Libertad, la principal diferencia entre emprender y ser empleado
MORELIA, Mich., 12 de julio de 2021.- Emprender o no emprender, ésa es la cuestión, especialmente ante un entorno que, derivado de la pandemia de coronavirus (Covid 19), se ha complicado para los negocios y empresas de reciente creación y ha dificultado la continuidad de las unidades económicas ya consolidadas.
Para ciudadanos residentes y paseantes en Morelia, algunos de los cuales laboran como empleados, mientras que otros son emprendedores, es la inversión en dinero, tiempo y conocimientos el principal reto que se enfrenta cuando se pretende iniciar un proyecto productivo propio.
De acuerdo con Octavio Garduño, ingeniero mecatrónico y actualmente a cargo de un proyecto de emprendimiento en el ramo de la agricultura, tras laborar como empleado en Querétaro “comenzar un negocio propio implica muchas cuestiones psicológicas, porque se debe adoptar un estilo de vida muy diferente, se deben hacer muchos sacrificios, es un mundo muy diferente, pero una vez que se ubican los talentos, las pasiones y los intereses de cada persona se puede generar un impacto positivo, yo estoy en ese proceso”.
El financiamiento, agregó Octavio Garduño, es otro factor a considerar, ya que de no contar con recursos propios suficientes se deberá recurrir a préstamos o programas gubernamentales, “en mi caso, el recurso lo he obtenido a través del gobierno federal, diferentes programas”.
Un error recurrente entre quienes se inician en el emprendimiento, señaló Lourdes, ama de casa y anteriormente vendedora por catálogo, es la impaciencia, ya que “muchos quieren que las metas se cumplan pronto, cuando las cosas se logran a largo plazo”.
La diferencia entre laborar como empleado y ser un emprendedor se sintetiza en la libertad, acompañada por la responsabilidad, de ser el propio jefe y no depender de un ingreso fijo, así como estar en función del mercado y sus requerimientos.
Y es esta incertidumbre que acompaña a los proyectos de reciente creación el principal reto a solventar cuando se decide por el emprendimiento.
“Trabajo como empleado, dependo de un superior, si fuera emprendedor, dependería del mercado y de la inversión hecha, me gustaría emprender, por gusto, en el ramo tecnológico, y no lo he hecho porque se requiere de mucha inversión, tanto en dinero como en tiempo”, aseveró Daniel Rodríguez, abogado.
Además, se deben considerar otros factores, como los trámites, permisos o licencias para comenzar una nueva empresa, que en algunos sitios pueden ser más complicados que en otros.
“Estoy pensando en emprender, en lo que sé hacer, que son pasteles, y el lugar donde vivo, en Estados Unidos, es la principal dificultad, porque es más complicado abrir un nuevo negocio, además de los recursos y el tiempo para trabajar”, manifestó Claudia Sarmiento, empleada en una cafetería.
Preparación del proyecto, esencial para sobrevivir
En México y Michoacán, se estima que de cada 10 negocios que se abren, siete deben cerrar de manera definitiva antes del primer año de operaciones, mientras que del 302 por ciento restante, la mitad quiebra en el curso del segundo año.
La falta de un proyecto viable, acompañado por un plan y un modelo de negocios, estudios de mercado y asesoría, sobre todo en el caso de ser principiante o carecer de experiencia, son factores clave para reducir el riesgo de mortalidad de una nueva empresa, afirmó Alfonso Guerrero Guadarrama, presidente de la Asociación de Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico (Covechi).
Aunque consideró que las condiciones permiten un ambiente positivo para que las personas emprendan, una dinámica que se debe impulsar, es imprescindible que se analice la situación del mercado, actual y a largo, mediano y corto plazos, además de verificar que el servicio o producto que se pretende ofertar satisface una necesidad de los consumidores o representa una innovación de una propuesta ya existente.
Es también de gran ayuda, señaló Guerrero Guadarrama, acudir a las instancias gubernamentales o ante las universidades, muchas de las cuales cuentan con incubadoras de empresas o negocios, para solicitar asesoría, ya que sin ésta, las posibilidades de fracaso son significativamente más altas.
No planear adecuadamente la implementación de un proyecto de emprendimiento puede llevar a que un negocio o empresa deba cerrar de forma prematura, además de poner en riesgo el capital de la persona y afectar “lo que es más difícil de recuperar, la ilusión por tener un proyecto propio y generar autoempleo o empleos”.