Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
Enviado. Madrid, España. Poco a poco, el mundo empieza a abrir los ojos a la nueva realidad. La pandemia no ha terminado. Hasta el momento se ha llevado a más de 3 millones de seres humanos en el planeta.
En el concierto internacional, los mapas de viaje aparecen todavía en rojo, sobre todo en las grandes potencias como Inglaterra, Italia, Francia, donde prevalecen las cuarentenas como medida precautoria para todo aquel extranjero que pretende adentrarse en sus territorios.
De hecho, los Países Bajos no permiten el ingreso. Ámsterdam es, hasta ahora, un aeropuerto de paso para otras conexiones por Europa. Han preferido perder miles de millones de euros en ingresos, antes que exponer a su población a un virus que lejos está de haber sido dominado.
En medio de ese mapamundi carmesí y ámbar, México aparece como un país color gris en el mapa de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), organismo que se ha convertido en la única fuente confiable de información sobre la pandemia y las restricciones para viajar de una nación a otra.
El color nos ubica como una de las pocas naciones donde el caos, el desorden y la falta de información imperan, sobre las medidas sanitarias prevalecientes. Países como Francia, Italia, Holanda, Alemania, tienen altamente restringido el ingreso a extranjeros provenientes de México.
Para la IATA, es difícil explicar al viajero cuáles son las reglas de ingreso y egreso en México. A esto se añade la reciente instrucción contradictoria del semáforo verde y amarillo para la CDMX, dictada por el gobierno de la ciudad y corregida después por la Secretaría de Salud.
Esto aumentó la confusión. Más aún con la noticia de que no todas las vacunas aplicadas en tierra azteca son reconocidas como válidas, pese a que el régimen de la 4T las ha aplicado con bombo y platillo a más de 4 millones de mexicanos y tiene en bodega, más de 30 millones de dosis.
En España, por ejemplo, la vacuna china CanSino esta fuera de la lista de vacunas reconocidas como válidas para viajar dentro de su territorio. Y es que, de hecho, tampoco está reconocida por la Agencia Federal de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA), por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por la Unión Europea.
GRAVES MENTIRAS, EN MEDIO DE LA VACUNACIÓN
Esta fue la vacuna que se aplicó a millones de maestros en este país, previo a la intentona de regreso a clases hace dos semanas y del inicio vacacional de verano. El problema es que, según los especialistas, no hay datos de la eficacia de esta vacuna china, ni se sabe cómo fue que el gobierno de México la autorizó.
El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, sólo atinó a decir hace unos días, que estas son definiciones de COFEPRIS, y no del Comité de Moléculas Nuevas. Por tanto, la información al respecto “está reservada”.
El presidente López Obrador avaló a la empresa: “CanSino nos está entregando vacunas en tiempo y forma”; pero nunca aclaró el mandatario si la substancia está reconocida por la OMS, o al menos por la Organización Panamericana de la Salud.
El hecho es que la Secretaría de Salud compró 35 millones de dosis de vacunas CanSino, a través de la empresa suiza Latam Pharma que, en términos reales, lo único que hace es recibir el dinero en garantía y sirve como intermediaria del laboratorio chino para realizar toda la operación.
Lo peor del caso es que Latam Pharma se creó dos días después de haberse realizado la compra de la vacuna, según publicó para UNIVISIÓN, la periodista Peniley Ramírez. Además, el contrato se firmó bajo leyes y reglas de Singapur.
Este tipo de datos y polémicas son los que mantienen a México como un país poco fiable, sujeto a reglas y tratos especiales, como cuarentenas de por lo menos 10 días antes sin salir del hotel o del lugar de hospedaje; o presentación de pruebas PCR 48 horas antes del ingreso a territorio extranjero.
México es visto como un país poco serio dentro del concierto internacional, y de ahí su ubicación cromática dentro de los mapas de la IATA. Es una de las naciones donde menos del 50% de su población ha sido vacunada, y para colmo, hay dudas sobre cómo se llevó a cabo el proceso de vacunación.
Mientras tanto, España empieza a su vez a abrir fronteras. Las plazas y avenidas en Madrid ya lucen atestadas. Ya se Anuncia, para verano, el reingreso de los grandes cruceros que surcarán las costas del mediterráneo, hasta Marruecos.