Rueda de molino/Jorge Hidalgo
Una lengua larga enreda la cada vez menos respetada investidura presidencial
Maestro en el arte del engaño, Andrés Manuel López Obrador se sacó de nueva cuenta de la chistera otro ingenioso distractor para amortiguar la andanada de críticas y señalamientos que se vinieron encima luego de su último lance con el pretexto de un regreso a clases de manera presencial, con el tiránico ordenamiento de “llueve, truene o relampagueé”.
Ante el fracaso que se anticipa por no acatar este ordenamiento caprichoso y visceral del huésped de Palacio Nacional, y la unificación en su contra de todos los actores que se presumía le iban a secundar en esta irresponsable actitud, incluyendo sus aliados de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, ordenó se desempolvara el tema de Ricardo Anaya Cortés para tener nueva carnada a sacrificar en su patíbulo mañanero.
Así, previa colaboración del ex dirigente panista quien se anticipó a denunciar en redes sociales que se fraguaba una detención que culminaría con 30 años de cárcel, según sus propias expectativas, se alimentó la pira en las catacumbas del palacio virreinal donde mora el resentido y acomplejado personaje, desde donde soltó toda la cicuta que guarda en sus ansias revanchistas.
El también ex candidato presidencial, quien había comenzado a tener una marcada presencia en redes sociales y medios informativos haciendo señalamientos a los crasos y costosos errores que se comenten desde la Presidencia de México en perjuicio de todos los habitantes del país, acusó que los delitos que le imputa la Fiscalía General de la República ascienden a 30 años de cárcel, por lo que tomó la decisión de exiliarse.
Anaya Cortés expuso haber recibido un citatorio para presentarse a una audiencia y encontró el origen de esta sorpresiva actitud de la dependencia a cargo de Alejandro Gertz Manero:
Dijo el hoy perseguido político de López Obrador:
“No habían pasado ni 24 horas que les dije que López Obrador me quería meter a la cárcel cuando trajeron este papel a mi casa. Lo que dice en resumen es que la Fiscalía de López Obrador quiere que me presente este jueves a una audiencia...
“Sé perfectamente que si entro al Reclusorio, como López Obrador amablemente me propone, no me van a dejar salir”, agregó y vino a la mente lo que le hicieron a Rosario Robles Berlanga, quien se presentó de manera voluntaria y vean la serie de atropellos que han cometido en su contra, privándola de la libertad violando todo debido proceso..
Anaya acusó que el expediente con las declaraciones del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, fue alterado para poder inculparlo por estos delitos.
“Este proceso inició porque López Obrador así lo ordenó”, señaló para luego explicar lo que considera es el auténtico fin que persigue su eventual verdugo:
“Una vez que estás en prisión pierdes tus derechos políticos. Yo ya no podría ser candidato en 2024 y obviamente tampoco podría estar grabando videos en los que denuncio la ineptitud en su gobierno. Esa es la razón de fondo por la que me quiere encarcelar”. Acusó.
Hecha la aclaración a manera de denuncia, confirmó su decisión de exiliarse por un tiempo porque afirmó que no podría llevar un juicio justo en México.
“Yo no me escondo ni huyo, doy la cara y me exilio con mucho dolor de mi país para seguir luchando. No te vas a deshacer de mí López Obrador”, retó en su video Ricardo Anaya.
No pasó mucho tiempo para la respuesta y con apenas unas horas de diferencia, López Obrador dedicó más de 30 minutos de su circo mañanero para llenar de desprecio y maledicencias en contra de quien se atrevió a salirse del script, porque sin duda, la ambición de ver a Anaya Cortés tras las rejas, lo daba como un hecho.
Que Ricardo Anaya “no me eche la culpa, ¡que no sea marrullero! Se le hace fácil decir ‘me persiguen, me persiguen’. Yo no tengo nada qué ver absolutamente”, fustigó el aludido.
En su escenario donde suele despedazar honras ajenas lo mismo de académicos, de jueces, magistrados, periodistas, médicos, empresarios y todo aquél que se en su opresora imaginación constituye un “enemigo” al que hay que combatir con todo el peso del Estado, López Obrador relató lo que a su consideración era el pasado de Ricardo Anaya, revelando así su afán vengativo y represor. Juzgar desde su tribunal mañanero, antes que llegara a cualquier instancia legalmente constituida para ello.
Se refociló al ironizar en su relato aleccionador: “Ricardo Anaya es una gente joven, relativamente; no era muy conocido, de repente llega a ser dirigente nacional del PAN y va avanzando porque tiene un buen manejo de medios de publicidad. Acuérdense cómo antes los medios inflaban a los supuestos políticos, era arreglarse de una forma, peinarse con moco de gorila...
“Entonces, este joven empezó a escalar y empezó a hacer a un lado a sus compañeros, a dirigentes importantes, creo que hasta a (Felipe) Calderón. Luego de que ya es candidato se le voltea al presidente Peña y en el debate dijo que iba a meter a la cárcel al presidente Peña. Pues a partir de ahí también se le generaron problemas porque sintieron que estaba traicionando”, dijo López Obrador.
Vino entonces el reto, el anzuelo para ver si el ingenuo lo tragaba y quedar intachable su populista actitud, al retar al panista a que se presentara al citatorio, bajo la argucia de que “quien nada debe nada teme”.
“Porque cuando se lucha por una causa se puede ir a la cárcel y, al contrario de sentirse mal, se fortalece un dirigente. ¿Cuál sería la lección para los jóvenes? Que no hay que estar pensando en que la política es encaramarse en cargos sin escrúpulos morales de ninguna índole. No es para trepadores, no es para ambiciosos. No se puede hacer política sin ideales, sin principios, no es ‘me voy a colar, incluso voy a atropellar a todos’”… parecía que se estaba viendo en el espejo.
Fuera de sí y con el rictus de ira desencajando el arrugado rostro espetó: “No tengo nada qué ver con la persecución que supone Ricardo Anaya. Si la Fiscalía y el Poder Judicial lo acusan de corrupción y es inocente, que no se ampare ni huya. Que se defienda con pruebas y con la fuerza de la verdad. Ni deberíamos nosotros estarnos ocupando de esto si hicieran su trabajo los medios de información, pero como son tapaderas callan como momias”…
Así estaban las cosas en el envenenado discurso del cada vez más errático y debilitado opresor, cuando llegó del exterior la ratificación de lo dicho por el ex dirigente panista pero a cargo de alguien a quien los cómplices del gobierno que dice actuar contra la “corrutción y la deshonestidá” lo mantienen libre.
Desde Chile, donde goza de absoluta impunidad el aún diputado federal a quien le quitaron el fuero cuando ya había huido del país, Mauricio Toledo Gutiérrez, desmintió haberse fugado y que lo probaría cuando se presente ante las autoridades andinas porque en dicho país “no se persigue por intereses”, luego de asumirse como “víctima de una persecución política“.
Acusado por enriquecimiento ilícito cuando fue delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo evadió la justicia mexicana el 26 de julio y viajó a Chile para no ser detenido. Pero desde allá lanzó el reto en entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, otro de los satanizados periodistas desde el patíbulo mañanero:
“No estoy en fuga. Ayer fui a la Corte Suprema de Justicia y no tengo orden de extradición ni de presentación. Aquí en Chile sí me voy a presentar ante todas las autoridades porque aquí no se persigue por intereses”, clamó.
Por si fuera poco resaltó no creer en la justicia en México, pues se ha utilizado y se utiliza de manera oficiosa, y se asumió de ser, desde esas lejanas tierras, “víctima de una persecución política”…
Acusaciones de un aliado valioso de eso que aún llaman la cuarta transformación, pero caído en desgracia…
Si el diputado sin fuero lo dice y López Obrador no lo desmiente, ni tampoco lo invita a que se presente ante la justicia mexicana, así sea con un amparo bajo el brazo, y menos hay òrdenes de detención en el exterior, ¿por qué sí distrae su valioso tiempo en arremeter contra el panista Anaya Cortés?
Todo este circo a unos días del regreso presencial a clases en medio de un feroz repunte de la pandemia en México, miles de contagiados, centenas de muertos y un presidente que acusa al de enfrente de ser marrullero, con largos kilómetros de lengua enredando su frágil y cada vez menos respetada y respetable, investidura presidencial.
Vale…
*Director de Portal Hidalgo.