Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
Para millones de mexicanos, hoy está más que claro. Entre las prioridades del presidente de la República, la demolición de las instituciones, está muy por encima de las muertes que en las próximas horas se multiplicarán. Por eso, dicho por él, la pandemia le vino “como anillo al dedo”.
No es sólo el combate a la corrupción. En su mente, pesa más la instauración de su concepto “Cuarta Transformación”. Anela su pase automático “a la historia” como el Presidente benefactor de los pobres. Aunque ello implique la entronización autárquica de una nueva clase política, merced a la desgracia que viene.
En su informe trimestral de este domingo, no hubo sorpresa alguna. No hubo Plan Integral para enfrentar la emergencia, ni golpe de timón. Así como no entendió cuándo empezaba la fase crítica de la pandemia, hoy tampoco ha asumido que la economía ya se le destrozó.
Por el recuento de camas y respiradores que hizo este domingo, pareciera que su cálculo político es que la mortandad sea sólo por cientos y no por miles, para así ocultar el fracaso de una fallida política de salud, que empezó desde el año pasado. Pero no ha entendido que la base económica ya se le desfondó.
¿Para qué un corredor Maya sin turistas, un Santa Lucía sin aviones, 2 Bocas con un petróleo a precios deprimidos? Pero el proyecto de la 4T es mucho más que eso. Es el control absoluto, para que el Estado vuelva a ser el eje rector de la vida pública y, en gran medida, de la privada.
Por lo pronto, la extinción definitiva de fideicomisos públicos apunta hacia ello. Estamos por saber qué hará, por ejemplo, con el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), o con el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN). ¿Será que viene el cierre de empresas, nacionalizaciones, confiscaciones?
Este domingo, el presidente no anunció, ni por asomo, una prórroga a las declaraciones anuales de impuestos, ni de las personas físicas ni de las morales. Puestas así las cosas, después de esta gravísima crisis, puede venir un proceso de involución, de cierre de puertas
Para la segunda mitad del año, de seguir este derrotero, la 4T apretará tuercas a todos aquellos que no han declarado ingresos y bienes. Tendrá el picaporte para entrar a cuentas y vidas privadas. Las empresas que hubieren reducido sueldos o despedido trabajadores, se encontrarán con la furia del señor de Palacio.
Es por ello que el departamento jurídico de la Presidencia, se cuidó mucho de no usar la palabra CONTINGENCIA, en su convocatoria para llamar a todos los mexicanos a quedarse en sus casas. Ello habría sido suficiente para que las empresas pudieran dejar a medio sueldo a sus empleados (Art 427, LFT).
Quizá no lo queremos creer, no lo queremos entender, o no lo hemos visto. Pero por momentos pareciera gritarnos, desde lo más profundo de su subconsciente: “¡el Estado soy yo!”. Además de la extinción de fideicomisos, el presidente también anunció el fin de los tiempos de radio y televisión para el Estado.
Pareciera una concesión graciosa para Televisa o TV Azteca (que por cierto de nada les sirve). Pero la jugada de carambola es que, con ello, le quita tiempos oficiales al Instituto Nacional Electoral y, de rebote a los partidos políticos, que de por sí ya no representan mucho, pero ahora les quitan los altavoces.
Viene también la provocación: que renuncien a la mitad de sus prerrogativas. Busca debilitar a sus adversarios para el 2021. Es un ejercicio de cooptación y formación de cuadros, para el asalto definitivo al poder total. Tomados todos los gobiernos estatales, los congresos. Como lo tenía el PRI.
Es por eso que, a la luz de estos hechos, la declaración del presidente López Obrador se convierte en una de las frases más nefastas de los últimos tiempos. ¿Un Presidente que afirma que la muerte le viene "COMO ANILLO AL DEDO"? ¿Dónde se ha visto? ¿Dónde está la CNDH? ¿No habrá siquiera un llamado a la cordura?
Por lo pronto, ya la próxima semana empezaremos a escuchar el ulular de sirenas, en un ir y venir dramático. Patrullas llamando a la gente a meterse a sus casas por la EMERGENCIA SANITARIA.
Pronto podríamos ver tanquetas y camiones de la Guardia Nacional (técnicamente militares) patrullando calles. Es el ambiente que viviremos. De ahí se podría prolongar a todo el mes, todo mayo, hasta julio dicen, hasta agosto… y todo el año, en medio de las protestas que vienen porque no hay empleo, no hay comida.
Lo que está viviendo México en estos momentos es absolutamente demencial. Pasamos de tener un presidente que no había entendido bien a bien que el 19 de abril empezaba la fase crítica, a otro que nos dice en la cara que la muerte le viene “como anillo al dedo”.