Opinión/Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes
La CELAC rumbo a la Unión Latinoamericana y del Caribe
Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes*
22 de septiembre de 2021. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, nacida en México en el año 2010, es un importante reto integracionista de América Latina y el Caribe. 32 países miembros y más de 600 millones de personas, a las que por fortuna nos une una lengua común, el castellano, que de suyo ya nos une hablar el mismo idioma.
Un lance integracionista Latinoamericano y caribeño, no deja de enfrentar retos de gran envergadura. La unión europea tiene una larga data a partir de los tratados de Paris en 1951, concebida inicialmente como Comunidad Económica Europea hasta 1993 en surge a la vida jurídica el Tratado de la Unión Europea con las características que ahora le conocemos.
No es cosa nada sencilla concebir una unión económica y luego “un Estado Supranacional” con todos sus elementos: población, territorio y gobierno; y sus detalles finos. En mis lecciones recibidas sobre Unión Europea en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, nos contaron un punto de desacuerdo entre dos de las más fuertes naciones de la Unión Europea, Alemania y Francia. El tamaño y distancia entre “dientes” que debería tener un tenedor para comer. Alemania tenía su tenedor que era distinto al de Francia y habría que homologarlos. Un detalle muy doméstico pero que ejemplifica todo lo que habrá que ir construyendo entre naciones para dar forma a la Unión Latinoamericana.
Debe partirse inicialmente de una política económica común; de un proteccionismo a sus productos primarios que obliga a calidades superiores. Por ejemplo, la Unión Europea no acepta importaciones de lácteos de terceros países. Y son celosos en temas sobre seguridad y calidad agroalimentaria ligado siempre al cuidado del medio ambiente.
Luego la apertura al libre tránsito y al mercado laboral y de servicios a todos los ciudadanos de la Unión en los distintos países. Algo muy importante, la puesta en marcha de una Política Agraria Común. Ya nos veríamos exportando el programa Sembrando Vida; potencial de tierras y climas los tenemos.
Vienen luego quizás los retos más importantes: La construcción de un derecho comunitario. La armonización legislativa de todos los órdenes de gobierno. Y un banco central latinoamericano y caribeño que pueda apoyar el desarrollo de las naciones menos adelantadas. Con un sistema de créditos blandos y con distintos fondos para cada rubro de desarrollo social y económico.
Una vez funcionando las instituciones de la Unión Latinoamericana y Caribeña, viene otro punto determinante, crear identidad, ciudadanía con valores latinoamericanos. Y algo que ha puesto en jaque la última reunión cumbre de la CELAC celebrada en México, la democracia real en todos los países participantes.
Y al “final del todo” una moneda común que acuñe y sintetice el sueño Bolivariano.
*El autor es Licenciado en Derecho, Maestro en Desarrollo Rural y Derecho Ambiental. Diplomado en Unión Europea. [email protected]
@GOGAES