Indicador político/Carlos Ramírez
Militares en México construyeron el Estado y hoy garantizan la soberanía.
Las recurrentes referencias de organizaciones extranjeras sobre la militarización en México carecen de un marco histórico que en México explica el hecho de que las Fuerzas Armadas son la institución que recibe el máximo apoyo y confianza de la sociedad.
La principal diferencia radica en el hecho de que la militarización actual mexicana es de manera radical diferente a la que existió en las dictaduras latinoamericanas en los setentas promovidas, apoyadas y potenciadas por el gobierno de EE. UU.
El itinerario histórico sobre la participación pública de las fuerzas armadas explica el grado superlativo de las inconsistencias de observatorios políticos extranjeros:
1.- Los militares hicieron la Revolución Mexicana, renovaron la composición ideológica y social de las Fuerzas Armadas y se convirtieron en la garantía del proyecto social revolucionario.
2.- Los militares fueron los pivotes en la redacción de la Constitución de 1917 en su contenido social y en la fundación del Estado de soberanía nacional que había destruido Porfirio Díaz.
3.- Los militares estuvieron en el poder de 1920 a 1946 por mandato revolucionario para llevar a la realidad el proyecto social de la Revolución Mexicana.
4.- En 1938, ante el acoso externo e interno de las fuerzas conservadoras contra la expropiación petrolera, el presidente Cárdenas transformó el Partido Nacional Revolucionario en Oartido de la Revolución Mexicana, le dio pilares sociales y corporativos estratégicos del modo de producción y creó el cuarto sector militar como garante y vigilante de la propuesta revolucionaria.
5.- En diciembre de 1940 el ejército se autolimitó: el presidente Manuel Ávila Camacho emitió un decreto para suspender la existencia del sector militar dentro del PRM y convirtió ahí a las fuerzas armadas en el garante de toda la sociedad mexicana, sin importar propuesta ideológica.
6.- El enfoque de seguridad nacional militar mexicano definió lo que puede llamarse el nacionalismo de Estado desde la perspectiva de la soberanía territorial militar, ante el acoso siempre presente del expansionismo ideológico de la Casa Blanca. En este sentido las fuerzas armadas se convirtieron en la garantía de la seguridad nacional, de la soberanía territorial y de la autonomía del Estado ante acosos extranjeros por razones políticas, ideológicas y de seguridad.
7.- Las fuerzas armadas no pidieron incorporarse a labores de seguridad pública. La decisión presidencial en el 2006 se basó en el criterio de que la seguridad pública había pasado de delitos contra el patrimonio particular de ciudadanos a la disputa territorial de la república e institucional del Estado. Es decir, fueron razones de seguridad interior que tienen fundamento constitucional desde la Constitución de Cádiz de 1812.
8.- Las labores asignadas por el presidente López Obrador a las fuerzas armadas no fueron solicitadas o exigidas por los militares y marinos, sino que fueron determinadas en función de criterios de seguridad nacional y de seguridad interior. Ahora mismo, las fuerzas armadas son el último dique que no han podido destruir las presiones de seguridad nacional de EE. UU. para subordinar las políticas públicas del Estado mexicano.
En este sentido general, en México no existe el modelo conceptual de militarización; es decir, de imposición de enfoques de dominación militar sobre la sociedad civil, pues todas las instituciones políticas del Estado siguen estando en manos del poder civil. En consecuencia, el debilitamiento de las fuerzas armadas en sus labores de apoyo al funcionamiento civil del Estado representa un objetivo de desestabilización que debe ser alertado porque ponen en riesgo la seguridad del Estado.
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Morena y cartas nuevas. Los resultados electorales legislativos del pasado 6 de junio están conduciendo a los estrategas de Morena a la necesidad de replantear enfoques políticos para los tiempos de restricciones de poder que se vienen. En este sentido, el liderazgo de la bancada en la nueva legislatura debería renovarse con figuras de mayor experiencia política y capacidad de negociación que Morena tiene entre sus activos. Por ello, hay un grupo de diputados que está empujando la posibilidad de que el exgobernador michoacano Leonel Godoy, con experiencia política y en seguridad, asuma la jefatura de la bancada para airear los problemas hoy reconocidos y generar una nueva movilización partidista sin mayoría calificada.