Opinión/Gerardo A. Herrera Pérez
Personas originarias viviendo en espacios urbanos.
Gerardo A. Herrera Pérez
Derivado de las acciones de contingencia, y como parte de las estrategias para realizar actividades desde casa con la familia, en el trabajo, o con los amigos, he recibido la llamada de algunas personas a quienes les tengo todo mi respeto por el trabajo que realizan, tanto a Sergio Omar García, como a Sandra Flores Simón, respectivamente de Lázaro Cárdenas y de San Andrés Tziróndaro, municipio de Quiroga reflexiones sobre los derechos humanos y las libertades de los originarios viviendo en espacios urbanos y la contingencia del Covid-19.
Pero también los comentarios de Francisco Garcidueñas que ha trabajado el tema de originarios viviendo en Morelia, es decir, un trabajo para visibilizar a diversos grupos que se encuentran aún en vulnerabilidad, no solo aquellos que venden en el Centro Histórico, también de aquella población que vive en Villas del Pedregal (Territorio migrante y corazón de Morelia) y que viene de diversas partes de México.
La situación del Covid-19 en México y en general en Michoacán es complicada; en general lo es para la población, para muchos y muchas personas, sobre todo para aquellas que viven en la informalidad económica, es decir que no tienen un trabajo estable y viven de lo que venden en el día a día; pero también para muchos grupos en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, como los grupos de personas con discapacidad, los pueblos originarios, las comunidades trans, algunos miembros de las poblaciones viviendo en diversidad sexual, los y las trabajadoras del sexo comercial y otros grupos más, como las personas originarias viviendo en zonas urbanas.
El modelo económico desde hace varios decenios ha ido desplazando por el territorio mexicano a diversos grupos originarios para que sean estos quienes se encarguen de manera temporal del corte de frutas y legumbres en vastas áreas de producción agrícola, que producen bajo un paquete tecnológico especifico de las empresas que son dueñas de la tecnología y la producción.
Los jornaleros migrantes se desplazan por todo el territorio mexicano y también de Michoacán, llamados antes golondrinos, ahora jornaleros van de cosecha en cosecha de diferentes productos, ahora también incluye el aguacate. y los centros de atención en distintas parte del territorio michoacano, conozco algunos albergues, entre ellos los de Yurécuaro, Tanhuato, o bien el de Coahuayana, van como se les denominara golondrinos de proceso de cosecha en cosecha por el territorio mexicano, incluso aquí mismo en Michoacán, que tocan la zona de Apatzingán, y ahora el corte del aguacate en una amplia zona. Otros originarios se quedan a vivir en esos espacios y ahí hacen sus proyectos de vida articulándose a la venta de productos o en el mercado informal de los servicios.
Es significativo que en Lázaro Cárdenas desde los años setenta con la Siderúrgica, llegaron cientos de trabajadores, muchos de ellos, fueron personas originarias de distintas comunidades de: Amuzgo, Mixteco, Tlapaneco, Náhuatl, Purépecha, y ahora también Tzotzil de Chiapas. Ellos, ahora, se dedican principalmente a realizar actividades informales, y la venta de artesanías en la zona playera. Actualmente viven más de 2 mil personas originarias, es decir, alrededor de más de 500 familias, en la cabecera municipal, así como en las tenencias: de Guacamayas, Playa Azul y Bueno Aires.
Actualmente los grupos originarios derivado del Covid-19, se estan manifestando por la necesidad de contar con los insumos para hacer sus alimentos ante la imposibilidad de no tener trabajos estables y permanentes, razón por la cual, no pueden llevar el sustento a sus casas.
Es importante señalar que existen diversas organizaciones de la sociedad civil que se encuentran trabajando con grupos étnicos, entre ellos la OSC Indelac, A.C. pero que aun así, no podrían paliar sus más mínimas necesidades, se requiere del apoyo de los tres niveles de gobierno.
Es decir, la categoría social de personas originarias viviendo en espacios urbanos, en el marco de la política pública debe resignificar la importancia de incluirla a las líneas de ayuda del gobierno en sus diferentes niveles (federal, local y municipal), y que ello, les permita recibir los beneficios o apoyos que sean necesarios para palear sus principales necesidades. No hacerlo puede generar diferentes escenarios no deseables.
Por otro lado, diversas voces, entre ellas el Consejo Supremo Indígena de Michoacán, ha planteado al gobierno federal la necesidad e importancia de contar con un protocolo de prevención específico del Coronavirus (Covid-19) de las comunidades indígenas y el plan de contingencias para la atención de los pueblos y comunidades originarias. En este sentido es fundamental que se estén generando las condiciones para atender de manera oportuna el derecho a la salud de la población originaria, tanto en sus comunidades, como en aquellos lugares donde existe población originaria viviendo en espacios urbanos.
En tanto que en Morelia y en especial en Villas del Pedregal, vemos como algunos de los vecinos de la zona habitacional, realizan actividades para la atención de aquellos que se encuentran más vulnerables, entre ellos, los adultos mayores; razón por la cual, tanto Francisco Garcidueñas, como Beto Chef, realizan actividades para ayudar a la comunidad en general, y a la cual nos sumaremos en la medida de nuestras posibilidades.
Con relación a Beto Chef, convoca a la colecta de víveres en especie, y a la cual nos adherimos y los invito a que quien me lea lo realice también en la medida de sus posibilidades, por lo pronto convocare a mis compañeros de la Coordinación de Estudios, Divulgación y Capacitación del Órgano Autónomo de Derechos Humanos, para que nuestro amigo Beto elabore la comida para entregar a quienes la necesitan, así es, a los adultos mayores de Villas del Pedregal. A Beto Chef, lo puedes contactar en redes sociales como Beto Chef, o al 4433 95 29 97.