Padre o padres..../Gerardo A. Herrera Pérez
Entiendo que en la humanidad, existen padres irrepetibles, únicos, generosos, amorosos, insustituibles, pero el ser padre, es un concepto que está atado a la reproducción; considero que ser padre es mucho más que haber procreado un nuevo ser, ya sea sin una discapacidad, con discapacidad, de piel blanca o diferentes, es decir una reproducción sustentadas en las diversidades genéticas, al final es el padre.
El padre se encuentra en una maraña o entramado social que le resignifica su contenido más allá de un padre occidental; es decir, tenemos cientos de diferentes padres; padresposo, padres de fe, sacerdotes, pastores, padres viviendo privados de su libertad, padres viviendo en adicciones, padres viviendo en centros de atención de adicciones, padres en centros hospitalarios, padres en condición de Covid-19 padres afrodecencientes, padres viviendo en identidad de género o en expresión de rol de género, padres deambulando en las calles por interdicción, padres en condición de muerte, también las hay como madre-padre, y ahora en la reproducción asistida, invitro, de alquiler de vientre, nos damos cuenta que el concepto de padre, no necesariamente es de aquel que procrea, porque, en ocasiones ni siquiera es el ovulo y el esperma quien define la paternidad, serán las condiciones civiles, contractuales, así, en esta realidad que vivimos, tenemos padres por contrato; por ello, ser padre es mucho más que procrear un hijo.
En la vida que muere (expresa Maturana), ser padre es conectarte con la otredad, con lo que creaste, a lo que diste vida, o bien a lo que te comprometiste a cuidar en su vida, es hacer alteridad; aceptar su existencia y su todo, es también la comprensión de la vulnerabilidad, de los miedos que nos impone formar al otro sin opciones más que hacerlo bien, e ir descubriendo día con día que se tiene que hacer porque debemos formar a personas en sus obligaciones, porque los derechos ya los trae como seres humanos.
Padre con título de la universidad de la vida; pero que mientras no desmonte su mandato de masculinidad y enseñe y replique en sus hijos otros caminos de respeto, colaboración, entrega y amor, seguiremos teniendo mucho dolor, mucha zozobra, violencia y discriminación, muerte.
Los padres nos sentimos orgullos de nuestros hijos, o bien de aquellos que adoptamos o de los que en la vida se sumaron y son putativos, pero no lo decimos, nos castraron nuestras emociones desde que éramos pequeños: “los niños no lloran”, “vieja al último”, “no sean marica, pégale”, y un largo etcétera más.
Es el formato que este hubiere sido, todos tenemos un padre y una madre, todos amaremos a nuestra madre y a nuestro padre en condición de vida o bien en condición de muerte, siempre estarán ahí en nuestro corazón, en nuestras emociones, en nuestra racionalidad.
Un ovulo y un esperma dan vida, la formación de esa nueva vida es un camino que no está escrito, no tiene mapa, no tiene google, ni ubicación electrónica, lo único que se sabe es que tenemos la oportunidad de vida de dar viabilidad a una nueva vida, dejando en este ser humano un sistema de valores, que le permitan actuar en un mundo que requiere de mucha ética, que le permita abrazar la vida, no lo antropocéntrico, que avance en el camino de las competencias para ser feliz, no para dejar estelas de violencia e infelicidad.
Ser padre, considero es una gran tarea humana, pero también una tarea de enseñar en la vida que muere, y en el cuidado y respeto de los seres vivos y la naturaleza, el medio ambiente, la biodiversidad. Recuerda si eres padre, es el amor por la otredad y lo otro lo que te debe impulsar a moverte en el día a día.