Santiago y El Rufo/Santiago Heyser
Santiago y El Rufo
“Vacuna, segunda dosis”
La primera dosis de la vacuna “Pfizer” la recibí en Cortazar, Gto., si bien tuve que formarme en la fila de foráneos y darle mis datos a “Servidores de la Nación”, el proceso estuvo bien; en dos horas regresaba a casa vacunado.
R- Guarraguauuu, mi Santias; pues de alguna manera te fue bien en Cortazar.
S- Para la segunda dosis no fue tan sencillo, mi Rufo, ya que a los 21 días esperaba yo la llamada de la Secretaría de Salud Federal, de la Secretaría de Salud de Guanajuato, del IMSS o del ISSSTE, para recibir la segunda dosis de acuerdo a las especificaciones de tiempo del laboratorio, y naranjas, silencio total.
R- Guau; limosnero y con garrote, mi Santias, además de que te hacen el favor de vacunarte, esperas que te llamen, guarf, guarf, guarf, no me hagas reír que tengo mis perrunos labios partidos… ¿Y de casualidad no esperabas que te mandaran taxi para llevarte a vacunar?
S- No seas sarcástico perro; para empezar no me hacen el favor; con mis impuestos pago los servicios de salud del Estado mexicano, no es de gratis que me atiendan, segundo, al vacunarme me pidieron mi teléfono para citarme a segunda dosis, y tercero, los ciudadanos estamos dependientes de los servicios de salud del Estado, que, además de ser su obligación, son monopólicos; ya que con una visión miope y un agandalle inexplicable, solo el gobierno federal tiene vacunas,… sobre las que establece un control político con tintes electorales, al recabar datos y organizar el proceso a través de la Secretaría del Bienestar y de sus brigadas de “Servidores de la Nación” que, con miopía e incapacidad, se sienten la última Pepsi en el desierto para dictar normas y dar instrucciones, para las que no tienen preparación; me explico:
El primer problema que enfrentamos los ciudadanos, es que la “chinche vacuna”, salvo la Johnson & Johnson, requiere de dos dosis y ahí empieza al calvario; para recibir la segunda dosis, dependemos de un gobierno federal que ha mostrado señales preocupantes de ineficacia en un proceso que requiere capacidad y logística, me explico: 1.- Que existan vacunas, 2.- Que sean de la misma marca, 3.- Que tengan la formulación (1ª. dosis o 2ª. dosis) correcta, 4.- Que las manden oportunamente a la comunidad o lugar donde radicas, 5.- Que te enteres y 6.-, Que alcances vacuna,… por ello y viendo que no podía depender del gobierno y sus limitaciones, me puse a investigar si la segunda dosis de Pfizer tenía la misma fórmula que la primera (la respuesta fue que sí, parece que la vacuna rusa no, la china no se), en seguida investigué donde habría proceso de vacunación con Pfizer, resulta que el sábado pasado empezaba en Morelia, con ello en mente, planee ir a Morelia a vacunarme con la segunda dosis, con el riesgo de ser rechazado porque los chinches criterios de los mentados “Servidores de la Nación” no son parejos y, en algunos lugares aceptan foráneos y en otros, a pesar de tratarse de ciudadanos mexicanos de la tercera edad, rechazan a quienes no son de la ciudad o de la comunidad. En esas estaba cuando me llegó un Whatsapp informándome que en Apaseo el Alto y en San Miguel Allende habría vacunación el viernes, sábado y domingo. Cambié mi plan y me dirigí a Apaseo el viernes a las 6 a.m.; la cola ya era de tres cuadras en el CETis/150, por ello fui al Centro Gerontológico de Apaseo para vacunarme; oh sorpresa, más de 300 personas ya estaban en la fila, me formé para que, después de 4 horas llegaran a informarme, lo que sabían desde el día anterior, que solo tenían 300 dosis. Acto seguido, comandados por la “maestra Laura”, nos entregaron una ficha y apuntaron nuestro nombre en un cuaderno, para respetar la “cola” y ser vacunados en orden, el sábado. Me tocó el 337, es decir, el sábado sería el 37… Ya con ficha y sin prisa, el sábado me presenté a las 7:00 y ¡Sorpresa!, por instrucciones de la Secretaría del Bienestar, las fichas entregadas el día anterior, ¡por la Secretaría del Bienestar!, ¡no valían!; a hacer cola de nuevo, me toco ser el 110 para luego de enterarme que solo tenían 175 vacunas, mientras, afuera, más de 250 personas esperaban haciendo cola, que las regresaran a sus casas después de invalidar su ficha y estar formados por horas, eso sí, avisándoles que el domingo, no vacunarían como estaba programado… Las mentadas de madre por la agresión y la desorganización estuvieron presentes durante todo el proceso.
Lo siguiente fue esperar 3 horas mi turno, sentado bajo una carpa; lo que me dio tiempo para contar a siete agentes de la Guardia Nacional, dos patrullas del municipio, dos agentes de Protección Civil, nadie de la Secretaria de Salud de Guanajuato y cinco inservibles “Servidores de la Nación” recogiendo datos de los ciudadanos; ello complementado por un enfermero solitario que vacunaba y un enfermero que daba instrucciones y cuidaba a pacientes después de vacunarse… ¡Uno solo vacunando! y una burocracia que todos pagamos, perdiendo el tiempo, fácil entender por qué los mexicanos somos del tercer mundo y nos morimos como moscas esperando ser vacunados…
R- Guarraguauuu, no te quejes mi Santias, a tiros y jalones y a pesar de la 4aT ya estás vacunado, mientras los que pueden viajan a Las Vegas para vacunarse, eres uno de los pocos mexicanos del montón que ya recibió la segunda dosis, sonríe, mi Santias… ¡Así de sencillo!