Sobre el Tablero/Christian Santiago Tapia
Terminó el sexenio de Obrador.
En 2019 el crecimiento de la economía fue 0, este año se pronostica según calificadoras del -8.8% y -10% del PIB. Los discursos son unos, la realidad es devastadora.
Pemex perdió 908 mil millones de pesos en lo que va del sexenio, todo por un capricho y necedad.
Históricamente es el sexenio más violento con 49 mil muertes por homicidio doloso, la estrategia de seguridad ha sido un fracaso total. Debido a esto ha tenido que recular López y recurrir a lo impensable, retomar la receta de Felipe Calderón.
Recordemos. El 1 de diciembre de 2018, López Obrador llegó al poder respaldado con 30 millones de votos, un récord histórico, en donde se tenía la esperanza de abatir la corrupción y la inseguridad, tendríamos un crecimiento económico a 6% sostenido anualmente, ayudaría a los pobres y habría mucho empleo. Era la panacea… un paraíso.
Comenzó por desaparecer programas de anteriores sexenios respecto al desarrollo social y salud principalmente, con el pretexto de llevar al país hacia una cuarta transformación, la bandera del combate a la corrupción. Con el carro completo en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, era imposible detener la maquinaria obradorista.
Todo iba bien para él, tener del cuello a empresarios y obligarlos a comprar cachitos para la no rifa del avión presidencial, mantener a raya a los otros dos poderes de la Federación como el Judicial y Legislativo, amenazar al INE y a todo aquél que osara cuestionar el rumbo de sus designios personales, porque para Obrador no hay medias tintas, o estás con él o contra él.
Pero no contaba con un factor muy diminuto, un virus que se expandía mundial y rápidamente, creando caos en todos los países que se presentaba. No lo toma en serio desde un inicio, lo minimiza e incluso le pone el sello de un complot neoliberal y decide emprender una campaña alentando a la ciudadanía para que salga de sus casas y determina por decreto acortar fases y etapas de la Pandemia, como si el virus supiera de política.
La realidad lo supera enormemente. Mientras en Inglaterra invertirán el 18% del PIB para la reactivación, aquí con duras penas lo harán con el 1.5% del PIB y no para incentivar en las empresas y crear empleos, lo destinarán a dádivas, más becas y los tres elefantes blancos en proceso: Tren Maya, aeropuerto de Santa Lucía y refinería de Dos Bocas.
Organismos como el CONEVAL pronostica que habrá este año 10 millones de nuevos pobres y se recrudecerá la pobreza extrema. Al día de hoy se han perdido más de 800 mil empleos formales y se estima llegará a más de 1 millón 400 mil. De los empleos informales la estimación es de 4 millones de desempleados.
Un gobierno que se ha cansado de destruir instituciones y ser omiso de la Constitución, se ha dedicado a hacer Leyes y Decretos completamente inconstitucionales, como la Ley de extinción de dominio, la Ley de austeridad republicana, etc., pero afortunadamente hemos visto en días pasados un contrapeso jurídico y que nos anima; la independencia de la Suprema Corte de la Nación. Que seguramente pondrá en su lugar éstas aberraciones personales del presidente.
Por lo anterior, concluyo que ya se terminó el sexenio de López, ahora únicamente solo le resta administrar el tiempo y procurar que no caiga más su popularidad y fuerza, tal vez por eso ya quiere salir de gira el próximo lunes.
Quedan 4 años y medio de gobierno. Peleado con los empresarios, el Poder Judicial, el Legislativo, somos una burla internacional por las políticas implantadas y un país en el que nadie quiere invertir, porque se ha peleado literalmente con todo el mundo.
El sexenio terminó porque el presidente prefiere otorgar dádivas electorales en lugar de impulsar la reactivación económica y generación de empleo. En lugar de apoyar a los trabajadores de la salud con mejores salarios y ver por el sector de la construcción, prefiere regalar dinero para futuros votos.
El gobierno está perdido, no así el país, México es más grande que un falso mesías que siempre prefiere restar y dividir, en lugar de sumar y multiplicar.
Sin duda nos recuperaremos, será difícil pero no imposible.
Este sexenio está destinado a ser una parte oscura del México post moderno.
@chrisantapia