Proyecto secreto/Mateo Calvillo
Preocupados por México, más allá intereses facciosos y perversos, ante el sars cov 2 del gobierno y sus fanáticos, defendemos nuestra nación.
UNA VISTA PANORAMICA
Hay mexicanos pensantes, que observan el curso de los acontecimientos y las tendencias sociales y políticas. Tienen criterio formado y están dispuestos a actuar.
Es indignante ver cómo se atenta contra la nación, como se derriban las instituciones que no entran en la pobre mente del presidente, en las ideas febriles de nación, en sus proyectos obstinados y sesgados de transformación. Ah, si fuera un estadista, un genio de los que han realizado grandes transformaciones en la historia.
Hay una honda preocupación por la situación política. Se imponen iniciativas del primer mandatario que no son lo que el país necesita con urgencia, se aprueban sin cambiarles una coma, Nada más porque son mayoría.
Hay una regresión en la historia, hacia modelos pasados de moda, hacia tecnologías anticuadas de combustibles fósiles, que contaminan terriblemente el medio ambiente, ante un cambio que amenaza tragedia.
Se imponen las obras titánicas, emblemáticas del sexenio que destruyen los bosques, que no sirvan a los pobres del lugar que se quedarán a vender chicles, mientras se verán beneficiados los poderes del centro y los grandes capitales.
Por lo demás, no son las más graves necesidades del momento en que la gente tiene hambre y muere sin medicamentos ni atención digna en los hospitales, que están hondamente angustiados y llevan una vida sombría, triste y amarga. Viven sin gozo y mueren prematuramente.
Se afirma buscar el bien del pueblo manso y sumiso, que idolatra al caudillo, los hechos contradicen a las palabras: se sacrifican sus parcelas de bosques para sembrar los árboles del gobierno. Se impone a la península maya los proyectos del centro para complacer a AMLO y enriquecer a las grandes empresas turísticas.
El autoritarismo está de regreso en toda su crudeza. El Ejecutivo no respeta la división de poderes, el legislativo con la mayoría de un Movimiento y los partidos políticos satélites que no sirven a México sino a la mayoría cameral suprimen la democracia.
Están contra México y, en su falsedad y mezquindad, cometen delito de alta traición. Son pasibles del crimen de esa majestad. En democracia, el soberano es el ciudadano por palabra persona.
Hay un pseudo mesianismo que mañosamente se arroga poderes, de un ser superior, tlatoani o diosecillo falso. Sus afirmaciones son dogmáticas.
Se cree poseedor de la verdad, pretende que nadie está sobre él, ni la lógica humana ni Dios. Se mueve, como afirman algunos psicólogos, en un pensamiento mágico.
Que pretende cambiar las situaciones y arreglar los problemas por decreto. Que se cree por encima del bien y del mal, de la verdad y la mentira y, bajo la apariencia de humildad, se envuelve en un manto de soberbia exacerbada hasta lo absoluto.
SABIDURÍA DE LO ALTO
El caudillo, jefe máximo, Fuhrer, aparece entre nosotros con los generales de la Revolución. Es Plutarco Elías Calles, sangriento y autoritario, aferrado al poder, asesino. El general Cárdenas lo borró mandándolo al destierro.
Amamos amamos a México. Somos conscientes de nuestra condición de seres humanos, corona de la creación, el ser más digno dotado de facultades invaluables, de inteligencia, libertad y afecto que nos hace capaces de amar.
Como tales, nos sabemos responsables de México y su historia y estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos y hasta la vida por una nación democrática y digna absoluta de respeto.
Amamos su presidente constitucional y queremos ayudar a bajarlo de su enajenación. Queremos evitar los gravísimos problemas que está enfrentando y que serán mayores y que no sea quien lleve al país a la República de la muerte, que no le explote la bomba en las manos.
México es primero y debemos estar por encima de intereses mezquinos, absurdos y necios de los gobernantes y la clase política. Son secundarios y perniciosos los intereses de las facciones, las hordas y los 30 millones que votaron por el presente régimen. Somos los 92 millones de mexicanos libres y que queremos el bien de todos, que no descalificamos ni condenamos, no polarizamos ni vamos sembrando odio y no sembrando vida.
La historia no es rectilínea, no todo lo que hace el gobierno es puro, sabio y no lleva a la situación magnífica, la mejor en el mejor de los mundos.
Se avanza penosamente dándose frentazos, entre fracasos y errores.
¿Cuándo despertará el pueblo dotado de inteligencia tan viva para reaccionar ante las nubes oscuras del populismo, del autoritarismo de quienes pretenden saber lo que el pueblo necesita y decidir por él?.
Este despertar tiene que suceder para que se cumpla el pensamiento del primer mandatario que afirmó: “es tonto el que afirma que el pueblo es tonto”. Muchos pensamos que también es tonto el que lo supone.