Desabasto de productos, focalizado en sectores de más poder adquisitivo
MORELIA, Mich., 15 de abril de 2020.- El desabasto de insumos básicos, particularmente de papel sanitario, en supermercados de Morelia, podría ser un fenómeno focalizado y no una generalidad en el comportamiento del consumo. Pero si bien se ha ido regularizando, no significa que no vuelva.
El pasado marzo, el Gobierno de Michoacán anunció la suspensión de actividades en diversas instituciones y el sector educativo, derivado de la contingencia sanitaria del Covid 19, por lo que se vislumbraba un panorama donde la gente debía quedarse en su casa sin salir por un tiempo prolongado. La respuesta no se hizo esperar.
Las horas y días se documentaron en las largas filas en diversos centros comerciales y supermercados.
Este fenómeno del consumo ha sido explicado por el sociólogo alemán Niklas Luhmann, en su obra Sociología del riesgo, en la que se plantea que “tomar decisiones conlleva un riesgo; desde las decisiones que tomamos en la casa”, sostuvo en entrevista telefónica el sociólogo, Héctor Chávez Gutiérrez.
Luhmann define al “riesgo” como las consecuencias de las decisiones, para este caso en concreto, la suspensión de actividades, es decir, no fue la enfermedad lo que llevó a los morelianos a comprar en grandes cantidades insumos básicos, papel de baño, así como el gel y cubrebocas.
Otro agente que influye en estos cambios en la tendencia de consumo en la ciudad es el poder adquisitivo.
Según la experiencia del catedrático de la Universidad Michoacana, durante el inicio de la contingencia sanitaria personalmente acudió a supermercados donde hay menor poder adquisitivo, como uno del Centro de la ciudad. Entonces, observó un “comportamiento normal” de parte de los consumidores.
“En Costco veíamos, por ejemplo, las filas enormes y el estacionamiento saturado; en cambio, en la antigua Comercial Mexicana -ahora Soriana- del Centro, donde hay una socioeconómica clase media hacia abajo, no vimos esos abarrotamientos. Eran, prácticamente, días normales. Esto tiene que ver mucho con el poder adquisitivo que tienen las personas de esos rumbos…”, señaló Chávez Gutiérrez.
Después de la crisis experimentada en esa primera semana con el papel sanitario, la situación se ha ido recuperando en apariencia, porque si bien no falta el papel, sí otros insumos, como la harina de maíz en algunos supermercados del Sur, mientras que en establecimientos del Centro, como Chedraui, la estantería de esta sección lucía completamente normal el pasado lunes.
Cuando algo se convierte en costumbre
Los morelianos podrían estar entrando en una fase distinta de su comportamiento cotidiano, lo que se podría entender como la “normalización de la pandemia” y condiciones de vida distintos a los existentes antes del coronavirus.
Por ejemplo, dijo el sociólogo, la tendencia de los comerciantes ambulantes, tiendas de barrio y quienes ofrecen comida en la fonda de la esquina o tacos callejeros, quienes son vistos de manera regular en la calle, son los que poco a poco parecen adaptarse a esta nueva realidad: vivir con la pandemia.
“La gente podría entrar en un proceso de normalización, ¡como de no pasa nada! Entonces comienza a retomar su vida cotidiana, empezando a relajar las propias normas o indicaciones de sanidad…”, lo que no está bien, puntualizó el académico y director de la Facultad de Derecho.
De tal modo que vivir parcialmente guarecido en casa y otro tiempo en calle, tomar a medias las medidas preventivas para evitar el contagio y reducir la convivencia podría volverse algo “normal”.
Sin embargo, avizora el investigador, “cuando vuelvan las noticias verídicas de hospitalizaciones masivas en la ciudad, entonces vamos a ver nuevamente esas situaciones y volverán a guarecerse”, como lo han hecho hasta ahora.
Porque si bien hay actividades comerciales en la ciudad, lo cierto es que los ciudadanos capitalinos se han limitado a sus actividades esenciales y regulares, dejando de lado las extraordinarias, por muy arraigadas que estén. Tal y como se hizo notorio con la costumbre de bailar los toros el domingo pasado.
“La gente participa de sus actividades normales, pero no en fiestas como los toritos. Ahí vimos que procura no tomar parte de ello", finalizó.