Reparar figuras del Niño Dios, el singular trabajo de Don Agustín
MORELIA, Mich., 30 de enero de 2020.- En la marea que es el mercado sobreruedas de la avenida Pedregal, el que se pone los miércoles, hay un hombre de la tercera edad que tiene un oficio poco común; repara figuras de Niño Dios. No importa si son de yeso, de pasta de caña, de resina o cualquier material, él le pondrá su toque especial para que la figura siga siendo parte central de la fiesta navideña.
El hombre, quien dice llamarse Agustín, asegura no dedicarse a eso porque sabe hacer otras cosas; "pero aquí yo tengo más o menos unos 30 años dedicándome a construir niños, repararlos, o arreglarlos, como quiera ponerle la palabra", dice a Quadratín; "si les falta una manita se la hago, si falta un dedito se lo pongo; aquí lo que vamos a hacer es ensamblar", dice tomando una figura a la cual le falta un brazo.
Tenemos pegamento apropiado para esto, asegura el hombre, "ensamblamos, dejamos que seque. Cuando nos traen un material, como en este caso esta señora que me trae el material pegado con cemento amarillo, lo que hago es tronarlo, quitarle esto, limpiarlo", dice Agustín, refiriéndose a un Niño Dios de tamaño regular, el cual le ha llevado una mujer. Esta figura tiene la pierna mal pegada, a decir del experto.
Presume cómo los deja. Saca una figura para mostrarla, una que está por entregar. Luce bien; "a éste le repare sus manitas, todo esto", dice mientras va señalando. "No soy tan perfecto pero ahí está, está listo, no le digo que como nuevo, pero bien".
"Pero vea cómo se encuentra este", indica tomando uno más pequeño y cuarteado, "lo trabajamos también, es de material de pasta de caña, es antigüito. Este material hay que trabajarlo, no lo tengo aquí, le dije a la señora (la dueña) que me lo dejara para traer el material apropiado porque este es un material, y este es otro", dice señalando la diferencia de la pasta.
La resina es otro material, es un poco más caro, explica, aunque el trabajo en realidad es lo mismo; "lo que pasa es que con el yeso tiene uno la facilidad de trabajar una sola figura y se hace así porque se agarra fresco y se puede trabajar. En la resina se necesita que seque para poder lijar, pulir, para que el trabajo quede perfecto".
"En este caso imagínese, si hay que trabajar un dedito y es de caña, aquí no es de poner un alambre y lo voy a pintar para que quede igual, no, porque no es alambre; todo esto es caña", expone. La diferencia del peso, dice cargando uno y cargando a otro, es que el de pasta es muy ligero; "vea ésta que es más pesada y le falta la mitad de pierna todavía, y es más chico que este", manifiesta señalando el de pasta de caña.
El costo por las reparaciones es variable, expresa, "en realidad, sé perfectamente bien que cobro barato por el trabajo", dice don Agustín. Explica todo lo que debe hacerle a la figura del Niño Dios para que quede en excelentes condiciones, mientras la dueña de la figura espera paciente; serán solo 100 pesos.