Silvano: 35 mil plazas y educación sometida, legado de antecesores
MORELIA, Mich., 9 de octubre de 2020.- El gobernador le puso el cascabel al gato.
Dijo lo que históricamente ha pasado en la educación de Michoacán.
No citó nombres, salvo el de Jara.
Pero por las fechas, las empinadas se las dieron a Lázaro Cárdenas y a Leonel Godoy.
La narrativa del perredista se remontó al 2007, cuando el jefe del ejecutivo era el cachorro de la dinastía Cárdenas, lapso en el que no solo se endeudó a Michoacán, sino que se enquistó el crimen organizado en la entidad.
En su mensaje de esta tarde, Silvano Aureoles declaró que entre el 2007 y el 2014, Michoacán incrementó su número de plazas en 35 mil, de todos colores y sabores, sin un control, sin ningún procedimiento, salvo el que ejercían los aliados de esos gobiernos, pero que a la postre también se convirtieron en verdugos: la CNTE.
Silvano Aureoles describió que, desde la firma del Acuerdo Nacional por la Educación, impulsado durante el salinato, la desincorporación se dio, sí, pero sin cumplir con el acuerdo del recurso, que era algo aproximado al 91 por ciento de la nómina magisterial y gasto educativo, a sazón de que las entidades entrarán con su parte y asumieran la rectoría educativa en sus demarcaciones.
Desde entonces, Michoacán tuvo que asumir el costo del proceso y destinar recursos para el soporte de una estructura voraz, burocratizada, con más intereses políticos que educativos.
Dijo que el temor a la confrontación con el ala radical llevó a esos gobiernos a la sumisión, a los caprichos del magisterio, que los ponían, literalmente, contra las cuerdas.
Vale citar que, en esos dos gobiernos, los de Cárdenas y Godoy, la educación fue cedida, cual botín de guerra, a la CNTE con resultados catastróficos en la educativo, lo político, pero fundamentalmente en lo financiero, dónde sus extitulares aún están bajo la lupa de las instancias de auditoría.
Esas plazas, las 35 mil, fueron creadas a discreción, con cargo al erario público, pero sin soporte económico, sin fuente de financiamiento.
De hecho, la crisis hizo mella en 2009, en los tiempos del gobierno de Leonel Godoy, cuando por falta de liquidez se dejó de pagar a terceros institucionales como el IMSS, ISSSTE, aseguradoras, por citar.
El Gobernador dijo que su antecesor, Salvador Jara, pudo cambiar la historia, pero por omisión descuido o conveniencia, no firmó el acuerdo que permitiría certidumbre laboral para 16 mil trabajadores de la educación.
En el marco de la reforma educativa del 2014, esos 16 mil maestros quedaron en el limbo, subrayó.
Para ese entonces, Michoacán se encontraba desfondado, en bancarrota, por la voracidad de un magisterio que era un barril sin fondo.
"Se tuvieron que sacrificar áreas como el campo, la infraestructura, la seguridad, y en el peor de los casos, se acudió al desvío recursos de salud para pagar a los maestros", recordó.
En números, el ejército magisterial cuesta a los michoacanos alrededor de unos cinco mil 500 millones de pesos anuales.