Opinión/Óscar Sánchez Márquez
DOMINA EL CRIMEN ORGANIZADO
Óscar Sánchez Márquez
La realidad puede tardar en ser reconocida, pero nunca se podrá ocultar. Y eso es lo que ahora ocurre en nuestro país en el delicado tema del desbordamiento de la delincuencia organizada y el incremento, aniveles nunca antes visto, de la criminalidad.
Los números y diagnósticos oficiales subrayan avances importantes, que los hay, pero no reconocen la gravedad de lo que se vive, día a día, en prácticamente todos los rincones del país.
En todo el territorio nacional está presente la llamada delincuencia organizada, que es generadora de un mayor número de delitos, desde la producción, distribución y venta de todo tipo de drogas, ahora de manera significativas las sintéticas, como las metanfetaminas, hasta la extorsión, trata de personas con fines sexuales, tráfico de inmigrantes y secuestro, entre otros.
Hace unos días decíamos en este mismo espacio que desde el Gobierno de México hay un objetivo: dar mayor seguridad a la población, pero la estrategia que aplica es muy distinta a la que espera la sociedad en general.
También se subrayó que la percepción de la mayoría de los mexicanos es que en materia de mejora en la seguridad individual y colectiva, patrimonial y social, en el ataque a las mafias delincuenciales, no solo no hay resultados, sino retrocesos.
Lamentablemente a esa percepción se suma ahora la realidad, el diagnóstico certero y la evidencia metodológica de cómo México va perdiendo cada vez más su fuerza y capacidad de autoridad frente al crimen organizado.
El Índice Global del Crimen Organizado 2021 elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado ubicó a México como el mayor mercado criminal del mundo y el cuarto lugar en la lista de 196 naciones que registra la mayor puntuación de criminalidad.
El nombre de México aparece junto a los de República Democrática del Congo, en el continente africano, que es la nación numero uno en el mundo en materia de crimen organizado; también de Colombia, en Latinoamérica; Myanmar, en el Sudeste Asiático, -le sigue México- y luego Nigeria, en África Occidental.
Todos estos países registran tasas de 7.75; 7.66; 7.59; 7.56 y 7.15, respectivamente, en una escala del uno al diez, en cuanto a presencia del crimen organizado y tasas de criminalidad en cada país.
Llama la atención que, de acuerdo con el referido Índice Global del Crimen Organizado 2021, México registre un notablemente incremento del delito de trata de personas, trafico de armas y trafico de personas, principalmente de Centroamérica que buscan llegar a Estados Unidos.
Pero ello no significa que otros delictivos de alto impacto, como se les identifica, hayan registrado una menor incidencia, sino hoy son los primeros que han sido señalados los que más han crecido.
La Iniciativa Global contra el Crimen Organizado, en su información dada a conocer en fechas recientes, precisa que México y Panamá registran las puntuaciones más altas respecto a la presencia de los delitos de trata y tráfico de personas.
El catálogo criminal que hace hoy de nuestro país el “mayor mercado criminal del mundo”, no solo por los altos índices de delitos que se cometen, sino por la capacidad de operación de cárteles delictivos, nivel de violencia que ejercen, capacidad de operación y, sobre todo, nivel de penetración de estructuras públicas y privadas a nivel nacional e internacional, identifica las siguientes actividades.
Trata, tráfico de armas, de drogas y de personas; delitos medio ambientales, como tala, distribución y venta ilegal de madera, especies silvestres y combustible; así como delitos sexuales.
Por ello, en un rango de uno a diez, México registra un puntaje de 7.57 como el mayor mercado criminal a nivel global.
Las cifras solo reflejan lo que la sociedad padece día a día, desde el asesinato de periodistas que denuncian corrupción o connivencia entre autoridades de todos los niveles y lideres criminales, hasta tiroteos entre grupos criminales rivales a plena luz del día y el asesinato de personas que no aceptan ser cooptados por el crimen organizado.
Ese debilitamiento institucional, que en gran medida tiene origen en la corrupción de autoridades a nivel federal, estatal y municipal, es lo que provoca el florecimiento de más grupos delictivos, cada vez más peligrosos e involucrados en todo tipo de actividades.
El Índice Global del Crimen Organizado 2021 revela que los países con los niveles más altos de criminalidad son aquellos que experimentan conflictos o fragilidad.
Abrazos no balazos y pacificación de México son rutas enfocadas a un destino, mejor la seguridad interna de la nación. Pero el crimen organizado, todo indica, está aprovechando ese plan para extender en todo el territorio nacional sus redes de poder criminal.