pared del ajusticiamiento con decenas de perforaciones, donde según él no se apreciaba una sola línea como hubiera sido si la acción hubiera sido sincronizada. Los hechos delictivos ocurrieron alrededor de las 15:30 horas, pero las autoridades arribaron después de las 20:00 horas. Dicen que fue tardío el llamado local a las fuerzas federales y otras excusas.
El móvil, siempre es el mismo, una posible venganza entre grupos de la delincuencia organizada. En este caso, ambos grupos eran dependientes del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), indicó Mejía. Y sobre el tema, el mandatario opinó --lo inconcebible-- que hay que cambiarle el nombre al CJNG ¡para no perjudicar el nombre de esa entidad!
¿A qué jefe policiaco le importa discutir la técnica del multi-homicidio sin el esclarecimiento de los hechos que refieren flagrantes violaciones al Estado de Derecho, sin muertos ni la aprehensión de los culpables? ¿A qué gobernante le preocupa el nombre de un cartel en lugar de comprometerse a extinguirlo?
Sólo a los protagonistas del show de la mañanera,cuyo conductor principal ya debe cambiar su narrativa, ya no es creíble su justificación de siempre, pese a más de tres años de gobierno, la culpa de todo está en el pasado, la violencia, los cárteles, las lacras...
Es urgente revisar y cambiar la política errada del gobierno federal de Abrazos no Balazos, esta ha fracasado porque cada día se acreceta el número de víctimas, el clima de inseguridad y violencia campea por el territorio nacional, el crimen organizado es amo y señor, estos grupos operan con impunidad y su estela de sangre fresca revela que en México impera el horror, la ineptitud y la complicidad.
Ahora fue la oposición en el Senado de la República la que alzó la voz para exigir que haya un cambio en la estrategia de seguridad, deploró Germán Martínez, del Grupo Plural que en su tierra triunfe el miedo y el terror, no es Michoacán un estado fallido, sino el conjunto de instituciones, incluido el Senado y el gobierno de la República, dijo.
¿Estaremos a tiempo de evitarlo? De que no sea sólo la localidad sino que nos acerquemos a ser considerados Estado fallido, según la ONU, un Estado colapsado (collapsed), que presenta un vacío de autoridad