Majestuosos y coloridos, los Toritos de Petate en Morelia
MORELIA, Mich., 24 de febrero de 2020.- El marco era espectacular; el antiguo convento del Carmen, hoy Casa de la Cultura de Morelia, lleno de color y vida. A media arcada mayor la iluminaba el sol y la otra parte, más concurrida, estaba en la sombra, justo donde los organizadores ubicaron un escenario donde bailarían los toritos.
Este lunes abrió la semana previo al Carnaval, con el Segundo Festival del Torito de Petate, donde 27 toritos representativos de las colonias más emblemáticas de Morelia se dieron cita, ahí justo en la Casa de la Cultura, para mezclar la historia, la tradición, la cultura y la actualidad.
Un problema al que se enfrentaron las representaciones populares, fue el poder meter sin maltratar a los toritos, ya que muchos de ellos llegan a medir hasta tres metros, lo que causó un poco de complejidad poderlos meter a la Casa de la Cultura de Morelia a través del acceso principal.
Fue una tarde familiar, lejos de los encuentros violentos que antiguamente se asociaban a esta representación cultural, y que todavía de vez en vez se da entre los barrios de Morelia. Pero no ahí; este segundo festival reunió en pacífica armonía a las colonias más conocidas de la capital michoacana, y también a los niños, quienes ilusionados miraban el colorido y el baile de esta representaciones.
Justamente este tipo de festivales han tenido como intención dignificar al Torito de Petate, cambiar la idea que la gente tiene con respecto a esta tradición, que muchas veces se asoció al alcohol, a la violencia y al desmadre.
Los toritos de petate fueron acompañados por la banda La Consentida de Morelia, grupo que interpretó dos sones por cada toro que se presentaba en el escenario, acompañado de los personajes tradicionales de Morelia, decir la maringuilla, el caballito, el caporal y el apache, quien es rodeaban al Toro mientras danzaban.
Así durante la tarde, fueron subiendo al escenario El Incomparable del Centro; El Gallo de la Juárez; El Dichoso del Centro; El Bandido de la Independencia; El Pato del Centro, el único bailado por una mujer; El Danzón de la Obrera; El Dueño de nada del Porvenir; El Rey de la Vasco de Quiroga; el Chilaquil de la Obrera, El Pescadito de Jesús del Monte y otros más, cada uno ataviado con objetos, diseños y representaciones de las colonias a las que pertenecían.