Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Hay una diferencia entre los dos procesos electorales que nos atañen directamente en los últimos tiempos: el de AMLO y el de Joe Biden. El primero ganó sin ninguna duda, presión u obstáculo legal. Del segundo, por la cercanía de los hechos, conocemos todo lo acontecido, las muchas alharacas y triquiñuelas de Trump, las dudas que quedaron en algunas mentes y lo más grave y terrible, la arremetida de la derecha y la ultraderecha al Capitolio que por desgracia causó muertes, destrucción de bienes y una exhibición de la pobreza democrática que tiene el país del norte. Biden tuvo que tomar posesión en un entorno totalmente armado, ¿confirma eso sus primeras palabras de que la democracia triunfó? Sobre el presidente número 46 de Estados Unidos, flota como una niebla, el recuerdo de unas elecciones llenas de vericuetos, con un sistema electoral obsoleto y frágil que dejó abierta la posibilidad de un golpe de estado. Millones de ciudadanos, no todos de derecha, quedaron dolidos. Si estos no aceptan la oferta de conciliación que ya fue a anunciada con condiciones, lo único que le queda al nuevo presidente, es unificar al país a través de reforzar su predominio en el mundo. Ahí es donde está la gran amenaza para la comunidad de naciones que no acaten esa decisión.
LA ESPERANZA DE CAMBIO UNIFICA EN SUS PROYECTOS A AMLO Y A BIDEN
AMLO y Biden llegan al poder abrazados por la esperanza de cambio. AMLO lo planteó desde su campaña y caló hondo después de los regímenes que habíamos padecido. Secuelas que ahora estamos sufriendo y que ponen trabas a esas esperanzas de cambio. Los opositores no se lanzan contra la legitimidad porque no pueden hacerlo, pero cuestionan toda decisión, cualquiera que sea. Es la búsqueda de un traspiés, para apabullar al presidente. El centro de los cuestionamientos en sectores como el llamado federalista, son los presupuestos, en la misma medida que el empresariado cuestiona las inversiones sociales del dinero. Los ultros, escudados en grupos vulnerables, acusan, presionan, presentan recursos para detener obras y frenar desarrollos. Las esperanzas prometidas se abren paso un poco estrechas, pero ahí se van cumpliendo. Ya hay avances. En el otro caso, ante una parte negativa como se califica a Trump, la gente opta por lo positivo, que un sector lo relaciona con Biden. Las comparaciones tan evidentes de la igualdad de comportamientos en los partidos que dominan la trama política en Estados Unidos, se han omitido en mucha gente. La debacle trumpiana es lo que ha favorecido a Biden; que éste, hábilmente está aprovechando sobre todo en decisiones dadas a conocer al día siguiente que nadie podría rechazar. Temas de gran relevancia como un nuevo enfoque al problema de la pandemia, la apertura internacional en el acuerdo climático firmado en París, el regreso a la OMS, el rescate de una economía vulnerada, el serio problema evidenciado en estos comicios del supremacismo blanco y en el caso de México la suspensión de los trabajos en el muro y la oferta de legalidad a los migrantes, más de la mitad de los cuales son mexicanos. Serán los días, los meses y los años, los que nos demuestren si las esperanzas creadas por ambos presidentes y añoradas por la ciudadanía, se hicieron realidad.
GRANDES ESPERANZAS PRINCIPAL OBRA DE DICKENS Y LOS VAIVENES DEL TIEMPO
Charles Dickens, un genio lleno de contradicciones, escribió la que es considerada su principal novela Grandes esperanzas, en plena madurez. El mexicano Alfonso Cuarón la dirigió en 1998 con Gwyneth Paltrow y Ethan Hawke, Cuarón ganó un premio al mejor director latino. Para algunos de los críticos es la novela en la que mejor asume los cambios literarios el escritor inglés, pese a lo cual no está exenta del almibarado ingrediente que tenían las novelas románticas en la etapa victoriana. Es una obra que se apoya en el azar sorpresivo de una fortuna para lanzar a su protagonista Pip para unos, Finn para otros, de una pobreza permanente, a una vida de lujos y placeres. Es la reiterada historia que el escritor inglés utiliza en algunas de sus 15 novelas y en muchos de sus relatos, donde la pobreza, la infamia o la generosidad humanas aparecen como agresión o paliativo en los protagonistas. Para Wilde y Henry James fue un escritor poco profundo que no penetra en las condiciones sociales que abruman a sus protagonistas y que echa mano de un género que se fue derrumbando ante la llegada del realismo. Pese a ello, en el siglo 20 tuvo un relumbre que lo adjudicó como genio y lo elevó al summum de la literatura inglesa del siglo 19. Es autor de David Copperfield, una de sus más famosas, de Oliver Twist, sobre la que existe una excelente película, Historia de dos ciudades, entre otras. Uno de sus más famosos, Cuento de Navidad, ha sido escenificado de las más distintas maneras sobre todo en época navideña. A Dickens lo presentan como un tipo lleno de contradicciones en su vida personal que se reflejan en sus novelas: sus amasiatos, sus envidias, el engaño a su familia, pero no se deja de reconocer su gran prosapia. Grandes esperanzas fue filmada de nuevo en 2012, dirigida por el inglés Mike Newel. Es una obra que dejó huella en uno de sus capítulos el de la mujer que fue dejada plantada en la iglesia y vistió toda su vida, como una virgen eterna deshecha en pedazos, el vestido de novia. Algunos escritores han copiado el tema. Grandes esperanzas, ¿se nos cumplirán?