Educación y competencias para la vida/Gerardo A. Herrera Pérez
Las reformas de 2019 al Artículo 3ero. Constitucional y su nueva ley reglamentaria, plantean formar a los educandos en competencias para la vida, a partir de fortalecer la educación básica con diferentes contenidos en sus mallas curriculares, bajo un enfoque de pensamiento crítico para el análisis, la reflexión, el dialogo, la conciencia histórica, el humanismo, y la argumentación para el mejoramiento de los ámbitos social, cultural y político.
En días pasados conversando con el abogado de la Secretaria de Educación, Sthefen González Martínez, derivado de la comunicación y trabajo que se realiza institucional entre dicha dependencia y el Órgano Autónomo de Derechos Humanos, tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre diferentes aspectos de la educación, parte de estas reflexiones, y toda vez que son interesantes, las compartimos con nuestros lectores de Quadratín.
Comentábamos que la herencia de vida más valiosa que los padres pueden dejar a sus hijos e hijas es la formación en casa de la ética y el sistema de valores y desde luego, la educación que se da en las escuelas públicas y privadas; este bien a diferencia de otro productos o servicios, vive en cada uno de los que hemos tenido la oportunidad de asistir a las aulas, a esos centros educativos (en donde ahora la educación tiene como criterios formar en el humanismo, a solucionar problemas, a promover el respeto al interés general, a ser equitativa, inclusiva, intercultural e integral) donde se desarrollan las capacidades intelectuales, motrices, lingüísticas y se adquieren las herramientas para la vida en sociedad, es decir, donde se forman las competencias para la vida.
La educación se genera con la participación de los docentes, y precisábamos que, son héroes milenarios que entregan sus conocimientos y también su sabiduría, y que muchos de ellos y ellas, en ocasiones dedican importante tiempo y espacios para la atención a los educandos bajo su responsabilidad que incluso a la propia familia. Los docentes viven las preocupaciones que aquejan a sus alumnos y que son comprensibles ante la rebeldía que caracteriza al joven en etapa de adolescencia, o bien, que con amor y cuidado guían sobre los primeros pasos que los niños dan, en la etapa de educación inicial de sus vidas.
Por ello, la Ley General de Educación, plantea la atención de un nuevo enfoque sobre el trabajo de los docentes, nos referimos a la revalorización de las maestras y los maestros, al promover y fomentar el respeto a la labor docente, fortalecer su desarrollo y superación profesional, así como la profesionalización, entre otros temas.
Comentamos igualmente que es común escuchar dentro de la familia y en general en la sociedad: “Estudia para que seas algo en la vida”; estas palabras han marcado el ser de muchas personas, llegando a pensar que si no se estudia no se es nada; y la verdad es que la dignidad del ser humano es invaluable, y aunque no se estudie, ya se es algo en la vida, un ser humano, viviente, con racionalidad, con emociones, libertades, con una estructura lingüística y con derechos, a la vez que se es un ser social, y es este ser humano el mismo que puede tener sueños, anhelos, que ama, que siente, que quiere, que tiene dignidad humana.
La educación, compartimos el criterio, permite protegernos de la ignorancia, prejuicios, la invisibilidad, servidumbres y los fanatismos, todos ellos, enemigos del ser humano, que dañan la dignidad humana, cegando y poniendo barreras al hombre para que no luche por sus sueños. Por ello, uno de los fines de la educación es promover el respeto irrestricto de la dignidad humana, como valor fundamental e inalterable de la persona y de la sociedad, a partir de una formación humanista que contribuya a la mejor convivencia social en un marco de respeto por los derechos de todas las personas y la integridad de la familia y el aprecio a la diversidad social y cultural, el interés superior de los niños y niñas, así como los derechos humanos y la igualdad sustantiva, bajo enfoques de inclusión y equidad.
Educación no solo es saber la lectoescritura y el cálculo básico de las matemáticas, es utilizar el razonamiento del cual ha sido dotado el ser humano a diferencia de otros seres vivos que se guían por el instinto y la supervivencia, es adquirir tantos conocimientos como sean posibles para romper con el obscurantismo que ha estado presente en nuestras sociedades antiguas y a lo largo de la historia de la humanidad, como lo han hecho grandes hombres que han dejado un legado al mundo, Galileo Galilei, Nicolás Copérnico, Leonardo da Vinci, Isaac Newton, Descartes, y otros hombres que han dejado un legado al mundo, y que hoy en la actualidad podemos mencionar a intelectuales como Boaventura de Sousa Santos, Daniel Goleman, Felix Guattaria, que estan dando la lucha para atender el enfoque del respeto a la naturaleza, al medio ambiente, al cuidado de la biodiversidad y de la vida.
En nuestras reflexiones coincidimos en que vivimos en un mundo de conocimientos, y jamás dejaremos de aprender, el conocimiento es infinito, entregado a la lectura y se sabe, que ni el mejor geómetra, matemático, físico o filosofo han alcanzado la totalidad del saber, por tal motivo también es importante leer el libro de la vida, que se vive cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, en la vida de cada persona, leerlo, pero sobre todo practicarlo nos dara experiencia y convertirá a muchas personas en sabias.
La educación te ayudara a desafiar obstáculos de todo tipo, y con esa arma romperás fronteras, barreras, miedos, vicios que aquejan al hombre, y todo aquel enemigo de la dignidad humana, principalmente el consumismo, los valores individuales, el hedonismo y el narcisismo, para transitar a valores universales y de comunalidad.
Entonces, el estudio, no es para ser alguien en la vida, se estudia, porque es un derecho humano y para que se pueda vivir un mejor presente, y un futuro; la educación es la llave maestra de todos los candados existentes, y al abrir estos encontrarás la libertad, porque la educación te vuelve libre, se rompen las cadenas de la ignorancia y los fanatismos, y esto trae como consecuencia positiva que tengas un sentir inexplicable, que te generará ganas de aferrarte a la vida, de conquistar los picos más altos aquí en México como el Nevado de Toluca o el de Colima, o bien el de los Alpes, de visitar los mares, de aprender otro idioma, de conocer otras culturas, de leer las mejores obras literarias, de correr por las mañanas, de ejercitarte y sentir la fuerza que invade el ser, de honrar a tus padres, y de cuidar a tu familia, así como el amor a la patria en el ejercicio permanente de una educación cívica, de entendimiento y fortalecimiento de la convivencia.
Concluimos expresando que en esta sociedad liquida, donde los valores son inestables e inmediatos, en esa búsqueda del hedonismo y el éxito, se requiere de pensarnos, para despensarnos y repensarnos en la educación, por ello, expresa Sthefen, cuando sientas que no puedes, estudia; cuando dejes de creer en ti, estudia; cuando tus sueños los veas lejos, estudia; cuando te digan que eres muy joven, estudia; cuando te digan que eres muy viejo, estudia; cuando sientas pobreza mental, estudia; cuando crees que no tiene sentido estudiar, estudia; es decir, no dejes de estudiar nunca. La mejor arma de todo ser humano es la educación.