Libre expresión/Carlos Alberto Monge Montaño
¿Ahora sí cumplirá AMLO a Michoacán?
“Las muchas promesas disminuyen la confianza”. Horacio (65 a.C. – 8 a.C.) Poeta latino.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, una vez más comprometió federalizar la nómina de los profesores michoacanos con plaza estatal.
Una vez más, señaló que se les va a pagar de manera directa para evitar el desvío de recursos, aunque, según él, sí confía en el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Prometer no empobrece y en el caso de López Obrador, es su constante. Es un especialista en el discurso, en dar atole con el dedo y arrancar los plausos del respetable. Ya lo había hecho recién llegó a Palacio Nacional, y lo repite ahora que está cerca de la mitad de su sexenio.
Son cuando menos una decena de ocasiones en las que ha comprometido federalizar la nómina desde abril de 2019, cuando en visita a Michoacán, señaló que los maestros ya no tendrían que padecer porque les paguen su quincena, que estarían igual que los profesores de la Ciudad de México, a quienes se les paga de manera puntual y hasta la fecha, nada.
Incluso, en su “mañanera” el 28 octubre de 2019, argumentó que Michoacán sería modelo nacional, porque pretendía que la Federación pagara su salario a todos los profesores del país.
En aquellos días logró el objetivo, hasta a su archienemigo Silvano Aureoles Conejo, entonces gobernador de Michoacán, le arrebató aplausos y el agradecimiento a esta búsqueda tardía para que el gobierno federal asumiera como patrón de todos los profesores. Silvano debió amarrarla con Enrique Peña Nieto, porque estaba claro que López Obrador jamás le daría semejante regalo.
Total, que, en su visita del pasado sábado, el inquilino de Palacio Nacional, fiel a su estrategia propagandística, repitió el discurso. Como en antaño, no estableció fecha para concretar la famosa federalización de la nómina magisterial, tampoco describió el monto total de recursos que ello implicaría y mucho menos, explicó a qué se debe que no haya cumplido todavía con esa promesa.
Lamentable, pero López Obrador reitera que es un clásico político más. Promete y no cumple, no establece objetivos claros y medibles, habla, habla y habla, pero en los hechos, nada. Sin embargo, logra llevar y mantener el agua en su molino. Le siguen dando votos, aunque incumpla, baste preguntar a los sindicatos de la Universidad Michoacana y al propio magisterio estatal.
A propósito del rollo, le recuerdo que los equipos de Aureoles Conejo y Ramírez Bedolla se disputaron el pasado 8 de septiembre la paternidad del presunto logro por conseguir 3 mil 822 millones de pesos para ponerse al corriente con los profesores michoacanos, argumentaron que para el 30 de ese mes, pagarían los adeudos. Como usted sabe, ese dinero extraordinario, no llegó.
En esa ocasión el compromiso fue de las Secretarías de Gobernación y Educación, pero está claro que en la administración federal nadie se compromete sin la autorización de López Obrador, así que otra vez, todo quedó en hablar, hablar y hablar. Lamentable y grave por donde lo quiera ver, puede tratarse de una deficiencia brutal de administración, de un gusto por mentir, de una estrategia, la de dar atole con el dedo, que les ha resultado. Ni a cuál irle.
Este viernes 15 de octubre se vence otra fecha que han comprometido el presidente de México y el gobernador de Michoacán, para ponerse a mano con los profesores con plaza estatal. Veremos si esta vez sí cumplen. Mientras tanto, siguen los bloqueos a las vías del tren, sin que el gobierno federal haga valer la ley.
La otra fecha comprometida, aunque sólo por Alfredo Ramírez Bedolla, es que la federalización de la nómina deberá estar lista en seis meses, situación que en ningún momento avaló López Obrador.
Así que, a partir de ya, el nuevo gobierno estatal tendrá que trabajar a marchas forzadas para auditar las plazas, acabar con aviadores, empatar salario y bonos con el resto de los profesores con plaza federal, para que el primero de abril de 2022, sea una realidad. Ojalá.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.