Diálogos de vida/Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
“Pensar IX – Solución de problemas II”
La semana pasada hablamos acerca de la vida humana y como los problemas son inherentes a la vida y no son malos, sino que constituyen una oportunidad para crecer y desarrollar nuestro potencial humano.
Si bien es cierto que cada ser humano debe enfrentar una infinidad de situaciones y problemas a lo largo de su vida y sería imposible pretender resolverlos todos, nuestro foco de atención se centra en: ¿cómo resolver cualquier problema?, para hacerlo, nos apoyamos en el “Proceso de Solución de Problemas (PSP)”.
1.- Aceptación e identificación del problema: La mayoría de las personas con problemas, lo están porque no identifican el problema (de hecho hay muchas situaciones en donde ni siquiera hay un problema como tal, solo una situación incómoda que no abordamos como debe ser). Otro patrón de conducta común, es que las personas no reconocen o aceptan tener un problema. La identificación y aceptación del problema es el primer paso para encontrar la solución. Si no entendemos cual es el problema, no hay manera de arreglarlo. Ejemplo: No es lo mismo decir “soy gordito/a”, que identificar y aceptar que tengo un problema de sobrepeso que pone en riesgo mi salud y necesito atender.
2.- Análisis del problema: Es común que aún reconociendo que se tiene un problema, no se haga o se haga mal el análisis y como consecuencia las acciones de solución no dan resultado. El filósofo Hans-Georg Gadamer lo expresa así: “En el correcto planteamiento de un problema, está su solución”. Es importante razonar y pensar para lograr un análisis profundo y encontrar los elementos reales del problema, a menudo cometemos el error de creer que el problema son los síntomas. Ejemplo: En el caso del sobrepeso, podríamos pensar que el problema está en el tipo de alimentos y la cantidad que consumimos, aunque el verdadero problema sea la falta de disciplina y de autocontrol o en un mal funcionamiento de nuestro cuerpo que debemos diagnosticar y atender.
3.- Búsqueda de soluciones: Los problemas tienen varias alternativas de solución, escoger la adecuada o más ventajosa requiere de un proceso de análisis, costos incluidos, los que pueden ser económicos, personales, sociales y/o emocionales. Escoger la primera solución que se nos ocurre, puede no ser el mejor camino; analizar alternativas ¡Sí! Ejemplo: Si el problema del sobrepeso se encuentra en el autocontrol, posibles soluciones serían: Cambiar la rutina diaria, evaluar si hay algún otro problema que esté generando ansiedad o preocupación y resulta que comer es una consecuencia del estrés, comenzar a hacer ejercicio para cambiar la química del cuerpo, evitar comprar ciertos alimentos en el autoservicio para no tenerlos disponibles en casa, comenzar a meditar para tener una mente más poderosa que favorezca el autocontrol, comprometerse con otra persona y hacer equipo para apoyarse mutuamente con los nuevos hábitos de disciplina, etc.
4.- Selección de la solución: Hay que considerar la viabilidad de las soluciones, es importante que sean específicas, medibles, alcanzables, realistas y podamos delimitar un tiempo para su implementación. Una vez que se escoge un camino de solución o una combinación de dos o más soluciones, se pueden precisar las estrategias y pasos a seguir para llevarla a cabo. Ejemplo: Supongamos que en nuestro ejemplo se encontró viable la solución: No comprar ciertos alimentos en el autoservicio junto con la idea de comenzar a meditar.
5.- Implementación de la solución: Toda vez que decidimos el camino de solución y sabemos cómo seguirlo, lo único que resta es la acción, ¡Hazlo! ¡Actúa!, no hay atajo, sin acción no hay nada. Es aquí donde muchas veces la solución de los problemas se detiene. En el ejemplo: Establecer la rutina de meditación diaria y dejar de poner en el carrito del super lo que ya sabemos que nos está engordando.
6.- Evaluación del resultado: ¿Se resolvió satisfactoriamente?, ¿no?, vuelve al paso uno (1.- Identifica el problema y analiza el por qué no se resolvió.) y continua el “PSP” de nuevo. ¿Sí se resolvió?, ¡felicidades!, a seguir viviendo y estar listo para resolver el siguiente problema que se nos presente en la vida, que es lo que le da sabor... Así de sencillo.
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Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Escritores y soñadores