Rueda de Molino/Jorge Hidalgo Lugo
Rueda de Molino
Alfredo Ramírez Bedolla y Alfonso Martínez: Un cuento de mentiras y buena fe
Jorge Hidalgo Lugo
Con la habilidad depredadora que caracteriza a Morena y sus actores, en Michoacán comienza la labor encaminada a desgastar la figura de Alfonso Martínez Alcázar, alcalde que llegó por la alianza entre PAN y PRD, al margen de que él venía por el rumbo independiente.
En la estrategia que se tiende en su contra, el edil de Morelia parece jugar a la ingenuidad para creer en la “buena fe” de Alfredo Ramírez Bedolla, quien en su calidad de “transformador de Michoacán”, le tendió una primera trampa en la que cayó sin reparar la verdadera intención que había detrás de esa cita en los portales de la ciudad, donde se tomaron un café y dialogaron.
Sitio inmejorable para la exhibición mediática que el titular del Gobierno del Estado quería tener para proyectar una buena relación con el del Municipio capital y así salieron videos y fotografías que plagaron los medios informativos, exaltando la disposición manifiesta de Ramírez Bedolla por llevar una relación cordial, amigable, respetuosa y hasta de apoyo, para la autoridad en la capital.
Conseguido el propósito se vino en cascada el tiroteo de todos los calibres en busca de no dejar que Martínez Alcázar mantenga esa popularidad que encela y hace sombra a Ramírez Bedolla, considerando que el margen de diferencia que obtuvo el hoy edil es abrumadoramente mayor a la del Ejecutivo, cuestionado por el apoyo del narco crimen en sus respectivas contiendas electorales, donde resultaron ganadores.
Una semana después, Morelia fue sacudida con la ejecución de parroquianos fuera de un antro ubicado en la zona sur que fue calificado por medios internacionales como El País de España, como “un brutal ataque” y resaltando que en “menos de un minuto, tres sujetos armados tirotearon a una veintena de personas que se encontraban afuera de La Cantina 25”.
Evento que siendo del orden federal y, si mucho nos apuran, también estatal porque ya hay coordinación y acuerdos entre ambas instancias, el tema se ubicó únicamente en el terreno del municipio cuyos elementos de seguridad fueron los ùnicos en llegar y tratar de auxiliar a los heridos.
Declaraciones desafortunadas del edil moreliano respecto a que sus elementos de seguridad no estaban para cuidar a noctámbulos alcoholizados, prendió la yesca seca preparada por los morenistas quienes sigilosamente alentaron a informativos nacionales y extranjeros, para que subieran el volumen al desatino.
Así, ni el gobierno Federal y mucho menos la autoridad de su “amigo” Ramírez Bedolla, se metieron al tema dejando toda la carga mediática en contra de Alfonso Martínez quien debió pasar momentos de presión y críticas constantes que cimbraron al equipo de colaboradores en el municipio, pero donde el comisionado de Seguridad Pública, curiosamente, fue el que menos “raspado” salió si se toma en consideración que como responsable del ramo debió ser quien diera la cara y enfrentara la embestida orquestada desde Palacio de Gobierno.
Eso sin descontar la falta de “respeto a la investidura” del alcalde moreliano, si se utiliza el terminajo desgastado que suele utilizar el que se siente dueño del país y sus habitantes, con la realización de una junta de notables para dar a conocer Plan de Apoyo a Michoacán que se hizo en Morelia, sin avisar a la autoridad municipal de su realización ni siquiera por elemental cortesía política.
La buena intención de ese lance que los uniera en los portales de Morelia, se resquebrajó aún más con la intermitente secuencia de delitos de alto impacto que comenzaron a tener como escenario colonias en zonas populares, medias y residenciales, sin que existiera el menor asomo de una “estrecha colaboración” para que las instancias del Estado y Federación, apoyaran al municipio.
Vino entonces el que parece punto de quiebra al declarar Alfonso Martínez que el Ayuntamiento a su cargo no firmaría el convenio de seguridad planteado por Alfredo Ramírez Bedolla, para establecer una estrategia policial coordinada entre el Ejecutivo estatal y los municipios.
“Morelia, por las características tanto de la policía como del tamaño de la ciudad, no puede estar en el mando unificado, además sería la única ciudad capital en México que no tendría su propia policía, todas las capitales, incluso otras de mucho menor tamaño que Morelia, tienen su propia policía”, argumentaría el edil hoy en rebeldía.
Entonces, de manera coincidente, los demonios de la delincuencia se soltaron en Morelia y ahora no sólo las ejecuciones a cargo del crimen organizado, sino los robos en centros comerciales, clientes de bancos y sitios familiares, han sido blanco de la delincuencia sin que esto parezca tener fin. Al contrario.
Al cierre de este despacho, en menos de 24 horas, dos sitios donde se expenden alimentos preparados fueron blanco de asaltantes que desvalijaron a los comensales y se llevaron también vehículos de las víctimas. Todo esto en la zona sur de Morelia, donde curiosamente, el alcalde de Morelia acumula más respaldo social.
Y para no cejar en el intento de ridiculizar y exhibir la “inoperancia” de la policía municipal, los amantes de lo ajeno se apostaron en plena luz del día, fuera del Parque Zoológico “Benito Juárez”, donde despojaron de fuerte cantidad en efectivo a una persona que ahí se encontraba.
Las críticas crecen y se van acumulando en detrimento del gobierno municipal, que dicho sea de paso, de manera inexplicable ha mantenido un sospechoso silencio en torno a la quebrantada administración que recibió de Morena el primero de septiembre pasado.
Información borrada de los sistemas computacionales por un presunto “hackeo” en toda la red, amén de un retraso obsceno y hasta ilegal en la entrega-recepción, donde una de las áreas más saqueadas y en deterioro, fue precisamente Seguridad Pública, donde hoy la gestión de Alfonso Martínez comienza a hacer agua.
De esta forma los narco aliados hacen su tarea y el atribulado alcalde de Morelia, piensa que de “buena fe” Ramírez Bedolla le va a cumplir lo ofertado en esa tarde de exhibición en los portales:
“Vamos a trabajar juntos para desarrollar a la ciudad, sacarla adelante. Es una gran oportunidad la que tenemos, de llevar a Morelia al desarrollo, generar empleo, seguridad, movilidad urbana. Vamos a trabajar juntos con el Presidente Municipal”, diría en esa tarde.
Otra mentira más, pero ésta en detrimento de los morelianos y a la cuenta de la buena fe de un edil que en esa ocasión ratificara: “todo mi apoyo como Presidente Municipal de Morelia al Gobernador. Para que a Michoacán le vaya bien”.
Ninguna de las dos cosas ha sucedido y esto apenas empieza…
Vale…