Diálogos de vida/Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr
“Especie Humana VIII: La farsa del Capitalismo I”
Celaya, Guanajuato, 7 de noviembre del 2020
“Solo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero”, proverbio indoamericano.
Comencemos por aclarar que exhibir las fallas del capitalismo y evidenciar sus limitaciones para contribuir a que la población en general pueda satisfacer sus necesidades básicas y vivir con calidad de vida, no significa estar a favor de otro sistema antagónico como pudiera ser el comunismo; señalamiento simplista que acostumbran hacer las personas que no se toman el tiempo para realizar un análisis profundo de la situación actual con una perspectiva integral, global y de proyección futura.
El capitalismo, que en su momento parecía una “buena alternativa” al socialismo soviético del siglo pasado en un ambiente de guerra fría, tiene dos fallas de origen: el egoísmo humano y la sustentabilidad, lo que juega en contra de la supervivencia de la especie humana. Es probable que en el siglo XVIII el mundo pareciera demasiado grande y que faltara capacidad para calcular el inventario de recursos y materias primas que nos ofrecía el planeta, a tal grado que parecía que no se iban a terminar pronto, pero el hecho es que con la revolución industrial, el avance tecnológico del siglo pasado, las telecomunicaciones, los modernos sistemas de transporte, la sobrepoblación y el hiperconsumo, el mundo se hizo mucho más pequeño en los últimos cien años, evidenciando la falta de sostenibilidad del modelo. Esta insostenibilidad del sistema capitalista no es tema nuevo, de hecho existe el concepto “Overshoot Day”, es decir, el “Día de la sobrecapacidad de la Tierra”. Según datos de Global Footprint Network, responsable del cálculo del "overshoot day", a nivel mundial, la humanidad vive como si tuviera 1.75 planetas tierra a su disposición; es decir, estamos viviendo a costa de los recursos naturales de las futuras generaciones.
No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que vivir bajo un sistema que depende del consumo al infinito en un planeta redondo con recursos finitos, nos lleva inevitablemente al colapso y eventualmente a la extinción como especie;... ¡lo que ya está sucediendo hoy!, ¡el colapso ya comenzó hace unos años!, veamos: para la Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, en junio del 2018 fue el día en que el suministro libre de agua termino y el acceso al líquido comenzó a ser racionado, a ésta escasez de agua se le conoce como el Día Cero. De acuerdo con el World Resources Institute (WRI) y su programa Aqueduct, en la lista de 189 países, México ocupa el lugar 24 con un promedio de 3.86 de estrés hídrico, en una escala de 1 a 5, en la que cinco significa extremadamente alto.
Por definición, el capitalismo es un: “Sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado”. Tomemos nota de: “…capital como generador de riqueza…”, si bien no es una contradicción, hay una falta de previsión; si el objetivo es generar riqueza (tener más capital)… para lograrlo hay que comercializar productos y/o servicios, para fabricar productos y proveer los servicios, necesitamos materias primas que extraemos del planeta, lo que hacemos de forma insostenible porque el modelo no contempla el equilibrio medioambiental, ni el límite en la “generación de riqueza”, por otro lado, nuestra estupidez y egoísmo, nos impiden ver el evidente deterioro que generamos en perjuicio de nuestra especie, ya sea porque no queremos ver la realidad, porque creemos que es una exageración o porque pensamos que el colapso va a pasar en un futuro lejano y consideramos que, o no nos va a afectar o pensamos que es responsabilidad de otros.
Por lo anterior, me atrevo a poner en duda una de las máximas del capitalismo que escuchamos todos los días como promesa de bienestar: “El crecimiento económico mejora la vida de las personas”. Si bien es cierto que en lo inmediato el crecimiento económico puede resolver las necesidades básicas de las personas, cuando proyectamos ésta máxima hacia el futuro nos encontramos con la falta de rentabilidad y sustentabilidad del modelo. Dicho de manera clara: ¡El crecimiento económico sin límite nos lleva a la extinción!, proceso que ya está en marcha... Así de sencillo.
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Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Escritores y soñadores