Milagro en la celda 7: cuando la falta de justicia altera la vida simple
MORELIA, Mich., 15 de abril de 2020.- La vida simple y sencilla que se altera por un suceso y por un deficiente sistema judicial, podría ser la lectura del filme turco Milagro en la celda 7 (2019), dirigido por Mehmet Ada Öztekin, que recuerda a otras películas, e incluso el mismo es un remake de una coreana con algunas características y final diferentes.
El largometraje parece darse en la Turquía de mediados de los años 80's, tras el golpe de estado que se dio al principio de esa década. Un país militarizado donde lo mismo conviven los civiles que los grupos castrenses. Se palpa el poder militar, se presiente su fuerza en una sociedad un tanto debilitada y con unas marcadas diferencias de clases sociales.
Memo, interpretado por el actor Aras Bulut îynemli, es un hombre con discapacidad intelectual, con un inocente y sencillo concepto de la vida que lo mantiene por lo menos contento. Memo tiene una hija, Ova, papel interpretado por la pequeña actriz Nisa Sofiya Aksongur, a la cual ha entregado su vida.
Este equilibrio de inocencia, amor y sencillez de la vida parece estar constantemente al borde de algo; hay una fragilidad tácita, quizá dada por esa militarización antes expuesta. En algunos momentos, la película muestra tensiones que se superan o no, e incluso el encierro en prisión que sufre Memo de manera injusta, parece que terminará con todo, pero el título dice algo, dice "milagro" pero igual podría decir "esperanza".
Se agradece en algunos momentos de la historia algo de humor que destensa, la ternura en lugares donde no se espera, y los escenarios de esa Turquía colorida.
Hay un elemento que parece perderse en el filme, y es el sacrificio, porque en medio de todo este drama lacrimoso que genera debates en las redes sociales, el sacrificio podría ser fundamental para darle cuerpo, además de lo sensible que pueda resultar más allá de las disputas de si es o no un largometraje para sentarse a llorar.
Esta película turca tiene matices que podrían recordar a The Green Mile (Milagros inesperados, 1999), de Frank Darabond; I am Sam (Yo soy Sam, 2001), dirigida por Jessie Nelson; e incluso a La vita è bella (La vida es bella, 1997), dirigida y actuada por Roberto Benigni, sin embargo ya es el cuarto "remake" de una película coreana.
La primera versión, por tanto la original, fue la película 7-beon-bang-ui seon-mul (Milagro en la celda número 7), la cual fue dirigida en el 2013 por Lee Hwan-Kyung. Ese filme guarda ciertas diferencias con esta nueva, aunque la columna vertebral es básicamente la misma.